Un hallazgo histórico: descubren un linaje genético único del centro de Argentina que perdura desde hace 8.500 años

El investigador del CONICET Rodrigo Nores explicó en la 99.9 los resultados de un estudio bioantropológico internacional que identificó un componente genético desconocido en poblaciones antiguas de Córdoba y regiones vecinas. El trabajo, realizado junto a la Universidad de Harvard, revela la continuidad de ese linaje en los habitantes actuales del país.

El investigador del CONICET Rodrigo Nores, integrante del Instituto de Antropología de Córdoba y profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, encabezó una investigación que reescribe parte de la historia genética del país. En diálogo con la 99.9, explicó que el estudio permitió identificar un linaje genético propio del centro de la Argentina, hasta ahora desconocido, con una antigüedad de 8.500 años.

“Hace 20 años que venimos trabajando para conocer la historia de los pueblos nativos de esta región. Sabemos mucho sobre el período posterior a la conquista, pero casi nada de lo anterior. Este trabajo busca reconstruir esa historia a partir de la arqueología y la genética”, señaló Nores.

El equipo analizó restos arqueológicos —huesos y dientes de individuos de entre 300 y 10.000 años de antigüedad— con técnicas de secuenciación genética desarrolladas en colaboración con la Universidad de Harvard. “Lo que encontramos fue que los individuos de esta región, comprendida entre Córdoba, San Luis, Santiago del Estero, el norte de Buenos Aires, Catamarca y parte del Paraná, presentan un componente genético propio, desconocido hasta ahora y característico del centro del país”, detalló.

El hallazgo permite establecer una continuidad genética ininterrumpida de más de ocho milenios. “El mismo linaje que encontramos en individuos antiguos de 8.500 años está presente hoy en la población actual. El 70 % de los argentinos tiene algún componente nativoamericano, y dentro de ese componente aparece este linaje central. Es decir, todos somos en alguna medida descendientes de esas poblaciones originarias”, explicó el investigador.

Nores destacó además que, a diferencia de otras regiones del mundo donde hubo reemplazos poblacionales, en el centro de Argentina se observa una continuidad histórica. “En Europa, los grupos humanos fueron sustituidos varias veces. En cambio, en esta región hubo cambios culturales, pero no genéticos. Las poblaciones se transformaron, se mezclaron, pero permanecieron”, indicó.

El científico aclaró que, si bien existieron episodios de violencia, enfermedades y sometimiento durante la conquista, “no hubo un exterminio total”. “Siempre se intentó instalar la idea de que los pueblos originarios desaparecieron, pero los estudios genéticos muestran lo contrario: sus descendientes seguimos aquí, mestizados, con linajes que se remontan a miles de años”, subrayó.

Sobre el futuro del proyecto, Nores adelantó que el equipo planea continuar los análisis para profundizar el conocimiento de los procesos de mestizaje y migración. “Trabajamos con 240 individuos arqueológicos, pero el territorio y el tiempo que abarca la investigación son enormes. Queremos afinar cómo fue la expansión de este linaje central y cómo se relacionó con los componentes andinos, amazónicos y pampeanos en los últimos milenios”, concluyó.

El estudio, que ya despertó interés en la comunidad científica internacional, ofrece una nueva perspectiva sobre el origen y la continuidad de las poblaciones argentinas: un linaje que sobrevivió al paso de los siglos y que aún late en la genética de millones de personas.