La gestión de Guillermo Montenegro transcurre entre algodones. Muy lejos quedó la furia con la que la cadena de corte y pegue local reportaba los siete días de la semana los errores y tropiezos de la intendencia de Carlos Fernando Arroyo y la actitud beligerante del gremio de municipales, hoy calladito como alumno al que mandaron al banco del fondo, por barullero.
La modalidad es la misma tanto en Balcarce como en Morón: actores de la política usan los datos de los ciudadanos para armar contratos cuyos titulares nunca llegan a cobrar.
El paso de Alberto Fernández por la asamblea del G20 en Roma, su reunión privada con Jorge Bergoglio en el Vaticano, y sus reuniones con la directora del board del FMI, sólo dejaron palabras amables. Por décadas, el FMI fue la excusa de los gobiernos para impulsar políticas que le dieran a sus respectivos países sustentabilidad económica. También, fue el filón que usaron las izquierdas —y en Argentina, el peronismo, en sus infinitas variantes—, para derribar a sus oponentes políticos.
El raid de Pino Olmos I. Camarógrafo en Canal 8 en los ’80 y ’90, llegó a la política de la mano de su compinche de fútbol 5, Blas Aurelio Primo Aprile. Cuando éste renunció, aturullado y confundido en tiempo y espacio tras la caída de la convertibilidad, partió con él. Retornó de la mano de otro político: Juan Anastasía.
1) Clara Obligado (desdoroso ejercicio del poder) | 2) Francisco Paoltroni (poniendo lo que hay que poner) | 3) Patricio Gerbi (revelando la trama) | 4) Fernanda Montoto Raverta (un tiro en el pie) | 5) Tasa y Jiménez (a ellos también les cabe) | 6) Kanki Alonso (variante mapuchista vernácula) | 7) Marina Sánchez Herrero (con ganas) | 8) Valeria Crespo (militando en campaña) | 9) Luis Tagliapiettra (o como arruinar un propósito noble) | 10) Martin Bava (al servicio de modo inmediato)
El estado asambleario en el sur del partido de General Pueyrredon data de inicios del 2000. Surgidas al calor del corralito, las asambleas fueron movimientos que rápidamente se transformaron por default en estructuras políticas que viven de una relación tortuosa con el estado.
