El especialista en Seguridad Vial del CESVI, Gustavo Brambati, se refirió esta mañana en la 99.9 a los controles de alcoholemia en las rutas de nuestro país, especialmente a camioneros, teniendo en cuenta los últimos hechos ocurridos recientemente. Además, destacó que “el límite legal es solo un límite formal”.
Los casos de conductores de camiones ebrios que provocan desmanes han llamado la atención de toda la sociedad. La peligrosidad habitual de las rutas suma un factor más de riesgo con estas personas que, alcoholizadas, conducen generando accidentes fatales.
Esta mañana, a través de la 99.9, Gustavo Brambati, especialista en Seguridad Vial del Centro de Experimentación y Seguridad Vial Argentina (CESVI), habló sobre los controles a los camioneros. “Lo de Mendoza fue un caso fuera de lo común, no es algo tan frecuente, pero no deja de ser preocupante. Todos los errores en las rutas son realmente peligrosos, porque son vías de alta velocidad; y si están relacionados con el alcohol, es peor”, señaló.
Desde la organización que integra han hecho distintos test, y los resultados son muy claros: “el límite legal es solo un límite formal. Los estudios que realizamos indican que debajo de 0,5 se genera un efecto negativo para la conducción, que reduce la precisión de maniobra y produce un aumento en el tiempo de reacción. El segundo, cuando uno circula a cierta velocidad, puede significar 35 metros”.
Por estos motivos, coinciden en que no se debería aceptar que nadie tome alcohol a la hora de conducir: “en su momento habíamos aceptado la tolerancia, pero en las rutas un pequeño error lo lleva al carril contrario. Otro de los problemas es el ingreso a la banquina, porque la banquina no perdona. El otro día circulaba por la Ruta 9 camino a Rosario y en 3 horas y media encontré cuatro vuelcos en un día de lluvia”.
Sobre los altos niveles de alcohol detectados en camioneros, superaban los 2 puntos, Brambati aclaró que las consecuencias son terribles. “Cuando el alcohol se ingiere sin comer, se alcanzan picos de alcoholemia sorprendentemente altos, y el efecto sobre el conductor es inmediato. El valor de alcoholemia para los conductores profesionales es cero, no se les permite tomar alcohol, y es por todo lo que genera en la conducción que siempre termina en una tragedia, porque participa un camión frente a un vehículo más pequeño”, explicó.
Por último, se refirió a otro tema delicado: conducir bajo los efectos de las drogas. En nuestro país no existen controles para este tipo de sustancias y algunos creen que, consumiéndolas, aguantarán mayor cantidad de tiempo conduciendo: “a veces, por tolerar más horas en ruta, se acude a las drogas; y es peligroso también porque llevan a la histeria, a la excitación. Además, son muy difíciles de detectar. El control de alcohol tiene un mecanismo técnico para detectarlo y encontrar una valoración en cuanto a sus efectos. En el caso de las drogas, esto no ocurre. No hay un límite de tolerancia, los controles son sobre cada droga, es algo bastante complejo, además de resultar más caro”.