Incidentes como este se repiten con frecuencia por la islamización de la educación promovida por el Gobierno de Erdogan.
De un tiempo a esta parte, en Turquía es cada vez más frecuente que algún profesor de religión islámica provoque un escándalo por sus comentarios a los estudiantes, hasta un punto considerado inaceptable incluso para las autoridades turcas. En esta ocasión ha sido un docente de un colegio de primaria en Ankara, quien, en aras de la moral, ha aconsejado a los niños que eviten desnudarse en el cuarto de baño, asustándoles con la presunta presencia de ‘djins’ o genios, figuras mitológicas malévolas de gran importancia en el mundo musulmán.
«Si vais al baño desnudos y solos, los ‘djins’ os acosarán», dijo el profesor a sus alumnos, de apenas 8 años de edad. El asunto ha salido ahora a la luz pública, después de que varios padres denunciasen que sus hijos tenían miedo a ir solos al baño y a quedarse a solas con la luz apagada por las noches. El docente también se destacó por haber discriminado abiertamente a los estudiantes alevíes, una minoría religiosa a la que pertenecen aproximadamente un cuarto de la población de Turquía, y que es vista como herética por los musulmanes suníes radicales.
El incidente se ha producido apenas un mes después de que las autoridades abriesen una investigación contra otra profesora de religión de la provincia de Tokat, identificada con las iniciales L. Y. I., que aseguró que las estudiantes sin velo merecían ser violadas o maltratadas. «De todas formas no os cubrís la cabeza, así que es lícito violaros o haceros cosas malas», les dijo la mujer a sus alumnas de 13 años.
Estos episodios no son hechos aislados, sino que reflejan la atmósfera que se respira en el ámbito educativo actual de Turquía. El gobierno de Recep Tayyip Erdogan no ha escatimado esfuerzos para islamizar la educación, un proceso que se ha visto acelerado en gran medida durante el último año. El gobierno ha doblado el número de horas obligatorias de religión en la educación primaria, y recientemente permitió por decreto que las niñas a partir de 10 años de edad puedan llevar velo en las escuelas, al tiempo que se prohibían los piercings, el pelo teñido y los eslóganes políticos en camisetas y carpetas. Además, el Alto Consejo Educativo ha aprobado la obligatoriedad de celebrar la llamada «Semana del Sagrado Nacimiento» para conmemorar el cumpleaños del Profeta Mahoma, y ha iniciado la construcción de mezquitas en más de ochenta campus universitarios de todo el país.
Preeminencia del Corán
Aún más notoria es la promoción de las llamadas «escuelas Imam-Hatip», centros educativos religiosos donde las materias coránicas tienen una importancia superior a la del resto de asignaturas. El propio Erdogan se educó en una de ellas. Y mientras este tipo de instituciones, creadas inicialmente para educar a los futuros imanes del país, apenas daban cabida a unos 90.000 estudiantes en 2004, el año pasado eran ya 474.000 alumnos. «Estas escuelas fueron injustamente etiquetadas como enemigas del estado», declaró hace unos meses Erdogan.«Hemos demostrado lo injusto que era este tratamiento, y ahora uno de sus estudiantes es el presidente de este país», se ufanó.
Según datos del Sindicato de Trabajadores de Educación y Ciencia, el número de estos centros ha pasado de 453 a 1.355 en apenas una década. Y uno de los aspectos que más malestar ha causado entre el sector secular de la sociedad turca es que el pasado verano, de la mañana a la noche, el gobierno decretó la conversión de cientos de escuelas normales en centros «Imam-Hatip», y cuarenta mil alumnos fueron asignados de forma automática a estos lugares, a menudo contra su voluntad. Debido a ello, el pasado febrero se produjeron importantes movilizaciones contra la islamización de la educación, que desembocaron en enfrentamientos entre manifestantes y policía en lugares como Estambul y Ankara.