La marplatense que fue atropellada por una joven de 14 años totalmente borracha en Cancún, habló en la 99.9 ya instalada nuevamente en nuestra ciudad: “me la pasé llorando, es horrible”.
La marplatense Yesica Samoiloff sufrió una situación muy particular en Cancún cuando estaba cerca de llegar a su lugar de residencia y fue atropellada junto a un amigo que luego falleció, por una joven de 14 años que estaba alcoholizada.
Su vida dio un giro inesperado y necesitó de la solidaridad de todos sus familiares y conocidos en nuestro país para recuperarse de a poco y regresar al país. Ya instalada nuevamente en Mar del Plata, habló en la 99.9 indicando que “ahora estoy despertando, todas mis amigas, personas que me conocen desde chiquita vinieron a visitarme y preguntar por mí. Fue todo muy injusto, me la pasé llorando, algo horrible”.
Su amigo ya no está y sabe que todo lo que le tocó atravesar es realmente irreal, difícil de comprender: “el chico era chef internacional, era mi amigo, es super injusto para él, era buena persona y padre. Habíamos ido a cenar porque siempre le decía que me cocine porque lo hacía muy bien. Ocho cuadras antes de llegar a mi casa pasó esto”.
Las secuelas de ese hecho fueron realmente graves para ella y tardó en saber que le había sucedido aquella fatídica noche: “empecé a recordar lo que me pasa en el hospital como a los 20 días de lo que pasó. Me quedé más en México para pasar las fiestas en otro país y no pude ni siquiera disfrutarlo”.
Yesica estuvo internada en un hospital público, pero pudo constatar que lo que se denomina como “público”, no lo es realmente: “estuve en un Hospital que era público pero no tan público. Los medicamentos, los antibióticos lo teníamos que comprar nosotros. Todo lo necesario en un hospital como cremas o vendas, las teníamos que comprar con mi hermana. Las operaciones había que pagarlas y la ferretería que tengo en la pierna con los tornillos, lo clavos y las placas, te los cobran. Si iba a un hospital privado es una fortuna, era como 1.000 dólares por día la internación”.
Ahí fue donde la solidaridad de sus conocidos, le dio la caricia que necesitaba en un momento tan difícil: “estoy totalmente agradecida, han colaborado un montón. Tengo amigas de mis trabajos anteriores que hicieron rifas acá en Argentina, donaron y vendieron cosas para poder ayudarme”, concluyó.