La entidad se dirigió a un periodista del diario laborista «The Guardian» con información confidencial.
Alguien se puso ayer muy colorado en el Banco de Inglaterra, organismo encargado de dirigir la política monetaria del Reino Unido. El secretario de Jon Cunliffe, el subdirector del Banco encargado de velar por la estabilidad financiera del país, envió por error a un periodista del diario laborista «The Guardian» un correo electrónico dirigido a altos funcionarios que revela que la entidad ya trabaja en la evaluación de los costes que ocasionaría una eventual salida del Reino Unido de la Unión Europea. El email revela también que el estudio se llevaba a cabo con secretismo. La oposición ha preguntado al Gobierno si sabía que ese trabajo estaba en marcha y cuándo y cómo se va a publicar.
La revelación llega en un momento en que David Cameron ha acelerado sus negociaciones con la UE de cara al referéndum sobre la continuidad del país en el Club de los 28. El primer ministro prometió convocar la consulta en 2017, pero debido a la incertidumbre económica que crea su mero anuncio podría adelantarse al mes de mayo del próximo año. Mañana, Cameron recibe en su residencia de descanso de Chequers a Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea. El Gobierno británico busca una reforma en su relación con la UE que le permita endurecer el control de la inmigración y desmarcarse de la unión política y de la declaración de derechos europea. Si se sale con la suya, Cameron, que en el fondo tampoco quiere dejar Europa, pediría el «sí» a la UE en la consulta. Pero los socios más relevantes de la Unión ya han hecho saber que no cederán en principios como la libre circulación de trabajadores europeos.
El estudio que está llevando a cabo el Banco de Inglaterra era conocido internamente como «Proyecto Sujetalibros». La entidad calificó el error informático de «desafortunado» y ha reconocido que el trabajo está en marcha y lo ha justificado: «No debería causar sorpresa que el Banco esté realizando este estudio sobre una política gubernamental. Hay una serie de problemas económicos y financieros que surgen en el contexto de la renegociación y el referéndum nacional. Evaluarlos es una de las responsabilidades del Banco».
El Banco de Inglaterra explica que ya llevó realizó informes similares ante el referéndum de Escocia del pasado 18 de septiembre. El correo que se ha divulgado muestra que se buscaba el secretismo, pues en algún pasaje se aconseja disimular diciendo que “se está trabajando en un proyecto a corto plazo sobre la economía europea y sus implicaciones internacionales”, y se añade: «Lo ideal es que no se diga nada más». Con esa opacidad, el Banco trataría de evitar aparecer como un actor político más en el debate sobre el referéndum, que se anticipa duro.
Los laboristas y los liberal demócratas, ambos en horas muy bajas tras sus descalabros electorales, son europeístas. La principal patronal, la CBI, también ha alertado de los riesgos de dejar Europa, sobre todo para las exportaciones, las inversiones foráneas y el pulso de la City. Los bancos Deutsche Bank y HSBC y Airbus han hecho saber que reconsiderarían su presencia en el Reino Unido.