Un cierto aire a psicosis

Los eventos, menores es cierto, que han conmovido estas últimas semanas a la manzana de las sombras, llevan a inevitables cabildeos políticos -obsérvese que aprecio cabildeos, no análisis- enmarcados por un giro brutal que en la diaria de la vida política del poder de turno ha generado la dupla integrada por Agustín Cinto y Gustavo Blanco, ambos integrantes del PRO y funcionarios del intendente Carlos Fernando Arroyo.
Malas lenguas 982
La jaula de las locas I. Fue una semana tremenda de dimes y diretes en los que el chisme le ganó a la inteligencia. La semana en que Gustavo Blanco elevó la apuesta desafiante al intendente Arroyo y a todo el gabinete en la postura de fantasía de primero reducir el salario de los funcionarios y luego de eliminarlo lisa y llanamente
Tras los muros, sordos ruidos

No es el convento histórico que marcó el inicio de la gloria del general José de San Martín, ni siquiera es ciertamente un convento; todo va señalando que es la tapadera de una estructura económica manejada por un sector de la Iglesia cuyas acciones estuvieron lejos del escrutinio público hasta que José López llegó al lugar con sus bolsos llenos de millones de dólares.
El loco de la fiscalía
TOP TEN 982
1) Gustavo Blanco (Cuidado con el comecocos) No se puede creer, y crece la teoría psíquica por su ratio pública. En concreto: la red del pajarito se le transformó en un comecocos que lo tiene un tantillo desquiciado. Tal como señaló otrora el ex presidente Roca a su secretario Gramajo: “mire, Gramajo; en política, el que habla se jode”. El silencio es salud, y Blanco debería ser el mejor entendedor de este precepcto. 2) Agustín Cinto (Brilla como puloil) Llegó de CABA rodeado de oropeles que los nativos de esta aldea urbana extendida suelen atribuir a los arribados de la…