La controlante de EDEA no pagó intereses de dos series de bonos.
El plan de congelamiento tarifario en el sector eléctrico que ordenó el Gobierno para el último año de su gestión comenzó a cobrarse víctimas en el sector privado.
Inversora Eléctrica de Buenos Aires, controlante de Empresa Distribuidora de Energía Atlántica (EDEA), informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que dejó de pagar el vencimiento de la cuota de interés que debía abonar ayer por dos tipos de Obligaciones Negociables que suman 135 millones de dólares. La empresa aclaró, sin embargo, que no se puede hablar aún de un default porque para eso “se requiere que la falta de pago de intereses subsista por un plazo de 45 días calendario o más”, por lo que la cesación de pagos es inminente.
EDEA es la mayor concesionaria eléctrica del interior de la provincia de Buenos Aires. Presta servicio en 17 localidades y tiene como clientes a otras 35 cooperativas.
En su comunicación al regulador bursátil, la empresa le echó por completo la culpa de su situación a la política oficial. “La problemática relativa a los ingresos de EDEA se agravó durante 2014 debido al impacto del Programa de Convergencia de Tarifas Eléctricas suscripto entre el Gobierno y la provincia de Buenos Aires, autoridad concedente de EDEA, por medio del cual se congelaron las tarifas de EDEA al 31 de diciembre de 2013 por un plazo de 365 días.” Y aclaró: “Si bien los efectos de dicho congelamiento tarifario fueron paliados en forma parcial”, por el reconocimiento de ciertas compensaciones, fueron destinadas a obras. Por todo eso, la empresa no tiene fondos para cancelar sus bonos.
El programa de Convergencia Tarifaria, una idea del ministro de Planificación, Julio De Vido, para evitar aumentos de luz, continuará este año, algo sobre lo que también avisó la controlante de EDEA. Advirtió que no está “en condiciones de asegurar que contará con los fondos necesarios para hacer frente a éste y a los futuros vencimientos de intereses bajo las Obligaciones Negociables”.
Después de la experiencia del año pasado, las provincias no tenían intención de renovar el acuerdo en 2015. Lo hicieron, sin embargo, por la presión de Planificación.
Tanto las provincias como las distribuidoras critican que el Gobierno no cumplió con las transferencias que había prometido para hacer obras. Eso, sumado a una situación de escasa liquidez que ya traían las empresas, debido a que los costos crecieron más que sus ingresos, las colocó en una situación delicada.
En general, todas las distribuidoras pasan por una situación similar a EDEA. Por eso, hace poco menos de dos semanas el Gobierno les dio un subsidio que le permita comenzar a organizar sus cuentas.