Investigadores españoles participan en el histórico y controvertido nacimiento del bebé en Atenas.
Un niño de 2.960 gramos nació el pasado martes, 9 de abril, en un hospital de Atenas (Grecia) después de que su madre se sometiera a una técnica de reproducción asistida que utiliza el ADN de tres personas, según han anunciado investigadores españoles y griegos en un comunicado. Tras cuatro fracasos con las estrategias habituales, los especialistas utilizaron el óvulo de una donante, le quitaron el núcleo, le colocaron un núcleo de la madre estéril, lo inseminaron e implantaron el embrión en el útero. Es la primera vez en la historia que esta técnica se utiliza para solucionar problemas de fertilidad, pero ya fue utilizada por investigadores estadounidenses en México en 2016 para evitar que una mujer jordana transmitiera a su hijo una rara enfermedad genética hereditaria.
Cada persona tiene un manual de funcionamiento de dos metros de longitud y 3.000 millones de letras plegado de manera increíble en el núcleo de cada una de sus células. Pero, además, fuera del núcleo hay más instrucciones, el llamado ADN mitocondrial, formado por tan solo 16.569 letras. Esa es la aportación genética de la mujer donante al niño recién nacido en Atenas. “Hacemos niños como su papá y su mamá, no pretendemos hacer otra cosa. Hacemos que las madres puedan tener hijos genéticamente suyos”, explica la embrióloga Gloria Calderón (Barcelona, 1959), que ha participado en este hito científico junto a especialistas de la clínica griega de fertilidad Institute of Life.
Calderón es cofundadora, junto al biólogo portugués Nuno Costa-Borges, de Embryotools, la empresa española que ha desarrollado la técnica en su sede del Parc Científic de Barcelona. El Gobierno griego ha sido el primero en autorizar el uso de esta nueva estrategia. Calderón pide que no se llame a estos críos “bebés de tres padres”, un término que considera “confuso y sensacionalista”. La embrióloga ya participó en 1984 en el Instituto Dexeus de Barcelona en el nacimiento de Victoria Anna Sánchez, la primera niña concebida por fecundación in vitro en España. “La prensa empezó a llamarlos bebés probeta y la gente se pensaba que teníamos a los niños nueve meses dentro de un tubo”, bromea por teléfono.
La madre del bebé griego, de 32 años, está bien y comparecerá ante los medios de comunicación la semana que viene, según Calderón. Hay otra mujer embarazada de nueve semanas gracias a la misma técnica —conocida como transferencia de huso materno— y otros ocho embriones generados y listos para ser implantados. La científica española es consciente de que la estrategia tiene detractores. “Hay gente que ve problemas morales o éticos en esta nueva técnica, pero la segunda chica embarazada en Grecia llevaba ya 11 ciclos previos de fecundación in vitro sin lograr el embarazo. Nosotros trabajamos con los óvulos. Si la técnica no sale bien, no podemos crear el embrión”, argumenta.
El experto en bioética Íñigo de Miguel, de la Universidad del País Vasco, advierte de que “aunque parece segura, toda técnica nueva conlleva riesgos”. A su juicio, la pregunta que hay que hacerse es “hasta qué punto merece la pena correr el riesgo solo para perpetuar unos genes, cuando existen alternativas, como el uso de óvulos donados” sin modificarlos para introducir el ADN nuclear de la madre. “Hay una cuestión que nos inquieta a casi todos: el desconocimiento de los posibles efectos perjudiciales de la técnica en la criatura”.
La primera niña con ADN de tres personas, Emma Ott, nació en 1997 en EE UU, después de que su madre, con problemas de fertilidad, se prestara voluntaria a una intervención experimental más sencilla: la inyección de citoplasma (la parte del óvulo que rodea al núcleo) de otra mujer en su propio citoplasma. “La técnica está prohibida en EE UU desde 2000 por precaución con la cantidad de ADN mitocondrial inyectada. Nuestra técnica es más segura y mucho más complicada de llevar a cabo”, sostiene Calderón.
“El Comité Internacional de Bioética de la Unesco se pronunció en contra de esta técnica, porque una cosa es que algo se pueda hacer, y aparentemente permita obtener el resultado buscado, y otra son las consecuencias que puede tener para la salud de la persona, el nacido”, señala el jurista Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, el máximo órgano consultivo del Gobierno en el ámbito de la ética científica.
“Esta técnica está aún en una fase de poca seguridad en cuanto a su aplicación en humanos, según afirmaron los expertos biólogos y genetistas del comité de manera unánime”, añade De Montalvo, que también es miembro del grupo de la Unesco.
En España, la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida no incluye la transferencia de huso materna en su lista de prácticas autorizadas. Calderón explica que, cuando terminen su estudio con 25 mujeres en Grecia, presentarán una solicitud a la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, dependiente del Ministerio de Sanidad, para intentar ofrecer este servicio en España.
“Hoy, por primera vez en el mundo, se ha hecho realidad el inalienable derecho de una mujer de ser madre con su propio material genético”, ha proclamado en un comunicado el médico griego Panagiotis Psathas, de la clínica Institute of Life. Para Nuno Costa-Borges, “es una revolución”.