Giuseppe Remuzzi, director del Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán y uno de los mayores referentes del país sobre el tema, afirmó que el SARS-CoV-2 presenta una reducción de la carga viral. Y afirma que no hay razón para hacer testeos masivos o mantener cerradas las escuelas.
Giuseppe Ramuzzi, director del Instituto Mario Negri de Investigación Farmacológica de Milán, es reconocido por su seriedad y confiabilidad y por no exponerse antes de que las intuiciones de su equipo sean corroboradas por las evidencias experimentales. Por eso sus declaraciones siempre generan difusión en los medios italianos. Esta vez, en entrevista con el Corriere della Sera volvió a asegurar que el coronavirus parece estar apagándose solo. Ya lo había dicho a principios de mayo, pero ahora sumó datos que lo prueban: “Ciñamonos a los hechos. Hemos pasado de 80-120 admisiones al día, todas con grandes dificultades respiratorias, a cero nuevas internaciones para el Covid-19 en los hospitales”.
Según explicó, “la forma en que se manifiesta ha cambiado. Tal vez estamos viendo una reducción de la carga viral. Cuando está muy alta, la enfermedad suele ser grave. Ahora ya no sucede, no como antes, al menos. Hasta el punto de que los estudios italianos sobre las drogas para combatir el virus están en dificultades porque ya no están enfermos”.
“Ahora el virus se detiene en el tracto respiratorio superior, y ya no llega a los alvéolos pulmonares, causando el desastre que hemos visto en los últimos meses. Es probable que esto se deba a una menor carga viral”, detalló.
Cuando se le preguntó la razón para que se agote solo, Remuzzi aseguró que “en algún momento, las epidemias se agotan. Como sucedió con el Sars”. “No sé por qué. Y esa es una respuesta honesta. Nadie lo sabe. Sobre el fin de los virus, vacunas aparte, sólo hay teorías, y ninguna explicación científicamente probada”, agregó.
Sin embargo, advirtió que si bien “el virus mata menos, hay otro tipo de persona enferma, las que están casa con una enfermedad que se ha vuelto persistente e impredecible, alternando los síntomas respiratorios con otros como la fragilidad de los huesos, la pérdida del olfato y el gusto, los estados de fiebre fluctuantes”.
Ahora, explica, el desafío de los sistemas de salud será la gestión y el cuidado de toda esta población de personas que no están hospitalizadas pero que no están curadas.
El experto, además aseguró que el testeo masivo no tiene ningún sentido: “El número de pruebas debería limitarse por razones de recursos. Deben utilizarse para fines específicos, como la protección de los trabajadores de la salud, los ancianos y las personas en contacto permanente con el público”.
También, dijo que cerrar las escuelas “fue una medida lógica” pero afirmó que “ahora no hay razón para no abrirlas”.
Sobre medicamentos que se han extendido para tratar el coronavirus, Ramuzzi fue contundente: “No funcionan. Se ha demostrado. El discurso de la hidroxicloroquina se cerró con el estudio de Lancet de 96.000 pacientes que mostró importantes efectos secundarios no sólo en aquellos con ritmo cardíaco anormal”.
Por qué aún se usa, le repreguntaron. “Ciertos hábitos son difíciles de cambiar. Cuando se publica un artículo en la literatura médica, pasan años antes de que sea “digerido”. Entonces, tanto el doctor como el paciente siempre tienen el deseo y la necesidad de probar algo. Y por el momento no hay muchas alternativas. Esto también es una amarga verdad que debe ser reconocida”, respondió.