Igualdad, fraternidad, y liberación
Aquella proclama bañada en sangre de la revolución francesa fue proclamada por los nobles y burgueses que —como punta de lanza de los sans-culottes— derribaron el régimen real para buscar un nuevo orden acorde a esos principios. La rebelión de los chalecos amarillos revela que la tensión social que Marx y Engels describieron y plantaron como la matriz de la lucha de clases, vuelve a instalarse en un predicamento distinto pero que va al mismo punto.
TOP TEN 1106
1) Guillermo Arroyo (nada de cajonear) | 2) Hernán Mourelle (desafía y encara) | 3) Marcos Carbone (pirómano suelto) | 4) Guillermo Dietrich (politiqueando) | 5) Martin Merlini (sumando porotos) | 6) Alejandro Vicente (presente y pasado) | 7) Guillermo Kane (político estereotipado) | 8) Ariel Ciano (busca un lugar, no sabe cómo) | 9) Adriana García (una verdad lejana en el tiempo) | 10) Alberto Agote (a derecho, nada)
“No estábamos locas”
La cosificación de Lucía
Los términos que los humanos empleamos nacen de la cultura, de los actos que no supimos cómo se llamaban y que, por medio de la palabra, los transformamos en algo que todos podemos comprender. Los historiadores coinciden en ubicar a la revolución francesa, con su proclama de libertad, igualdad y fraternidad —una proclama que nunca se hizo efectiva— como el origen de los movimientos feministas; aún cuando el código napoleónico, que incorporó al código civil los derechos proclamados por la revolución, excluyó taxativamente el reconocimiento de dichos derechos a la mujer.
Malas lenguas 1106
De enfrentamientos y desafíos. Fue una semana de esas a las que el adocenamiento periodístico cita de “semana caliente”. La presencia de los secretarios Hernán Mourelle y Luis Distefano en el concejo deliberante —transmitida por el canal de youtube del cuerpo y replicada con alta audiencia en el facebook y cuenta de twitter de la 99.9— dio lugar para pinceladas varias y descaros vernales tremendos

