Como parte de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, Walter Martello habló sobre el estudio que realizaron abordando los problemas de alcoholismo en edades tempranas: “el inicio en edad temprana ha bajado el umbral y lo coloca prácticamente en niños”. Además, señaló que “la mayoría de la ingesta se realiza en el hogar propio o de un amigo”.
Los problemas de alcoholismo que se notan en la nocturnidad y que, lamentablemente, terminan en grandes titulares trágicos en los medios, tienen momentos de origen cada vez más tempranos. Así lo evidencia un estudio que realizó la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires y uno de sus integrantes, Walter Martello comentó las conclusiones a través de la 99.9: “en Argentina no hay ningún tipo de limitación en la publicidad de alcohol y está vinculada siempre al divertimento, la fiesta y el pasarla bien. Eso sale reflejado en el cuestionario que hicimos. La asociación es lineal entre la ingesta de alcohol y los estados de felicidad pleno”.
Lo más preocupante del estudio fue la edad en la cuál los chicos comienzan a beber en cantidades grandes: “el 50% de los jóvenes consultados entre 12 y 14 años manifestaron que consumían alcohol al menos 2 o 3 veces por semana y es lo más duro del informe. El inicio en edad temprana ha bajado el umbral y lo coloca prácticamente en niños. La repregunta fue si recordaban lo que había sucedido la noche anterior después de una ingesta fuerte de alcohol y la mayoría nos dijo que no”, remarcó.
También consultaron donde se juntan a tomar y lejos de lo que esperaban, la respuesta generalizada fue sorpresiva: “antes del estudio creía que el más alto porcentaje de consumo iba a estar en la calle, pero la mayoría se realiza en el hogar propio o de un amigo. Como padres tenemos que prestar atención a lo que está sucediendo. Quedandose en la propia casa llegan a consumir 5 bebidas diferentes”, advirtió Martello. Si bien las previas, tenían el objetivo de no andar por la calle, ya se llegó al punto de no salir luego de juntarse en las casas: “a pesar de que el argumento es que nos juntamos en casa para después salir, la mayoría responde que después no salen. El otro aspecto es la venta de alcohol a menores porque piden dinero a sus padres y terminan comprando alcohol”.
A partir de estas conclusiones, desde la Defensoría adelantaron que tratarán de poner límites en la venta: “una de nuestras prioridades es la regulación de la publicidad de alcohol, queremos ver como se articula algún tipo de cuestión hasta que se haga una legislación al respecto. Con el tabaco dio cierto resultado y tenemos que diseñar una estrategia”, ejemplificó.
Por último, Martello destacó que no se puede estigmatizar a nadie en el consumo de alcohol porque incluso el poder adquisitivo de las familias fue otro de los temas analizados: “el estudio fue hecho entre jóvenes escolarizados y sobre los 492 casos, la mayoría era de clase media. A mayor nivel de poder adquisitivo, se notaba mayor calidad de la bebida que consumía pero no modificaba la cantidad”.