Ahora que desaparecieron las filminas, que dejamos atrás a Suecia, Uruguay, y Chile, que, en proporción, tenemos más fallecidos por Covid-19 que India, EEUU, y Brasil, comienza a surgir nítidamente lo que desde este medio sostuvimos al inicio de la cuarentena: no es el virus, es la ideología, lo que encerró a los argentinos.
Demasiado solo. Hay ruidos en el Palacio. El fracaso de la desgestión de Guillermo Montenegro ya no lo puede disimular ni la cuenta de Twitter de Marcelo Pasetti.
1) Mauricio Macri (we are back) | 2) Dario Oroquieta (no da el piné) | 3) Roberto Polvara (asumiendo la voz) | 4) Carlos Rottemberg (alineado) | 5) Juan Zabaleta (levanta una antigua bandera) | 6) Gabriel Felicia (algo exagerado) | 7) Carlos Infante (30 años después) | 8) Fabián Giovanello (cacareándole a la AFA) | 9) Daniel Rodríguez (se le cayó la movida virtual) | 10) Alejandra Mauricio (por la constitución)
Luego de dos semanas de trasiego político y mediático en torno a la situación sanitaria de Mar del Plata, con advertencias y amenazas entre funcionarios, los hechos van dejando en claro el escenario real de lo que ocurre. Al acting vergonzoso de trasladar un paciente con Covid-19 a Capital Federal —aduciendo que no había camas en Mar del Plata— le sucedió otro acting, el del intendente con su vergonzoso “audio filtrado”.
Mar del Plata y la inseguridad | Todos los barrios de la ciudad están colapsados por los hechos de inseguridad. La presencia policial es poca, o nula, y Montenegro parece estar en otra cosa. El intendente ganó las elecciones diciendo que tenía un plan de seguridad, que sigue sin empezar. ¿No sería el momento?
Es un año trágico para nuestro país, que quedó en manos de una secta que, encerrada en sí misma, vive un escenario onírico de desafíos y de enemigos que sólo existen en sus mentes. El gobierno repite el mismo escenario de la década de los setentas: “Campora al gobierno, Perón al poder”. El poder real, hoy, está en el instituto PATRIA.
