El dueño de la casa, que era un acumulador patológico, murió en 2017, pero los restos del ladrón fueron descubiertos un año más tarde en medio de un montón de basura.
Un australiano mató a un ladrón y mantuvo el cadáver en su casa, en Sidney, durante 15 años, donde utilizó más de 70 ambientadores para ocultar el olor putrefacto del cuerpo, según informó el jueves la radiotelevisión pública australiana ABC. La investigación forense explica que Bruce Roberts, de Sidney le disparó a Shane Snellman cuando trataba robarle. El hecho ocurrió en 2002.
Roberts murió en 2017 por causas naturales, pero los restos de Snellman, por su parte, no fueron descubiertos hasta un año más tarde, por agentes de limpieza encargados de asear la casa, en medio de un montón de basura.
El cuerpo del ladrón estaba rodeado de más de 70 ambientadores, los cuales fueron usados para ocultar el cadáver. Roberts, a su vez, fue descrito como un acumulador compulsivo extremo que escasamente salía de su casa. Además, en su propiedad se descubrió más de una docena de armas de fuego.
Según la investigación que se está desarrollando, Snellman, que era un adicto a la metanfetamina, probablemente entró en la casa de Roberts, pese a que la hermana del asesinado lo haya negado.
“Nunca forzó la entrada. Él ya lo conocía a Roberts”, afirmó está mujer. Para el año 2002, Roberts, tenía 46 años y Snellman, 39, cuando se produjo el hecho en la casa de la costa norte de Sydney.
Tanto los investigadores como los agentes de limpieza, quienes hallaron al cadáver, aseguraron que el cuerpo de Snellman estaba completamente vestido, sentado en un sillón e inclinado hacia la izquierda. Tenía una herida de bala en la fosa supraclavicular.