Un niño de cuatro años, condenado a cadena perpetua por asesinato en Egipto

Cientos de menores cumplen condena en las cárceles egipcias juzgados como adultos.

nino-carcelUn tribunal egipcio condenó esta semana a cadena perpetua a Ahmed Mansour Karni, de tan sólo cuatro años, por los cargos de asesinato, intento de asesinato y destrucción de propiedad pública en 2014, cuando el pequeño apenas tenía dos años.
Sobre Mansour Karni, juzgado in absentia el pasado jueves por una corte militar del Cairo, pesa ahora una orden de arresto que, de cumplirse, le añadiría a los cientos de menores que cumplen condena en las cárceles egipcias juzgados como adultos durante la ‘pesca de arrastre’ del Gobierno egipcio en busca de partidarios del depuesto expresidente Mohamed Morsi.
En la exhaustiva y muchas veces aleatoria –según han denunciado organizaciones proderechos humanos- búsqueda de culpables de las protestas que siguieron al golpe de Estado en 2013 que aupó al exgeneral Abdelfatah Al Sisi, las redes de la Justicia egipcia han condenado a muerte o cadena perpetua, en juicios multitudinarios, a cientos de personas, entre ellos periodistas, niños o incluso ancianos ciegos, como ha sido el caso del pequeño Karni. Su nombre fue añadido en 2014 a una lista de más de 110 acusados que han sido finalmente juzgados y condenados conjuntamente por cuatro delitos de asesinato, ocho de intento de asesinato, amenazas a oficiales de policía y vandalismo contra una sede de la Administración Sanitaria en la provincia de Fayún (a unos 170 kilómetros del Cairo).

Un error

«Su nombre debió ser añadido por error», señala a medios locales su abogado, quien apenas puede creerse el veredicto. «El certificado de nacimiento -que demuestra que Karni nació en septiembre de 2012- fue presentado cuando las fuerzas de seguridad añadieron su nombre a la lista de los acusados, pero entonces el caso fue transferido a una corte militar y los documentos no han llegado al juez».
Otros abogados de los 116 convictos han criticado que la condena del pequeño Karni «demuestra que el juez no se leyó el caso».
Este es tan sólo el último caso de que «el sistema Judicial egipcio es ciego y no importan las pruebas», denunció a ABC la activista Mona Seif, que criticó estos macrojuicios que demuestran que el Estado «tiene miedo incluso de los niños».
Una Justicia que no teme divulgar su adhesión al régimen y su implacable persecución contra supuestos partidarios de la Hermandad Musulmana, ahora declarada organización terrorista. A principios de mes, el ministro de Justicia egipcio, Ahmed Al-Zind afirmó en televisión que no estaría «satisfecho» hasta que 10.000 hermanos musulmanes fueran condenados por cada miembro asesinado de las fuerzas armadas. Un deseo que esta vez ha alcanzado a un niño de cuatro años.