Así lo indicó la ex funcionaria policial en diálogo con la 99.9 y señaló que sufrió hostigamiento por parte de dos personas con la campera de la DDI que la espiaban desde un vehículo en la puerta de su casa.
El hallazgo del cuerpo sin vida de Quimey Carrizo, una de las denunciantes de José Luis Segovia es un giro más en la oscura trama del ex Jefe de la Departamental Mar del Plata. Otro de los capítulos lo ha aportado la ex funcionaria policial Virginia Sosa que denunció en la 99.9 que tuvo vigilancia por parte de personas de la DDI.
“La Rusa”; como la conocen en el ambiente, indicó que “Quimey fue una de las víctimas de Segovia como yo y otras personas que se atrevieron a enfrentarlo. Lo defino como un monstruo”. Luego de ello comenzó a narrar lo que le tocó vivir: “apareció un móvil no identificado en la puerta de mi casa y me avisaron los vecinos que tuviera cuidado cuando bajaran en mi hogar porque había dos policías con campera de la DDI. El día anterior había ido a fiscalía general para presentarme como particular damnificado de esta porquería porque no encuentro otra manera de definirlo”.
Si bien podría haber esperado, cuando tuvo oportunidad enfrentó a las personas que estaban frente a su domicilio: “pasé por al lado del vehículo, los miré y efectivamente eran un hombre y una mujer con las camperas de la DDI. Cuando fui a buscar mi motovehículo decidí no callarme. Me puse al lado del auto y les pedí que me explicaran que hacían en la puerta de mi casa. Les pedí que bajen porque estaban con gorra para que no se les viera la cara. Me dijeron que no tenían que explicar nada. Le dije que era una de las personas que estaba declarando en contra de su jefe departamental preso. Llamé al 911 para que venga un móvil policial y los identifiquen porque estaban en un auto común y no sabía si eran policías”.
Ahí fue cuando comenzaron las contradicciones y quedaba cada vez más en evidencia que eran personas enviadas para intimidar a Sosa: “la persona ofuscada saca su identificación y me la pasa por los ojos diciendo si era ciega. Lo único que vi era que decía sargento pero le pedí que se quede hasta que llegue un móvil policial. Me dijo que no me conocía pero cuando vio que estaba grabando, se apartó y me dijo que no me atreva a poner nada en redes sociales. Ahí fue donde le dije que no me quedaba claro si me conocía o no entonces. Se subió al auto junto con la mujer y se fue como un loco”.
No volvió a verlos, pero decidió contarlo porque aún preso Segovia, estas cosas siguen sucediendo: “Segovia hizo muchas denuncias en mi contra para meterme miedo, pero mi postura era el silencio, ahora no me pienso callar y mucho menos después de lo que le sucedió a Quimey. La dejaron muy sola, nadie la ayudó. Quimey decía desde el minuto uno la verdad y le costó la vida. Segovia hizo y deshizo todo a su antojo, era un monarca a tal punto que no le importaba la vida de nadie”.