Las llamas devoraron 335.000 hectáreas y ponen en riesgo a la mayor urbe australiana.
Varios incendios forestales avivados por el viento se convirtieron ayer en un gigantesco frente de llamas solo 50 kilómetros al norte de Sídney, la mayor ciudad de Australia, que se inundó de humo mientras crecían los temores por un avance incontrolable del fuego.
Especialistas y autoridades alertaron sobre una situación excepcional vinculada al cambio climático y a su efecto sobre los vientos, combinado con otros factores.
“Hay probablemente más de ocho incendios en total”, dijo Rob Rogers, subinspector del servicio de incendios de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney. Y agregó que se estaba formando un megaincendio en un parque nacional, con muchos focos fuera de control.
Las llamas devoraron unas 335.000 hectáreas en la zona afectada, a menos de una hora de Sídney en auto. El fuego provocó la muerte de por lo menos cuatro personas y destruyó más de 680 casas en el área del siniestro desde principios de noviembre, cuando se desató la catástrofe, meses antes de la temporada habitual de incendios de verano.
Según señalaron las autoridades australianas, los siniestros se suscitaron de manera precoz y se extendieron a niveles desconocidos debido a la prolongada sequía y a los fuertes vientos, así como a supuestas acciones provocadas. El humo y las cenizas afectaron a Sídney durante gran parte de la semana, lo que tiñó de naranja el cielo durante el día, complicó la visibilidad y obligó a la gente a llevar mascarillas para respirar.
Imágenes satelitales mostraron cómo se extendía la columna de humo por el Mar de Tasmania hacia Nueva Zelanda, a 2000 kilómetros.
“Los gigantescos incendios de Nueva Gales del Sur son a veces demasiado grandes para ser extinguidos rápidamente”, indicó la Oficina Australiana de Meteorología.
Rogers señaló que los bomberos solo podían desalojar a los vecinos, proteger las viviendas y esperar que mejoren las condiciones del tiempo. “No podemos parar estos fuegos, irán ardiendo hasta que las condiciones mejoren y luego intentaremos hacer lo que podamos para contenerlos”, advirtió.
El Servicio Rural de Incendios explicó en un tuit que “se unieron varios fuegos en las áreas de Hawkesbury, Hunter y la costa central”, mientras un mapa mostraba diez focos que se conectaban 50 kilómetros al norte del área metropolitana de Sídney.
En período estival son frecuentes en Australia los incendios de maleza y monte bajo, pero este año empezaron de forma precoz. El cambio climático y de los ciclos meteorológicos generaron una sequía excepcional, una débil tasa de humedad y fuertes vientos, que contribuyen a generar incendios en la maleza.