La cifra de muertos por las inundaciones y deslizamientos causados por las fuertes lluvias en la región sudeste de Brasil en la última semana se elevó ayer a 54 en los estados de Minas Gerais y Espirito Santo.
Al menos 19.000 personas fueron evacuadas por las inundaciones en estos dos estados, más en una parte de Río de Janeiro.
El desastre es mayor en Minas Gerais, donde viviendas de material fueron arrancadas de cuajo por la fuerza de las inundaciones y del desborde de los ríos a raíz de las lluvias tropicales que son típicas en el verano en toda la región sudeste de Brasil, que incluye también Río de Janeiro, Espirito Santo y San Pablo.
Según Defensa Civil, 45 personas murieron en Minas Gerais desde el viernes pasado y 15 de las víctimas son de la capital del estado, Belo Horizonte. Al menos 121 ciudades de Minas Gerais están en situación de emergencia.
El último dato de un fallecido es un niño de tres años que murió al caer una pared de su vivienda en Montes Claros.
El gobierno federal autorizó partidas presupuestarias del orden de los 25 millones de dólares para que gobernadores e intendentes puedan enfrentar la crisis humanitaria generada por los decesos y los evacuados.
También se registraron 6 muertes en Betim, en el Gran Belo Horizonte, que es uno de los polos industriales automovilísticos más importantes de Sudamérica.