Un hombre mantuvo de rehenes a los pasajeros de una avioneta por dos horas hasta que uno de ellos lo mató de un balazo

El hecho tuvo lugar en Belice cuando Akinyela Sawa Taylor, un veterano del ejército estadounidense, sacó un cuchillo y secuestró la aeronave pidiendo ser trasladado a otro país.

Dos horas de terror se vivieron el jueves en Belice, cuando un hombre de nacionalidad estadounidense secuestró una pequeña avioneta con otras 15 personas a bordo en pleno vuelo, hasta que uno de los pasajeros, armado, lo mató de un disparo. En el medio, hubo heridos e intervino la Policía y ahora se investiga cuál fue el motivo del secuestro.

Todo ocurrió en la mañana del jueves, en el vuelo de la avioneta modelo Cessna Caravan -matrícula V3HIG- de la aerolínea Tropic Air Flight, la cual llevaba 14 pasajeros (entre ellos un menor) y dos tripulantes, desde la ciudad de Corozal a San Pedro, dos populares centros turísticos del exótico país centroamericano.

De un momento al otro, el atacante, identificado como Akinyela Sawa Taylor, un veterano del ejército estadounidense que “estaba pidiendo que le sacaran del país y solicitaba aterrizar en una zona donde poder repostar combustible”, se puso de pie, blandió un cuchillo y tomó de rehén el vuelo. No sin antes herir a uno de los pilotos y a dos pasajeros. Uno de ellos de gravedad, según relató Chester Williams, comisionado de la policía del país caribeño.

Durante las dos horas, hubo gritos, insultos y amenazas. Sin embargo, de un momento a otro, uno de esos pasajeros, que había sido lesionado por la espalda y estaba situación crítica por daños en el pulmón, fue quien disparó al secuestrador. Según resaltó Williams, el hombre contaba con licencia de armas y al aterrizar entregó la pistola a las autoridades. “Es nuestro héroe”, dijo.

Luke Martin, un vocero de la embajada de Estados Unidos en Belice, confirmó que Taylor era estadounidense y quería ser llevado a su país pero no aclaró si era un militar retirado. “No sabemos por qué quería regresar a Estados Unidos”, indicó. Después de casi dos horas de tensión, aterrizó en el aeropuerto internacional de la capital del país donde los pasajeros fueron atendidos por los servicios de emergencia.

El jefe de la policía admitió que el pequeño aeropuerto desde donde despegó la avioneta no tenía escáner por lo que no se detectó que el atacante tenía un cuchillo y aseguró que tendrá que garantizarse que todos los aeródromos cuenten a partir de ahora con este tipo de sistemas.

Asimismo, elogió la destreza del piloto, que mantuvo comunicación constante con la torre de control con mucha sangre fría. “Si hubiera entrado el pánico, el resultado habría sido otro”, dijo. La aeronave comenzó a volar de forma errática y la principal preocupación de las autoridades, que movilizaron un helicóptero para seguirla, era que se quedara sin combustible, que aterrizara en un lugar donde no pudieran interceptar al atacante o en el mar.

Williams explicó que gracias a una persona a bordo, que se puso en contacto directo con él a través de mensajes, pudieron estar informados en tiempo real de lo que pasaba en el interior y reaccionar en consecuencia. “Sabíamos exactamente lo que estaba pasando, dónde estaba el avión en cada momento, lo que el secuestrador estaba haciendo, incluso teníamos videos grabados” desde dentro, señaló.

La policía beliceña no tiene claro todavía cómo ingresó Taylor al país pero Williams indicó que posiblemente lo hizo de forma ilegal desde México, ya que la frontera entre los dos países es muy porosa y durante el fin de semana las autoridades migratorias habían rechazado su entrada, aunque dijo no saber todavía la razón. Además, indicó que fue visto en la zona libre de impuestos que hay entre los dos países y que se había comportado de manera “problemática”.

Tammy Bruce, vocera del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo a la prensa en Washington que todavía estaban pendientes de los datos que estaban recopilando las autoridades de Belice. Calificó el suceso de “horrible” y dijo que había sido una suerte no tener que lamentar más muertes.

El director de la aerolínea, Maximillian Greif, lamentó en un comunicado la grave emergencia ocurrida durante el vuelo, algo sin precedentes, y dijo que la seguridad era una “prioridad absoluta” de la compañía. Elogió la formación del piloto y su actitud ejemplar. “En medio de una enorme presión, nuestro piloto actuó con extraordinaria valentía y calma, llevando el avión a un aterrizaje seguro”.