La utilización de vuelos privados es un recurso clásico en campaña. La mayoría de los candidatos en algún momento recurre a ellos. Pero hay un caso que por volumen se destaca especialmente. Es el de Sergio Massa, quien hizo 290 vuelos en jets privados entre 2014 y 2018.
Se trata de un período que incluye dos procesos electorales en los que más veces utilizó aviones y helicópteros para llegar a distintas provincias de la Argentina, según información oficial a la que accedió LA NACION.
Entre 2014 y 2018, Massa concretó 157 tramos en aviones privados y otros 133 en helicópteros, un promedio aproximado de un viaje cada cinco días. Son dos medios de transporte costosos y que se pagan en dólares, pero que acortan los tiempos de traslado. Solo en 2015, cuando Massa era candidato a presidente, el líder del Frente Renovador recorrió en los jets 58.000 kilómetros, el equivalente a una vuelta y media al mundo.
Los vuelos de Massa en aviones privados tienen una cotización de mercado cercano al millón de dólares, según pudo reconstruir LA NACION sobre la base de distintas fuentes del mercado. A ese número hay que sumar los vuelos en helicóptero, una cifra cercana a los US$250.000, según pudo calcular este medio, a partir del tipo de nave que usó el candidato a diputado del Frente de Todos.
Este uso intensivo de aviones privados se destaca cuando se lo compara con otros de los postulantes más importantes de esta campaña, que suelen utilizarlos solo de manera complementaria. Por ejemplo, el presidente Mauricio Macri declaró un gasto de casi $4 millones en vuelos privados durante estas PASO y Alberto Fernández tomó un solo jet privado durante la última campaña. Cristina Kirchner directamente voló solo a través de Aerolíneas Argentinas.
Massa viajó casi exclusivamente en tres empresas aéreas. Como dueños o miembros del directorio de estas empresas figuraron Ernesto Clarens, la familia Brito y Jorge “Corcho” Rodríguez, todos empresarios procesados en la Justicia por corrupción.
¿Quién pagó esos vuelos? En el entorno de Massa aseguran que los desembolsos salieron desde la caja del Frente Renovador (FR). La cifra declarada en los balances de sus partidos (bajo el ítem gastos de movilidad) y en las rendiciones de gastos de sus campañas (2015 y 2017) suman US$500.000, menos de la mitad del costo de mercado, según los balances que recibió la Cámara Nacional Electoral (CNE). “Todos los vuelos de campaña fueron declarados por el partido ante la Justicia”, aseguraron en el FR.
Los momentos de mayor frecuencia de vuelos ocurrieron en 2015 y 2017, los años en que Massa fue candidato. En septiembre y octubre de 2015, al final de su campaña presidencial, el líder del Frente Renovador se subió a jets privados unas 27 y 21 veces, respectivamente. Casi una vez por día. Antes de las PASO de ese año, lo hizo otras 20 veces. La misma tendencia se repitió en 2017, cuando fue candidato a senador. El avión más utilizado en esos años fue el Lear Jet 60 matrícula LV-FUT.
La empresa más utilizada por Massa fue Excel Servicios Aéreos: hizo 111 de los 290 vuelos. Según registros oficiales, en sus orígenes la firma tuvo en su directorio a la familia del banquero Jorge Brito. En 2008 pasó a ser presidida por Ernesto Clarens y en 2017 fue adquirida por un cuñado de Brito, exdirectivo del Banco Macro, que asegura que ya no tiene contacto con el resto de su familia.
La mayoría de los vuelos de Massa con Excel ocurrieron durante el período en que la firma era presidida por Clarens, conocido como “el financista de los Kirchner”. Pero el contacto con la empresa continúa hasta la actualidad: Massa dijo que se había subido otras seis veces a esos jets antes de las últimas PASO.
Tanto el massismo como Excel aseguraron que los viajes fueron facturados, en blanco. Según pudo reconstruir LA NACION, la empresa no factura vuelo por vuelo, sino que asienta montos globales, que están “bonificados”. Por ejemplo: un vuelo de San Fernando a Córdoba fue cobrado US$4600 y otro a Comodoro Rivadavia, US$13.100. Pero en la documentación presentada ante la Justicia Electoral, el líder del Frente Renovador no incluyó ninguna donación de parte de las empresas aéreas. “Es un cliente heredado y asiduo”, argumentaron desde Excel.
Massa no respondió a la consulta de LA NACION sobre cuál sería su relación con Brito y Clarens. La única documentación oficial que lo vincula con uno de ellos (Brito) es su declaración jurada: Massa declaró una deuda por medio millón de pesos con el Banco Macro.
