Un grupo de científicos logra convertir células de la piel en óvulos funcionales

El avance, publicado en la revista científica Nature Communications, plantea nuevas posibilidades en reproducción asistida, aunque aún presenta anomalías cromosómicas y dilemas éticos.

Un equipo internacional de investigadores de Estados Unidos, China y Corea del Sur ha conseguido transformar células somáticas humanas en óvulos funcionales, un logro que hasta ahora parecía biológicamente imposible. El trabajo, publicado en la revista Nature Communications, se presenta como una “prueba de concepto” que, de confirmarse y perfeccionarse en el futuro, podría cambiar el abordaje de la infertilidad y abrir nuevas posibilidades en el campo de la reproducción asistida.

La diferencia entre células somáticas —que constituyen la práctica totalidad del organismo humano y contienen 46 cromosomas— y gametos —óvulos y espermatozoides, que poseen solo 23— ha sido siempre el obstáculo fundamental para generar células reproductivas a partir de tejidos comunes, como la piel. Sin esa reducción cromosómica, cualquier intento resultaba inviable.

El nuevo estudio demuestra que es posible inducir un proceso experimental de división celular, denominado “mitomeiosis”, que permite que una célula con 46 cromosomas se convierta en un óvulo con 23, listo para ser fecundado.

La técnica de la “mitomeiosis”: un paso hacia la fecundación in vitro alternativa
Los investigadores utilizaron un procedimiento basado en la Transferencia Nuclear de Células Somáticas (SCNT), la misma técnica empleada en 1996 para clonar a la oveja Dolly. Extrajeron el núcleo de una célula cutánea, que contiene los 46 cromosomas del paciente, y lo introdujeron en un óvulo donado previamente enucleado.

Para evitar que la nueva célula duplicara su material genético y se volviera inviable, desarrollaron un protocolo experimental que imita los pasos de la meiosis natural. Con esta estrategia se generaron 82 ovocitos funcionales, de los cuales un 9% consiguió desarrollarse hasta la fase de blastocisto, equivalente al sexto día tras la fecundación, momento en el que en un tratamiento convencional de fecundación in vitro se procedería a la transferencia al útero.

Aunque la proporción es baja y la mayoría de embriones mostró anomalías cromosómicas, el hecho de que algunos alcanzaran esa etapa constituye la primera evidencia de que la técnica puede funcionar en humanos.

Nuevas posibilidades para la reproducción asistida
Según los últimos datos disponibles, en España más del 12% de los nacimientos son fruto de técnicas de reproducción asistida, un recurso que se convierte en la única opción para muchas mujeres a partir de los 35 años, cuando la calidad y la cantidad de óvulos desciende de manera notable. En casos donde los tratamientos para estimular los ovarios fallan, el recurso a óvulos donados es la única alternativa, lo que implica renunciar a la carga genética propia.

El trabajo liderado por Shoukhrat Mitalipov, de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, plantea que esta limitación podría superarse en el futuro. Si los resultados pudieran trasladarse con éxito a la práctica clínica, permitirían a pacientes sin óvulos, a personas que han perdido su reserva ovárica tras un tratamiento oncológico o incluso a parejas homosexuales concebir descendencia genéticamente vinculada a ambos progenitores.

Se trata, en todo caso, de un horizonte lejano. Los propios autores subrayan que el estudio no es más que una demostración preliminar y que todavía queda un largo recorrido para garantizar la seguridad y la eficacia de la técnica.

Opiniones de la comunidad científica internacional
En declaraciones recogidas por el portal especializado Science Media Centre, Ying Cheong, profesor de medicina reproductiva en la Universidad de Southampton, ha subrayado que “en el futuro, este tipo de investigaciones podría transformar la forma en que entendemos la infertilidad”. No obstante, advierte de que de momento se trata de “un éxito limitado en el laboratorio y aún muy lejos de la realidad clínica”.

Por su parte, Richard Anderson, profesor de la Universidad de Edimburgo, destaca el potencial del hallazgo, especialmente para mujeres que han perdido su reserva ovárica. “La posibilidad de generar nuevos óvulos sería un avance enorme. Este estudio muestra que es posible crear células con el número correcto de cromosomas. Aunque aún queda mucho por avanzar, se trata de un paso esperanzador”, señala en el mismo medio.

También desde Science Media Centre, el investigador Roger Sturmey, de la Universidad de Hull, ha recalcado la necesidad de abordar el debate ético en paralelo al desarrollo científico. A su juicio, “estos avances refuerzan la importancia de un marco regulador sólido para garantizar la confianza pública hacia este tipo de técnicas innovadoras”.