La prensa local destaca que Auschwitz es siempre una visita “difícil y delicada” para un canciller alemán, y agradece la decisión de Merkel de visitar el antiguo campo de concentración.
La canciller alemana, Angela Merkel, al frente del Gobierno alemán desde hace casi 14 años, ha visitado hoy, por primera vez, el antiguo campo nazi de concentración nazi de Auschwitz (sur de Polonia), donde fueron asesinados más de un millón de prisioneros durante la II Guerra Mundial, en su mayoría judíos.
Merkel es el tercer canciller germano en visitar este campo de concentración, el mayor de los puestos en marcha por la Alemania nazi, después de Helmut Schmidt en 1977 y Helmut Kohl en 1989 y 1995. H arealizado su visita al campo acompañada por el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, junto a quien ha hecho una ofrenda a los fallecidos en Auschwitz y ha matenido un minuto de silencio ante el muro donde miles de prisioneros fueron fusilados.
Merkel ha sido invitada a visitar el antiguo campo de concentración por la Fundación Auschwitz-Birkenau, la organización que administra el fondo de conservación de lo que hoy es el museo-memorial de Auschwitz. Alemania es el mayor donante de esta fundación, que hoy conmemora sus diez años de existencia, y de hecho Angela Merkel ha prometido una nueva dotación de 60 millones de euros.
La prensa local destaca que Auschwitz es siempre una visita “difícil y delicada” para un canciller alemán, y agradece la decisión de Merkel de visitar el antiguo campo de concentración en su último periodo al frente del Ejecutivo germano.
La visita se produce en el contexto de la exigencia polaca para que Berlín pague nuevas reparaciones por los daños causados por la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial, una reclamación que llevaba años olvidada y que ahora amenaza con enturbiar las relaciones polaco-germanas.
El recinto del antiguo campo de concentración, que comprende el complejo Auschwitz-Birkenau, abarca unas 200 hectáreas de terrenos con 155 edificaciones y 300 ruinas, incluyendo las de las cámaras de gas y los crematorios. En 1979 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y cada año recibe la visita más de un millón de turistas de todo el mundo.