¿Qué pasa si a un gran barco carguero le falla el GPS? Una catástrofe. Por eso, Reino Unido impulsa una tecnología de respaldo, sólo que lejos de ser nueva, data de la Segunda Guerra Mundial.
Las autoridades británicas acaban de anunciar que instalaron un sistema llamado eLoran en siete puertos del país.
Muchos barcos usan sistemas de navegación global vía satélite, pero si fallan las consecuencias pueden ser desastrosas.
El nuevo sistema, que no está basado en satélites sino en elementos ubicados en tierra, está diseñado para ser usado en caso de un fallo del GPS.
“Todos los barcos de ahora dependen mucho del GPS”, le comenta a la BBC Martin Bransby, gerente de investigación y radionavegación de la Autoridad General de Faros de Reino Unido.
“Su uso principal es la navegación, pero hay muchísimos otros instrumentos que también de esa tecnología. Si no funciona, estás muerto”.
El eLoran se ha probado en Felixstowe, el puerto de carga con más tráfico de Reino Unido.
Cada año, tres millones de contenedores llegan en los más grandes barcos cargueros del mundo.
Manejar con seguridad esos buques en esta ocupada vía marítima es vital y en la actualidad la única ayuda con la que cuentan es el GPS.
A bordo del Galatea, barco de 80 metros, las autoridades británicas han estado probando qué pasa si falla el sistema satelital.
Martin Bransby lo demuestra apagando el receptor de su barco.
En unos pocos segundos, saltan las alarmas y empiezan a dejar de funcionar los instrumentos, uno a uno.
“Este es el girocompás, que pone la nave en dirección, y puedes ver que está empezando a fallar”, muestra Bransby.
“Más acá, está el radar y tampoco funciona. Este es el posicionador dinámico, mantiene el barco en posición y no está funcionando”, agrega.
“La carta electrónica se vuelve inútil. Incluso los relojes del barco dejan de funcionar”.
En una serie de pruebas, los británicos descubrieron que casi toda la tecnología del barco usa GPS, incluso los equipos de entretenimiento.
Bransby dice: “Te puedes imaginar, viendo este barco, que en medio de la noche, en la oscuridad, con niebla en el canal de La Mancha y que pase esto. ¿Qué haces? Estás en medio de un desastre, básicamente”.
Perder el GPS no es sólo una hipótesis remota.
El sistema funciona usando una serie de satélites orbitales pero la señal que transmiten es débil y puede sufrir interferencias con facilidad.
Otros sistemas de navegación, como el Galileo en Europa y Glonass en Rusia, tienen las mismas vulnerabilidades, comenta el profesor David Last, del Real Instituto de Navegación.
“Un poco de energía de una emisión en la frecuencia usada por el GPS cerca del receptor y lo puede inutilizar y no va a poder recibir la señal del GPS”, dice.
“Por ejemplo, es un verdadero problema en Corea. Ha habido tres ocasiones en que los norcoreanos han emitido señales muy poderosas hacia el sur”.
“El sol puede también dejar fuera de cobertura los satélites”, agrega.
“Empieza a transmitir ruido durante tormentas solares, tan intensas en ocasiones que hace que los GPS se resientan o hasta pierdan la señal”.
Hasta ahora, no ha habido un “plan B” para si el GPS falla, pero el proyecto de eLoran va a ser una herramienta importante.
Su tecnología fue desarrollada durante la Segunda Guerra Mundial.
El nombre es un acrónimo por Long Range Navegation System (Sistema de Navegación de Largo Alcance) y fue idea de unos científicos estadounidenses.
Durante la guerra, fue usado para guiar los navíos de guerra estadounidenses en el océano Pacífico.
Pero después de terminar la guerra, fue actualizado y rebautizado como Loran-C, además de ser adoptado por muchas marinas alrededor del mundo hasta la llegada del GPS.
Ahora, está siendo resucitado como eLoran, con una infraestructura actualizada para hacerlo más preciso.
Mientras el GPS transmite desde el espacio, el eLoran está en tierra.
Las estaciones de radio transmiten señales de largo alcance que son procesadas como un GPS para apuntar la posición.
Pero también hay diferencias cruciales.
El profesor Last dice: “Lo bueno es lo siguiente: las frecuencias de radio en que transmite el eLoran son completamente diferentes de las del GPS”.
“Los niveles de potencia, en lugar de ser muy débiles, son muy fuertes; la propagación de las señales de radio son muy diferentes”.
Y agrega: “Todo lo que importa es muy diferente (del GPS) así que no hay algo que los haga fallar a los dos. El resultado es un sistema alternativo que se conecta y se usa”.
Las autoridades británicas acaban de terminar de instalar el eLoran en siete puertos en el este de Reino Unido, para completar así la primera fase de su implementación.
A bordo del Galatea, Bransby demuestra cómo funciona un receptor dual eLoran-GPS.
“Lo que pasa dentro de la caja es que cuando se ve alguna interferencia o fallo en el satélite, hay un algoritmo que decide cambiar a eLoran. Y lo hace a la perfección”.
Por ahora, eLoran está siendo probado en la navegación de carga pero podría tener un papel fundamental para la gran mayoría de los sistemas que usan GPS.
El profesor Last cree que hace tiempo que es necesario tener un respaldo de seguridad.
“La mayoría de la gente piensa en el GPS como el sistema detrás del navegador del automóvil y le dice dónde está en sus teléfonos inteligentes”, dice Last.
“Pero probablemente no existe área en la industria, el comercio o las telecomunicaciones que no dependa del GPS. Y si se cae, lo perdemos todo”.
Pero el sistema de respaldo puede que nunca llegue a convertirse en un estándar.
El cuerpo de Guardacostas de EE.UU. se está ocupando de desmantelar su infraestructura de eLoran.
Y en Europa, los gobiernos de Noruega y Francia ya han anunciado que el próximo año cesarán sus operaciones.
Las compañías comerciales puede que se hagan cargo, pero sin el apoyo de algunas de las principales naciones, la seguridad que aporta la red eLoran puede que no esté disponible para rescatar a todos.