Turistas y venecianos por igual se tuvieron que calzar las botas altas de caucho y caminar por las aceras elevadas de la ciudad de los canales, inundada en buena parte debido a una histórica “acqua alta” (marea alta), con un nivel que alcanzó 1,27 metros y que podría elevarse aún más en las próximas horas.
El agua penetró en cafés y tiendas, y las autoridades tuvieron que cancelar preventivamente las clases preescolares.
Inclusive muchos hoteles debieron proveer botas de plástico altas hasta la rodilla a los turistas, que forman parte del vestuario común de los venecianos.
Italia ha padecido mal tiempo últimamente, con aguaceros casi diariamente en muchas partes del país, y los meteorólogos pronosticaron más lluvias intensas, desde Venecia en el noreste hasta Sicilia en el extremo sur.
“Nos enfrentamos a una marea más que excepcional. Todos están movilizados para manejar la emergencia”, tuiteó el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro.
“Mañana (por hoy) pediremos el estado de catástrofe natural porque los daños serán probablemente importantes y se espera que siga subiendo el nivel del agua”, añadió Brugnaro.
“Necesitamos que todos nos ayuden a hacer frente a lo que es claramente el impacto del cambio climático”, añadió el alcalde al final de la noche en la famosa plaza de San Marcos.
Por la noche, el Centro de Mareas indicaba una altura de 1,87 m, la mayor “Acqua alta” desde el récord registrado el 4 de noviembre de 1966.
Además de las dificultades de residentes y turistas, una de las mayores preocupaciones es el estado de la basílica de San Marcos, ya que actualmente ha sido inundada hasta los 70 centímetros de agua en la zona del nártex, bañando los mosaicos que forman el suelo y las columnas que acaban de ser restaurados después del agua alta que sufrió en octubre de 2018. Cerca del 50 % de la ciudad permanece inundada, situación que podría continuar hasta el sábado.