El fiscal del fuero de menores de Mar del Plata, Walter Martínez Soto, brindó su opinión en la 99.9 sobre las medidas que se pretenden adoptar en el régimen penal juvenil y destacó que no se toman otras decisiones complementarias y necesarias. “En la construcción de la persona civil, no ha cambiado nada”, indicó.
Los cambios en el régimen penal juvenil y la siempre polémica medida de la baja de edad de imputabilidad, siguen siendo debates valederos para mejorar un sistema deficiente en muchos sentidos. El fiscal del fuero penal juvenil, Walter Martínez Soto dio su opinión en la 99.9.
“Desde que en Buenos Aires se instaló el juicio para los menores, al igual que se hace con los mayores; no hubo ninguna mejora en la prevención. Se mejoró sustancialmente el proceso penal, la manera de darle derechos y garantías, pero en la construcción de la persona civil en cuanto a sus obligaciones no ha cambiado nada”, indicó respecto de los trabajos que se deben abordar paralelamente a cierto tipo de medidas.
Lo que advierte el fiscal es que no hay un norte hacia donde dirigirse: “no hay política seria al respecto y se sigue abordando con un programa viejo. Hay voluntades, pero mucha ignorancia al respecto porque el adolescente crece de manera muy dinámica y el estado se ha quedado atrás. Por más que bajen la edad de imputabilidad, si no se hace nada más, será tener en la cárcel un jardín de infantes”.
El primer paso importante es mejorar infraestructura para los menores detenidos, sino no se hace más que replicar lo que le pasa a los mayores, pero en un ámbito distinto: “la estructura de un centro cerrado es pésima y el estado ha sido permeable a las formas que se permiten en estos lugares. Hay situaciones muy similares a las que suceden en Batán e incluso los propios detenidos lo denominan como el “Batancito”, como si fuera una pre-escuela de la Unidad Penal”.
Después, Martinez Soto advirtió que se debe trabajar desde el punto de vista social para evitar que cada vez más chicos elijan el camino de la delincuencia: “hay otra ciudad, a 5 minutos de la Municipalidad que nadie ve. Cualquier chico de esos lugares está imposibilitado de llegar al mar, no tienen cloacas, no tienen luz, los padres viven encerrados como si fuera una cárcel. Hay una cuestión política de por medio, porque la gente no puede vivir así. Es muy difícil lograr integraciones en ese contexto”.
Incluso, lo señaló como uno de los factores importantes para que el crecimiento de la delincuencia juvenil no cese: “no justifico la violencia, pero la están generando porque esos chicos no pueden acceder a lo que cualquier chico puede acceder. Los bombardean constantemente con cosas que deben tener y estos chicos no pueden acceder a esas cosas. Tendremos jóvenes que en un futuro reclamarán sus derechos de manera violenta y ya está ocurriendo hoy”, finalizó.