Malas lenguas 903

Fastidio naranja I. El que tienen funcionarios de Scioli -como es el caso de Hugo Bilbao, titular del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS)- con el intendente marplatense, irónicamente el dolorense Gustavo Arnaldo Pulti, conocido por estos lares como Perogrullo/Cospelito. El enojo de don Hugo está motivado por los desprecios que el “abid” de Florencio dispensa al aporte que el organismo brinda para contribuir a la limpieza de la ciudad. Puesto a imaginar cómo contribuir a dar la mejor imagen del “tanque” de la campaña de Daniel Scioli, (el verano, la costa, etc.), don Hugo imaginó (ningún genio, está…

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Un cierto aire a final

Ya nada será igual. El intendente Gustavo Arnaldo Pulti (GAP) no pudo articular el cierre de los votos para aprobar el presupuesto 2015, y por medio de su lenguaraz de turno, Ariel Ciano, eligió el camino de la mentira para justificar este fracaso político con repercusiones institucionales.

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El tiro del final

Sucedió en un departamento de la torre Le Parc, en la zona más suntuosa de la ciudad de Buenos Aires, e impactó en toda la sociedad. Alberto Nisman había instalado una denuncia sin antecedentes en la Argentina: acusó al poder en su máxima expresión de pactar con una república extranjera una impunidad criminal que, de ser probada, llevaría al cargo de traición a la patria.

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TOP TEN 904

1) Ariel Ciano (Mentiroso e incumplidor) Que es un farabute, sabihondo y creído, no es nuevo. Mentiroso compulsivo es un dato reciente surgido de su ejercicio diario, que ya se le está haciendo hábito y callo. Debiera saber ya que se le puede mentir a uno todo el tiempo, a algunos algún tiempo, pero no a todos todo el tiempo. 2) Daniel Núñez (Denuncia a derecho) Presidente del comité local de la UCR, dijo con claridad meridiana que hay que denunciar penalmente a Perogrullo/Cospelito y sus funcionarios por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Los comunicados a los medios,…

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El edificio del terror

En un edificio de departamentos, la administración comete tantas irregularidades como quiere, y nadie puede quejarse. Los propietarios están aterrados: son, muchos de ellos, adultos mayores que padecen amenazas, golpes y cortes arbitrarios de los servicios elementales.

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