La nueva hipótesis señala que la especie progresó en poblaciones dispersas y aisladas desde el extremo sur hasta las costas del norte de África, y no desde una población única y concentrada.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford determinó que la especie humana evolucionó en un principio en poblaciones dispersas y aisladas en África, contradiciendo la narrativa habitual.
La teoría extendida defiende que el “Homo sapiens” progresó desde una única población ancestral en una región de África hace unos 300.000 años.
Sin embargo, el equipo liderado por la científica de la Universidad de Oxford Eleanor Scerri concluyó que los primeros humanos comprendían una meta-población panafricana “subdividida, cambiante y con diversidad física y cultural”.
“Esto encaja con un modelo de población subdividido en el que los intercambios genéticos no son aleatorios ni frecuentes y nos permite comenzar a detallar los procesos que configuraron nuestra historia evolutiva”, consideró Scerri, según publicó la revista especializada Cell Press.
Las barreras naturales, como ríos, desiertos y bosques, que separaban estas poblaciones, crearon oportunidades de migración y contacto entre grupos que anteriormente se habían separado.
La teoría hoy presentada, que apunta que hubo mezcla y aislamiento de poblaciones desde el extremo sur hasta las costas del norte de África, tiene más concordancia con los datos fósiles y genéticos que un único modelo de población.
El análisis de fósiles de “Homo sapiens” combinados con inferencias hechas a partir de muestras de ADN contemporáneas sugirió niveles de diversidad humana temprana que respaldaron el cambiante modelo de población subdividida de los investigadores.
“Por primera vez, hemos examinado todos los datos arqueológicos, fósiles, genéticos y ambientales relevantes para eliminar los sesgos y suposiciones específicos de campo y confirmamos que una mezcla de origen panafricano encaja mucho mejor con los datos que tenemos”, detalló Scerri.
En el futuro, según los autores, esta investigación permitirá a los modelos de historia evolutiva humana rechazar la progresión lineal simple de lo que podría denominarse “morfología arcaica” hacia una explicación más precisa de la complejidad e irregularidad involucrada en la evolución.
“Somos un linaje evolutivo con profundas raíces africanas, por lo que para comprender esta historia, debemos volver a examinar la evidencia de diversas fuentes sin una concepción a priori”, finalizó la científica.