Las campañas electorales también potenciaron la utilización de helicópteros. La gran mayoría de los vuelos despegó o regresó al Aeropuerto de San Fernando y el destino más frecuente fueron localidades del conurbano bonaerense. Las aeronaves más usadas fueron LV-FGK y LV-CFO, ambas aparecieron registrados a nombre de Helicopter Corporation, una empresa que supo ser de Jorge “Corcho” Rodríguez y que, tras su salida en diciembre de 2014, pasó a un familiar. Rodríguez está procesado por el presunto pago de sobornos de Odebrecht.
Fueron 88 tramos solo a bordo de esos dos helicópteros. “Todos los vuelos fueron declarados y facturados. Los pagó el Frente Renovador. No veo cuál sería el problema”, dijeron desde la empresa. Y aclararon que una de esas naves fue vendida a Fusion Blue Servicios Aéreos, otra de las firmas que Massa usó con frecuencia en 2017, con otros 31 vuelos. Según los registros oficiales, el presidente de Fusion Blue es Fabián Carballo, un empresario que, además, es candidato a intendente del massismo en José C. Paz.
A pesar de que dio más de cuatro vueltas al mundo entre 2014 y 2018 (132.000 kilómetros), los vuelos al exterior fueron una excepción para Massa. Solo se registraron viajes a las ciudades brasileñas de Porto Seguro, Fortaleza y Manaos (a los dos últimos subió a su familia). También se trasladaron, por ejemplo, en jet privado a Pinamar, la localidad bonaerense donde Massa suele veranear, según los planes de vuelos.
Una política dejada de lado
Varios políticos echan mano de los vuelos privados para hacer campaña electoral, pero los principales candidatos la adoptan como una opción complementaria. Tanto Alberto Fernández como Macri dijeron a LA NACION haber viajado en jets privados, que cotizan en dólares, pero solo como un “plan B”.
El oficialismo gastó casi $4 millones en aviones privados en la campaña para las PASO, según constan en el balance presentado ante la CNE. Macri aprovechó una zona gris para bajar los gastos en comparación con las PASO de 2015: combinó actos oficiales en su rol de presidente con el proselitismo de Juntos por el Cambio.
En las primarias de 2015, el partido Pro había declarado un gasto de $1,9 millones en “movilidad y viáticos”, unos US$210.000 al tipo de cambio de esa época. Para las generales y el ballottage de aquella primera campaña presidencial la fuerza macrista había desembolsado otros $4,7 millones en el rubro transporte. Para las primarias de este año, declaró gastos en transporte por $3.997.456, unos US$90.000 al tipo de cambio de agosto.
Macri viajó al interior del país en la flota oficial de los Tango cada vez que combinó campaña con actividades presidenciales, un híbrido en la agenda presidencial. En el último mes antes de las PASO visitó seis provincias con esa modalidad. Por otro lado, para ir a Rosario y Córdoba, para hacer “campaña pura” antes de la veda, usó aviones alquilados por Pro. El oficialismo contrató a Únicos Air, una compañía de Diego Colunga, hijo de Carlos Colunga, histórico piloto de Franco Macri.
Alberto Fernández se subió al menos a un avión privado durante las PASO facturado por el Frente de Todos, aseguraron desde su búnker. Y explicaron que solo se acudió a esa forma de transporte cuando los tiempos de logística no encuadraban para tomar vuelos de línea. Fue una jornada que incluyó Mendoza-San Rafael-Río Cuarto y el regreso a Buenos Aires, informaron desde el kirchnerismo.
El candidato del Frente de Todos intentó acotar al máximo los desplazamientos en vuelos privados. Y no solo por una cuestión de costos. “Viajar en Aerolíneas (Argentinas) es parte de su campaña. Le piden fotos en el aeropuerto y hasta adentro del avión”, dijeron en su entorno.
Cristina Kirchner multiplicó sus viajes durante la campaña para presentar su libro Sinceramente. Estuvo en Rosario, Santiago del Estero, San Juan, Chaco y Misiones, entre otras provincias, y tiene previstos más actos similares hasta las elecciones del 27 de octubre. La senadora voló por Aerolíneas Argentinas, dijeron sus colaboradores, aunque no especificaron cómo financió esos viajes.
Varios de los referentes que hoy integran el Frente de Todos se embarcaron en vuelos privados junto con Massa cuando estuvieron en el Frente Renovador: Alberto Fernández lo acompañó dos veces en los jets privados, ambas en 2014, rumbo a Mendoza y Salta. Felipe Solá, otro de los directivos más influyentes del kirchnerismo, compartió 12 viajes con Massa, según los planes de vuelo.
También se subieron a esos aviones otros candidatos que compartieron espacio con Massa y que ahora están en la vereda de enfrente. Miguel Pichetto, postulante a vicepresidente de Juntos por el Cambio, tomó dos vuelos en 2018, rumbo a Bahía Blanca y Tucumán. Y Roberto Lavagna viajó siete veces con el tigrense.