La joven británica, de 19 años, denunció el pasado verano haber sufrido una agresión sexual múltiple a manos de 12 chicos israelíes.
De víctima a culpable en un abrir y cerrar de ojos. Una corte de Chipre ha declarado culpable a una joven británica de 19 años que denunció el pasado verano haber sufrido una violación múltiple a manos de 12 chicos israelíes, pero que posteriormente se retractó. Los abogados de ella critican que el cambio de testimonio ocurrió bajo coerción de la policía chipriota. El caso, que está pendiente de sentencia, ha causado un revuelo tanto en la turística isla del este del Mediterráneo como en el Reino Unido.
La mujer, procedente del condado de Derbyshire, se hallaba de vacaciones en Aya Napa, uno de los enclaves turísticos de Chipre más visitados por los británicos en épocas estivales cuando, el 17 de julio pasado, tuvo sexo consensuado con uno de los acusados en un hotel. La situación desembocó en lo que la chica describió en sede judicial, de forma gráfica, como una violación a manos de los 12 acusados, todos ellos ciudadanos de Israel de entre 15 y 22 años.
Los procesados fueron rápidamente arrestados en Chipre, pero recobraron la libertad y pudieron regresar a casa después de una confesión favorable de la británica, menos de un mes después de su denuncia inicial. Según el juez Michael Papathanasiou, la denunciante acabó por reconocer ante los investigadores que había mentido y se disculpó. Alegó, subraya, que falseó los hechos “avergonzada” tras saber que había sido grabada por los hombres durante el acto sexual.
“No causó una buena impresión en el tribunal. No dijo la verdad y confundió a la corte”, dijo el juez, en declaraciones recogidas por el medio ‘Daily Mail’. “Evitó ofrecer ciertas respuestas y parte de sus declaraciones no pudieron ser admitidas. Pude observar que parte de su defensa no era fiable”, añadió, subrayando que el único destello de verdad lo ofreció durante su confesión final a la policía: “Nunca fue clara acerca de qué ocurrió”.
Pero la defensa de la joven no lo ve así. Nicoletta Charalambidou, su abogada, asegura al periódico ‘The Guardian’ que “el juez fue muy estricto. Ha rechazado a todos lo testimonios de la defensa y nuestra reiteradas peticiones para acelerar el caso”. Dice que apelará la decisión judicial. La turista, cuyo nombre no ha trascendido, lleva en Chipre desde que ocurrieron los hechos. Estuvo primero en una prisión de Nicosia, la capital, y luego en centros de acogida isleños. Su pasaporte ha sido confiscado.
Michael Polak, un abogado a favor de los derechos de los expatriados británicos, ha denunciado que la chica cambió su declaración bajo presión. “Ocurrió que una joven fue llevada a un cuartel policial [donde] se le requirió que proporcionase una declaración más completa sobre la presunta violación”, ha subrayado. “Tras hacerlo, un agente le dijo que creía que ella mentía, y que quería ayudarla. Le dijo que escribiera una confesión, y que si no lo hacía sus amigos en Chipre serían arrestados por conspiración”.
Ahora, la joven, culpada de “actuación pública maliciosa”, se enfrenta a un año de prisión o a unos 1.700 euros de multa. La decisión final del juez, apelable, no se conocerá hasta el próximo 7 de enero. Los abogados han pedido que se mitigue la pena, enfatizando que la ahora acusada está arrepentida y que habló en contra de los israelíes bajo una fuerte presión psicológica.
Durante la vista para oír las conclusiones del juez, un nutrido grupo de activistas feministas han aparecido frente a la sede judicial. Han entregado dos máscaras, una a la acusada y otra a su madre -que organizó una colecta de dinero para pagar el proceso judicial- con los labios sellados. El eslogan ‘El violador eres tú’, nacido en Chile, dominó la protesta, repleta de acusaciones políticas. “Ella paga el precio del deseo de Chipre de tener buenas relaciones con Israel”, denuncia Andri Gioakatzi, una de las manifestantes.