Virgilio Elizondo, padre de la Teología Hispana en Estados Unidos, se suicida tras ser acusado de abusos

El sacerdote, hijo de migrantes mexicanos, fue una figura clave del empoderamiento latino.

Virgilio-ElizondoEl sacerdote Virgilio Elizondo, padre de la Teología Latina y figura clave del empoderamiento hispano en Estados Unidos desde la década de los setenta, se suicidó este lunes de un disparo en su casa de San Antonio (Texas), según confirmó el servicio forense del condado de Bexar. Tenía 80 años de edad. En mayo de 2015 había sido acusado por un hombre de abusos supuestamente cometidos en 1983. Elizondo negó la acusación. El caso seguía abierto.
Hijo de migrantes mexicanos, nacido en San Antonio, Elizondo era un teólogo de gran reputación en Estados Unidos y con nombre también a nivel internacional. Time lo incluyó en el año 2000 en una lista de los principales líderes espirituales estadounidenses. “La gente sufre cuando no es bienvenida. Para mí ese es el mayor pecado del mundo”, dijo a la revista. Criado en un barrio humilde, Elizondo recordaba su infancia como un tiempo de marginación para los mexicanos y afroamericanos: “Fue una experiencia de segregación muy fuerte”, comentaba en el vídeo de presentación de su web.
“La parroquia era el único espacio institucional de la ciudad en el que nos sentíamos en casa, libres para hablar en nuestro idioma, para cantar nuestras canciones, hacer nuestras fiestas y ritos”, dijo a Time. En 1963 fue ordenado sacerdote y a principios de los setenta ya estaba involucrado en la lucha por los derechos de los trabajadores de origen mexicano. En 1972 fundó el Centro Cultural Mexicano Americano, un think tank para la formación de líderes latinos.
“Empoderó a los latinos desde la teología. Propuso la idea de que el mestizaje era el futuro de la humanidad, no sólo de una nación. Que el camino era la apertura, la diversidad permanente”, dice en la Ciudad de México el fraile dominico Carlos Mendoza, amigo y colaborador de Elizondo.
En el entorno del teólogo se sabía que la acusación de abusos lo había hundido. Había dejado de dar clases en la Universidad de Notre Dame y se había recogido en su casa de San Antonio.
Notre Dame fue su plataforma académica. Era el titular de Teología Pastoral e Hispana, y fue el responsable de que la universidad diese una cátedra de enseñanza al peruano Gustavo Gutiérrez, uno de los mayores referentes de la Teología de la Liberación, rama de izquierda de la Iglesia católica en Latinoamérica, cuando era hostigado por la jerarquía eclesial de su país.
Doctorado en el Instituto Católico de París, de 1983 a 1995 fue el párroco de la catedral de San Fernando en San Antonio, la iglesia más vieja de Texas (1731), donde estableció una misa bilingüe que se transmitía por televisión en todo el país. Elizondo escribió libros como El futuro es mestizo o El camino del Galileo: una promesa mexicano-americana y fundó la Academia de Teólogos Católicos Hispanos en Estados Unidos, que creó un premio con su nombre.
“El padre Virgilio fue un sacerdote con corazón de pastor y sirvió como figura paterna para una generación entera de jóvenes latinos”, dijo el arzobispo de Los Ángeles, José Horacio Gómez. “Que la Virgen de Guadalupe, a la que amaba mucho, lo acoja con su compasión maternal”.