Vietnam se encontraba de luto este viernes, un día después de que se confirmase que los 39 migrantes hallados muertos dentro de un camión en Inglaterra eran vietnamitas que en su mayoría huían de la pobreza, mientras el gobierno realizaba intensas gestiones para repatriar los cuerpos.
El Gobierno vietnamita confirmó en la víspera la identificación de las víctimas y expresó sus condolencias a los familiares y amigos de los emigrantes, que pagaron hasta 40.000 dólares a los traficantes de seres humanos en busca de una vida mejor en el Reino Unido.
En una carta de condolencias enviada a las familias de los 31 hombres y ocho mujeres fallecidos, el primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, dijo que la tragedia había causado a los vietnamitas en todo el mundo un “dolor interminable” y prometió “traer pronto a las víctimas de regreso al país”.
Por su parte, la embajada de Vietnam en Londres dijo que una delegación oficial ya se encontraba en Gran Bretaña realizando gestiones para llevar los cuerpos a casa “lo antes posible”.
Camión llegó de Bélgica
Los cadáveres fueron encontrados el 23 de octubre dentro de un camión frigorífico en una zona industrial de Essex, unos 30 kilómetros al este de Londres. El automotor había llegado en barco al puerto de Purfleet, en el Támesis, procedente de Bélgica.
El extraordinario crecimiento económico de Vietnam desde que comenzó a abrir su economía a finales de la década de 1980, se ha producido sobre todo alrededor de las grandes urbes y ha dejado de lado a las provincias más rurales y pobres, donde la única esperanza a menudo es emigrar a la gran ciudad o al extranjero.
Miles de vietnamitas se arriesgan incluso a un viaje caro e incierto para alcanzar tierras europeas, como los 39 muertos en Essex, que procedían de provincias del centro y norte de su país. Cientos de miles migran cada año a las periferias industrializadas de Hanói y Ho Chi Minh, mientras decenas de miles van a otros países del Sudeste Asiático o Asia.