El fiscal Walter Martínez Soto criticó en la 99.9 el accionar policial en la muerte de Ezequiel Lamas en Miramar y remarcó que “lo primero que hicieron fue tratar de ensuciarme a mí y a la Dra. Sala”.
El crimen de Ezequiel Lamas en Miramar ha comenzado a mostrar particularidades en torno al desarrollo de los hechos. Uno de ellos es la actuación de la policía, hecho que fue criticado por el fiscal Walter Martínez Soto, interviniente en la causa.
En la 99.9, al agente del ministerio público explicó que “lo que tenemos acreditado en la causa, es que hubo una acción externa que le provocó una caída y un consiguiente golpe con traumatismo y fractura de cráneo. Eso derivó en una hemorragia interna que luego originó la muerte. Ni Ezequiel ni su grupo, eran personas encaminadas a cometer delitos y mucho menos tuvieron intenciones de robar a la familia que los acusó”.
Después de esa aclaración, hay otra parte del hecho que tiene que ver con el agresor y sus intenciones. “No entendemos el porque de la acusación. Hubo malos entendidos y malos ánimos que derivaron en la intervención policial porque no quedaron conformes con la disculpa de Ezequiel y su grupo de amigos. La impresión que me llevo del joven que lo agredió es por demás buena. En su declaración como imputado, tampoco tiene explicaciones y está destruido”, dijo el fiscal.
También hizo un mea culpa sobre el funcionamiento de las instituciones y la reacción que esto genera en los propios ciudadanos: “los jóvenes tienen descreimiento en las instituciones y en algunas porciones indican que hay que administrar justicia por mano propia porque la justicia es inútil y los abogados no sabemos nada. Tal vez seamos culpables como Poder Judicial de no explicar los institutos jurídicos, pero realmente me pone mal porque si se hubiera actuado adecuadamente no tendría que haber llegado a ese resultado”.
Ahí es donde interviene la impericia policial para resolver una situación que no parecía demasiado grave y que, por el contrario, terminó desbordándose: “el personal policial tendría que haber estado capacitado, sin temor para actuar como policía y controlar una situación de 4 jóvenes demorados que tenían alrededor gente que quería mirar. Es muy preocupante porque la gente por el hecho de estar demorados, ya emitía juicio y los quería aporrear”.
Lejos de aceptar los hechos, la policía arremetió contra el fiscal algo que para Martínez Soto es aún más grave: “acá nadie acepta los errores, la policía sabe que actuó mal y lo primero que hicieron fue tratar de ensuciarme a mí y a la Dra. Sala que está en Miramar indicando que yo dije que liberaran al muchacho. Es un insulto muy grande para mí y no lo comprendo”, finalizó.