Utilizarán plantas para reducir la contaminación del Riachuelo

Científicos y especialistas de la Universidad de Flores pondrán en marcha un plan a partir del uso de especies vegetales que capturan metales pesados en sus raíces.

AFP PHOTO / Juan Mabromata

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Científicos y especialistas de la Universidad de Flores pondrán en marcha un plan para bajar la contaminación del Riachuelo a partir del uso de especies vegetales que capturan metales pesados en sus raíces.
Se trata de una iniciativa basada en la fito-remediación, un sistema innovador que permite la mitigación de la contaminación tanto en ambientes acuáticos como terrestres, dijeron voceros de esa institución educativa.
“La cuenca inferior del río Matanza-Riachuelo, que separa la Ciudad de Buenos Aires de la provincia, es uno de los diez lugares más contaminados del mundo, con contaminación de aguas y de gases tóxicos que afectan directamente a 20.000 personas que viven cerca del río”, explicó el director del proyecto, Sebastián Miguel.
Entre las especies utilizadas por su capacidad de retener metales pesados se cuentan la Sagitaria montevidensis (Saeta), Schoenoplectus californicus (Junco) y Echinodorus grandiflorus (Cucharero), entre otras.
“Las especies capturan en sus raíces metales pesados y eso se pudo comprobar en plantas que ya existen en algunos lugares de la ribera y que son las mismas que vamos a utilizar nosotros”, apuntó Miguel, y agregó que los estudios realizados demuestran que son las raíces las que absorben los metales pesados en tanto que a las hojas solo llegan concentraciones “muy pequeñas” de estos metales.
En una primera etapa, que comenzará mañana, se colocarán 60 rollos con plantas, además de árboles como el ceibo y el sauce criollo que también cumplen las misma función, en un espacio ribereño de 100 por 20 metros cercano al puente Alsina, en el barrio porteño de Pompeya.
“Esta técnica consiste en la construcción y desarrollo de soportes y estructuras para alojar las especies vegetales”, explicó Miguel, y dijo que para ello “se utilizan rollos de aproximadamente un metro de largo por veinte centímetros de diámetro, materializados por medio de textiles de trama abierta degradables y se rellenan con materiales vegetales de poda y hojas de palmera”.
“En esos rollos se plantan y alojan las especies seleccionadas que una vez que enraízan dentro de los rollos, son llevados al territorio para ser fijados en la costa. De este modo se garantiza que las plantas colocadas en los bordes de la ribera prosperen, se fijen y enraícen de manera segura”, acotó.
El especialista señaló que algunos estudios que acompañan el proyecto determinaron “la presencia de plantas tolerantes a los elevados niveles de metales pesados presentes en las riberas de la Cuenca Baja, siendo además acumuladoras de cobre, zinc, cromo y plomo”.

Miguel manifestó que en el marco del proyecto se realizó el relevamiento de seis puntos con el objetivo de determinar los posibles sitios de intervención, donde se realizarán las pruebas piloto para determinar el comportamiento de las plantas seleccionadas.