Vicente Lourenzo, integrante de CAME (Coordinadora de Actividad Mercantiles Empresarias), se refirió en la 99.9 a las cifras de facturación que tiene actualmente la venta ilegal y la necesidad de que se combata seriamente este circuito de contrabando: “no hacen falta normas, sino la intención de combatir este flagelo”.
La situación del contrabando de mercaderías en el país llega a niveles preocupantes. Así lo expresaron desde la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias (CAME) y uno de sus integrantes, Vicente Lourenzo, habló en la 99.9 puntualmente de este tema: “todo lo que es venta ilegal ha tenido un incremento enorme en los últimos 20 años con cifras de facturación anual que son alarmantes y podrían traducirse en mejores hospitales, mejores pagos a los polícías, médicos y profesores. Es un circuito del que el estado no se entera y está haciendo millonarias a distintas mafias”.
Desde el análisis que realizan, aclaró que los orígenes de la venta ilegal son tres: “uno es el contrabando que es lo que el actual gobierno está tratando de desbaratar. Hay más de 100 containers en el puerto que nadie sabe de quien son. Otro son los talleres clandestinos donde confluyen una fuerte cantidad delitos como evasión fiscal, tributaria, trabajo en negro y muchos más. El restante es a través de los piratas del asfalto”.
Lo que buscan es que la justicia de la orden de empezar a hurgar en la red del contrabando para desbaratarla, porque consideran que no es muy difícil identificarla: “cuando la justicia y el poder ejecutivo tomen la decisión, tienen todas las herramientas para saber cuál es la ruta de esa mercadería. El contrabando tiene su mayor ingreso por Bolivia en la zona norte y por camiones o camionetas se distribuyen a todo el país o llegan a La Salada para después ser distribuidas”, indicó sobre el circuito.
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires accionó en el desalojo de los manteros en algunos sectores, pero no hicieron otra cosa más que moverse hacia otro lugar pero no fueron a fondo con la cuestión: “hay una presencia policial para no permitir que se vuelvan a instalar en Caballito y en Flores, por ejemplo. Todos esos manteros se trasladaron a Once que es otro centro comercial muy grande afectado por esto tema. Esto demuestra que cuando hay voluntad política, se pueden utilizar las herramientas para despejar el espacio público, aunque no para combatir el contrabando específicamente”.
Como en tantos otros delitos de nuestro país, Lourenzo sentenció que “no hacen falta normas, sino la intención de combatir este flagelo”.