TOP TEN 888
1) Gustavo Arnaldo Pulti (GAP todo lo puede) El jefe de la mafia local, que se oculta tras la expresión «Acción Marplatense», concretó su operación más anhelada: echar a Baragiola a patadas del sillón principal del Concejo, ensuciándola hasta el final. Perogrullo/Cospelito manejó los hilos de títeres propios y ajenos, se llevó de la nariz a dos bloques opositores, y descabezó el deliberativo local. Como suele elogiarlo uno de sus acólitos, “el Jefe todo lo puede”. Esto lo pudo. 2) Héctor Rosso (De traste) Terminó hacia atrás su día más infame. Luego de gritarle “ladrona” a Baragiola, cayó de traste…
Malas lenguas 888

De confesiones y humillaciones I. Tal como mayordomo de estancia, el intendente Perogrullo/Cospelito besa el anillo del amo. Servicial siempre, Gustavo Arnaldo fue de recorrida por el nuevo shopping que se construye en el predio de la antigua terminal de ómnibus de la manito del amo, Florencio Aldrey Iglesias, quien lo guió por las obras y le puso como condición que hable de lo maravilloso que es para Mar del Plata contar con su amor y sus inversiones. El dolorense cumplió a carta cabal, y dijo, entre otras apreciaciones básicas: “Yo digo a los que invierten y dan trabajo: ¿qué…
Hechos y relato
Lo acontecido en el recinto del Concejo Deliberante el pasado jueves 2, constituye una de las jornadas más oscuras del presente democrático de la Argentina. No es sólo el peso de la destitución de Vilma Baragiola como presidente del HCD, promovida desde una maniobra vil y mendaz (la cámara oculta y su edición), sino el escenario de poder mafioso desplegado por el intendente Gustavo Arnaldo Pulti, uniendo la concentración de comunicación mediática pagada con recursos de los contribuyentes, con el ejercicio de la violencia por grupos controlados por él, a través de actores políticos de Acción Marplatense.
La sangre derramada
Argentina vivió tres décadas en las que la violencia armada fue el instrumento para la acción política. Se buscaba imponer el derecho por la fuerza, que, tal como enseñó Sarmiento, es el derecho de las bestias. Esa violencia comenzó a ser juzgada con el histórico juicio a los ex comandantes en 1984, impulsado por el ex presidente Raúl Alfonsín, y se detuvo luego de la asonada de Semana Santa liderada por Aldo Rico, dando lugar a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.