La donación fue realizada a través de la empresa Citgo, filial de la estatal Petróleos de Venezuela radicada en Houston, actualmente hipotecada por un préstamo ruso.
La única refinería que el Estado venezolano mantiene en Estados Unidos, y que actualmente se encuentra hipotecada como garantía de un préstamo ruso, donó medio millón de dólares para la toma de posesión del presidente estadounidense, Donald Trump, según reveló este martes la Comisión Federal Electoral.
El nombre de Citgo Petroleum, filial de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), figura entre las 11 grandes compañías que hicieron donaciones superiores al medio millón de dólares al comité responsable de organizar la ceremonia de juramentación, celebrada el pasado 20 de enero. Le acompañan empresas como la tabacalera Reynolds American, la fabricante de aviones Boeing, la empresa de ventas online Allied Wallet, la tecnológica Intel y la también petrolera Chevron, que cedieron hasta un millón de dólares.
El desembolso de la refinería venezolana radicada en Houston supera con creces los aportes realizados por empresas estadounidenses como Google (que donó 285,000 dólares), Ford Motor Company (250,000) y Pepsi ( 250,000), entre decenas de otras compañías.
En total, el comité organizador de la juramentación de Trump reunió 106.7 millones de dólares: el doble de lo que recolectó el comité que preparó la primera toma de posesión de Barack Obama en 2009, y que en aquella oportunidad se abstuvo de aceptar dinero de lobistas y corporaciones en busca de influencia en Washington.
“Los fondos recaudados para la celebración inaugural permitieron al Presidente (Trump) dar al pueblo estadounidense (…) la oportunidad de experimentar un momento increíble de nuestra democracia donde presenciamos la transición pacífica del poder, piedra angular de la democracia estadounidense”, expresó el presidente del comité de inauguración, Tom Barrack, a través de un comunicado.
El mismo día que la Comisión Federal Electoral hizo pública la lista de donantes, el Departamento de Estado de EEUU divulgó una declaración en la que llama a “detener la violación y exigir rendición de cuentas en las protestas de Venezuela”, en las que solo en el último mes han muerto siete personas y han sido detenidos cientos de manifestantes que piden la celebración de elecciones en el país -algunos de ellos han sido, incluso, torturados.
Otra de las grandes paradojas que encierra este sorpresivo acto de “generosidad” del chavismo hacia el presidente republicano es que Venezuela atraviesa actualmente una severa crisis económica generada, entre otras cosas, por la virtual quiebra de la industria petrolera, que financia con sus exportaciones de crudo más del 60% del presupuesto nacional.
Por causa de esa crisis, Citgo se encuentra hipotecada. El 49,9% de las acciones de la refinería fueron presentadas como garantía de un préstamo por 1,600 millones de dólares cedido por la empresa rusa Rosneft al gobierno de Nicolás Maduro. Y el restante 51,1% de las acciones, fue ofrecido como incentivo en un canje de bonos ejecutado por Petróleos de Venezuela en 2016.
En caso que Pdvsa no pueda honrar su deuda, Rusia podría quedarse con la mayoría accionaria de Citgo, que cuenta con estaciones de servicios y oleoductos en 22 de los 50 estados de la unión. Le bastaría comprar un 10% de los bonos que actualmente se encuentran en manos de inversionistas.
Aún a pesar de la pésima relación política que han mantenido Caracas y Washington desde hace más de 15 años, la estatal Pdvsa nunca ha dejado de vender petróleo a sus clientes en Estados Unidos y continúa figurando entre sus seis proveedores más importantes alrededor del mundo.
De hecho, la dependencia de Venezuela del dinero estadounidense se ha acentuado durante la gestión del chavismo pues, entre las deudas adquiridas con China y Rusia y los leoninos acuerdos energéticos que ha suscrito Venezuela en América Latina y el Caribe, EEUU es el único país que paga en efectivo el 100% de su factura petrolera, en un plazo no mayor de 90 días.
Venezuela es a su vez, junto a Arabia Saudita, uno de los pocos países petroleros que han llegado a tener refinerías en Estados Unidos.