Walter Martínez Soto: «El delito nos ha ganado en un punto: es más importante pertenecer a una bandita de delincuentes que a un grupo de estudiantes»

El fiscal del fuero de menores habló en la 99.9 sobre el acceso a armas que tienen los jóvenes y adolescentes y analizó porque suceden este tipo de situaciones.

Recientemente, en Mar del Plata, se dio a conocer el caso de un joven que estaba amenazando a través de un video a un compañero del colegio con un arma; algo que alerta por el acceso que tienen niños a tener armas de fuego.

El fiscal interviniente es el Dr. Walter Martínez Soto que habló en la 99.9 sobre esta situación: «el viernes en poco tiempo fueron individualizados los jóvenes que habían protagonizado este video. Debo decir que fue un video cerrado, una de las tantas normas que a veces puede aparecer en Internet. Pero un ciudadano nos llamó a la fiscalía y nos hizo saber esto. Rápidamente nos pusimos a trabajar. Quizás cualquiera ve la imagen y ve un arma que le falta el gatillo, que le falta la cola disparadora, pero no habrá pensado en eso. Estamos hablando de chico de menos de 12 años. Nos llama a la reflexión qué estamos haciendo los adultos con esto».

Ante ese escenario, el Dr. Martínez Soto brindó su parecer: «podemos discutir la cuestión de la baja de edad, sería interesante. Hoy está en libertad porque la ley prohíbe que estén detenidos en un instituto con algún tipo de acompañamiento, pero lo cierto es que el estado tiene habilitado un acompañamiento previo y especial que generalmente se vigila a partir del colegio. El colegio en el último tiempo nos ha dado un montón de alertas a la fiscalía para empezar a trabajar casos que resultan realmente complicados, por ejemplo de bullying o el caso de acoso sexual entre alumnos. Es decir, el colegio es el primer termómetro de cómo nos estamos manejando. Lo cierto es que a veces el mismo colegio no tiene todas las herramientas para poder brindar una respuesta que tiene que ser integral, donde tiene que participar la familia y la sociedad».

El retroceso social es un problema que se sigue agravando y es donde el sistema judicial debe poner algún tipo de freno: «en este punto no hay forma de que no implemente el derecho penal y habilite los medios necesarios para evitar este tipo de conductas en el futuro. Resulta ser algo muy normal, lamentablemente, hasta la forma de cómo manejan este código comunicacional. Es decir, pareciera que es mejor tratarse de guachín, de guacho, o términos de este tipo, y que no tienen la menor idea qué significa. En una parte del video dice «no te regalé, no te regalé». Es otra cosa lo que ellos quieren significar en ese video. Si tuviese que hacer un corte hoy en cuanto a si somos más civilizados que hace un par de años, lo podía asegurar: no lo somos».

También el fiscal del fuero de menores, destacó que no se trata sólo de personas que no saben, sino que tiene que ver con algo más integral: «estamos atravesando una situación que no tiene que ver con una cuestión de nivel de instrucción, sino de educación. Es decir, mis abuelos ni siquiera habían terminado la primaria y le puedo asegurar que bajo ningún punto de vista pretendían utilizar estos términos, pero también tiene que ver con, me parece a mí, querer pertenecer a algo. El delito nos ha ganado en esta estructura, es más importante pertenecer a una bandita o conformar una bandita de delincuentes que pertenecer a un grupo de estudiantes, tener un mérito y que en el futuro puedan progresar como una persona de bien».

Por último, habló de otro aspecto importante que es el mundo adulto que retroalimenta el delito de los menores por conveniencia: «quien necesita algo va y compra en las páginas donde venden los que roban. Y son adultos que no son del barrio, viven en lugares acomodados y también tienen un cierto tipo de negocio con esto. Hay todo un sistema porque en Mar del Plata el índice de criminalidad de los jóvenes es ínfimo. El año pasado hemos tenido casi 56.000 causas, de las cuales 1300 son del fuero penal juvenil. Es decir, lo que puede incidir la criminalidad juvenil en los mayores es poca. Lo que quiero decir con esto es que si hay mucho más delito, intervienen menores. Los menores generalmente no tienen la logística como para poder autofinanciarse, hacer inteligencia. Generalmente son delitos del momento, del acto, y que se consuman ahí mismo para poder después vender lo que ellos roban».