La novedosa prótesis usa un algoritmo de última generación y ejecuta los movimientos ordenados desde el cerebro. La mujer de 53 años que la utiliza, perdió la movilidad luego de sufrir una enfermedad neurodegenerativa.
Jan Scheuermann, de 53 años, padece una enfermedad degenerativa que afecta las neuronas del cerebelo, la zona donde se controla la coordinación muscular y el equilibrio. Ha perdido totalmente la movilidad de su cuerpo por debajo del cuello, pero gracias al brazo robótico que controla con el pensamiento, ha vuelto a mover objetos a voluntad.
Los responsables de la fabricación del brazo robótico destacan que hasta ahora no se había conseguido un control tan preciso y tan natural, finalmente posible gracias a un enfoque completamente diferente a partir del desarrollo de un algoritmo informático que imita fielmente la forma en la que un cerebro sano controla los movimientos de los miembros. Así lo explicó Andrew Schwartz, profesor de Neurobiología de la Universidad de Pittsburg, Pensilvania, Estados Unidos.
La paciente tiene dos censores de cuatro por cuatro milímetros implantados en el córtex cerebral. Estos dispositivos contienen microelectrodos, encargados de recoger la actividad cerebral de la corteza motora, responsable de la planificación, control y ejecución de los movimientos voluntarios. Y envían los estímulos a un procesador que interpreta las señales y las traslada a un brazo mecánico, que ejecuta las acciones que se generan en el córtex.
Jan ha sido capaz de desarrollar una “coordinación, habilidad y rapidez de movimientos casi similar a la de cualquier persona normal con su brazo. Puede tomar objetos, moverlos y depositarlos en distintos lugares a voluntad”, aseguran los investigadores. “Creo que esta tecnología tendrá uso terapéutico para personas afectadas por lesiones de médula espinal, ya que permite realizar tareas que ayudarán a estos pacientes en sus tareas cotidianas”, afirmó Andrew Schwartz.