Zhou Yongkang es el cargo más alto del PCCh en ser objeto de inspección en décadas.
Zhou Yongkang, ex miembro del Comité Permanente del Politburó chino y ex ministro de Seguridad durante el mandato del anterior presidente, Hu Jintao, se encuentra bajo investigación por corrupción, según han anunciado este martes fuentes oficiales del gobierno chino recogidas por la agencia estatal Xinhua.
Hasta ahora, ser miembro del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista otorgaba en China una absoluta inmunidad. La ley nunca castigaba a aquellos que han manejado los hilos y conexiones claves para el funcionamiento del país. Pero esta costumbre parece estar cambiando con la llegada al poder el año pasado del presidente Xi Jinping. Uno de los pilares de su proyecto político es la lucha contra la corrupción, en una campaña que persigue mostrarse inclemente incluso con los altos mandos. Con esta estrategia de limpieza pretende restablecer la confianza del pueblo en su gobierno.
En una demostración de poder de Xi, la limpia ha alcanzado su cúspide con el anuncio de la investigación a Zhou Yongkang —uno de los nueve miembros del Comité Permanente durante el periodo de Gobierno de Hu Jintao, de 2002 a 2012—, por “graves violaciones disciplinarias”, eufemismo que en la jerga política china suele designar los casos de corrupción. Esta medida no tiene precedentes en la historia de la República Popular China. Otros altos líderes fueron condenados con anterioridad por cuestiones políticas, como ocurrió con la Banda de los Cuatro por abuso de poder durante la Revolución Cultural en 1976; o por actitudes contrarrevolucionarias con Zhao Ziyang, fugaz secretario general del Partido Comunista, por sus simpatías hacia las protestas de Tiananmen en 1989.
El movimiento demuestra a ojos de los analistas que Xi Jinping y su mano derecha en este esfuerzo, Wang Qishan, secretario de la Comisión Central de Control Disciplinario del Partido Comunista, están determinados a llegar hasta los llamados “tigres”, los altos cargos del Partido. “La investigación contra Zhou Yongkang, uno de los hombres más poderosos de China, implica que Xi va en serio”, afirma Wang Yuhua, profesor de política china de la Universidad de Pensilvania: “antes había escepticismo, puesto que en liderazgos anteriores se lanzaron iniciativas que solo llegaban a líderes de bajo rango”.
La llegada a poder de Xi fue antecedida en 2012 por el escándalo de Bo Xilai, ex miembro del Politburó y figura política emergente, que fue condenado por abuso de poder después de que su esposa fuera inculpada por asesinato y varios de sus subordinados por violaciones disciplinarias.
Zhou Yongkang era, precisamente, el promotor de Bo dentro del Partido. La investigación lo salpicó de tal forma que perdió prominencia y desapareció en octubre de la luz pública, suscitando rumores de un posible arresto domiciliario a finales de 2013.
Sin embargo, en los puestos que ha ocupado Zhou en su carrera política es donde se pueden rastrear las razones para entender su caída en desgracia. “Zhou Yongkang era extremadamente poderoso en dos industrias chinas: la petrolera y la legal”, explica el profesor Wang Yuhua. “Una es la industria más rentable de China con el monopolio de la producción y venta de petróleo y gas; y la segunda es vital, pues controla las fuerzas de seguridad. Para consolidar su poder en todo el país, los nuevos líderes debían tener el control de estas áreas”, afirma. Y Zhou parece que consiguió sacar partido pecuniario de sus carteras de trabajo.
La fortuna documentada de la familia Zhou gracias a sus conexiones petroleras superaría los 112 millones de euros. La investigación contra el ex líder ya ha provocado el arresto de su esposa, su hermano, su hijo y su nuera. También de funcionarios y dirigentes provinciales cercanos, así como la incriminación por lavado de dinero de empresarios petroleros.