Delito en Mar del Plata | Los números que entregó la Procuración sobre el delito en Mar del Plata hacen que la ciudad sea cada vez más famosa. Para Fernández Garello, la culpa no es suya. El intendente pide socorro. ¿No da miedo?
No parece haber generado una sorpresa el informe que dio a conocer la Procuración Bonaerense, que reveló que durante 2013, en Mar del Plata ocurrieron 12.57 muertos por cada 100.000 habitantes. Después de Quilmes, General Pueyrredon va a la vanguardia en el récord de ciudades con mayor índice de muertes violentas, en relación a su población estable.
Ante un panorama tan poco alentador, el fiscal general de este distrito judicial, Fabián Fernández Garello, poco hace para establecer las responsabilidades que podrían caber a la clase judicial o al funcionamiento de las fuerzas de seguridad para que semejantes números se sostengan. Opina que los datos hablan de una “conurbanización” del delito y de una falta de códigos producto del consumo de drogas. Textualmente dijo a un medio de prensa: “Nosotros dirigimos las investigaciones y nos encargamos de esclarecer los hechos, que en la ciudad se resuelven en un 80%”.
El porcentaje descarnado despertó la ira y la impotencia de quienes se ocupan de cuestiones de la inseguridad: a nadie escapa que no es correcto el porcentaje, ya que tratando de medir la ineficiencia, se ha establecido que Mar del Plata archiva o desecha el 97% de las causas que se instruyen por delitos violentos.
El mismo fiscal general dijo a la ciudadanía que la cifra de muertos era estable: “no baja ni sube desde hace años”, con lo cual efectivamente está faltando a la verdad, ya no por una cuestión de inconsistencia en sus interpretaciones sino que no toma en cuenta la objetividad de la medición: de los 60 homicidios que se verificaron en 2010, se pasó a los 91 del 2013, con lo cual el aumento verificable en tres años es de más del 50%.
Impotentes
Se multiplican los muertos, y nunca parecen ser suficientes los remedios provinciales para frenar la ola de delitos violentos en esta ciudad. Es sencillo verificar cómo aparecen las voces que intentan generar una sensación en la prensa de que los funcionarios están investigando alguna cosa. Pero a los pocos días aparece un aviso de diario brindando recompensas sustanciosas a quienes brinden la información que ellos no han podido encontrar, y tras cartón la causa aparece provisoriamente archivada, porque ya no tienen nada que hacer, o no saben dónde buscar, o los nombres que les dieron no eran los correctos, o las huellas eran imposibles de identificar. Se les queman los papeles. Nunca agarran un culpable.
Con más pena que gloria pasaron en 2009 y 2013 las dos intervenciones de Prefectura Naval para multiplicar la presencia de uniformados en la calle. No conforme con eso, el intendente Gustavo Pulti le planteó ahora a la ministra de Seguridad de la Nación, María Cecilia Rodríguez, el envío de una unidad de inteligencia de la Gendarmería, con el objetivo de llegar al fondo del problema.
¿Al fondo? El delito está afianzado en el distrito, y el caudal de violencia cotidiana se acelera. En lo que va del trimestre ya se registraron 28 homicidios, casi un 65% más que en igual período del año pasado, que a esta altura llevaba 17. Y en la lista de asesinados hay desde personas de bajos recursos hasta el ayudante de un fiscal: hay homicidios en asaltos y un abanico que incluye ajustes de cuentas, conflictos familiares y riñas.
El último fin de semana largo fue fatal y extremo: se cometieron cinco homicidios, y se sumó un sexto con el deceso de una víctima de robo, tras una agonía de más de seis días.
Por eso, el jefe de la Policía, comisario general Hugo Matzkin, se instaló en esta ciudad el mes pasado con el objetivo de revisar la disponibilidad de personal y volcar más efectivos a la calle en funciones específicas, en particular las enfocadas en esclarecimiento de delitos. Pero parece que la presencia en la calle no alcanza: el problema local son las investigaciones ineficientes, perezosas, imprecisas, iletradas. El edificio de Tribunales, como un gran elefante blanco, no hace más que asegurar partidas que sostienen estándares de vida asombrosos, sin que vuelva a la sociedad servicio alguno a cambio.
El pedido de la Gendarmería que hizo Pulti data de hace varias semanas. Y aclaró que golpear la puerta de esta fuerza no implica apuntar a más patrullajes: “Así como respaldamos el pedido del fiscal general Fabián Fernández Garello para que se fortalezca el área de investigaciones de la policía provincial y ya se incorporó más gente, de la misma manera pedimos similar fortalecimiento desde las fuerzas federales“. Dijo el intendente que con esfuerzos como el planteado, se busca desbaratar bandas que operan en la trastienda del delito que se manifiesta en la superficie. Fijate vos.
Incompetentes
El abogado Martín Ferrá es una de las personas que intenta reunir información acerca del avance del delito en Mar del Plata, y brindó su testimonio ante la 99.9 sobre las cifras que dio a conocer la Procuración de la Corte respecto de los homicidios en ocasión de robo. Dijo Ferrá: “me preocupa cómo harán la carrera contra el delito, si sólo para llevar la estadística tienen un atraso de 3 años en la Procuración de la Corte”.
Las cifras que dio a conocer la Procuración han ratificado demasiado tarde todo lo que los marplatenses pueden verificar día a día. Por eso Ferrá destacó que hay muchos factores que inciden directamente en que los delitos sigan incrementándose año a año hasta llegar a números irracionales: “la prevención siempre falla, se llega al homicidio una vez que ocurrió, pero no se previene palpando de armas y controlando para que no se llegue al delito. Falla también el juzgamiento y la represión del delito”, resaltó el abogado.
Estas conclusiones surgen después de haber seguido las cifras del delito en la ciudad, y de examinar cuidadosamente cómo responde el sistema judicial ante esta realidad. La evidencia siempre es atroz: “hay un 90% de causas que tienen archivo o desestimaciones en Mar del Plata. Eso se complementa con un bajísimo índice de juzgamiento de los hechos delictivos. Sólo un 5,10% en la ciudad son elevadas a juicio. Un 7% de las 32.330 causas del 2012 en Mar del Plata lograron llamar a un imputado a declaración indagatoria, que es el acto por el cual el Estado quiere saber por qué delinquió”.
Poco se habla entonces de estrategias eficientes para paliar semejantes números: “ahora se encargan de difundir lo que los marplatenses sufrimos día a día, con tres años de atraso. Somos nosotros los que sufrimos los 91 homicidios violentos del 2013. Nos dicen lo que nos pasó, pero no cómo lo van a solucionar”, indicó Ferrá. “De 60 homicidios en Mar del Plata durante 2010, pasamos a 91 en 2013. Somos la primera plana de uno de los diarios más importantes del país… Las causas penales de 2007, que fueron 21.221, pasaron a 34.403 en 2013; es un aumento del 62%”.
Es que quienes asumen una posición crítica afirman que la forma de elegir qué delitos se investigan es discrecional. De ahí los constantes reclamos que se potencian ante cada hecho de inseguridad que sucede en la ciudad: la respuesta del fiscal general es decir que hay que preguntarle al Ejecutivo por la falta de políticas sociales. La respuesta del intendente es llamar a la Gendarmería.
“Mar del Plata registra índices de violencia y criminalidad inusitados en más de 170 años. En menos de 25 días, soportamos 5 homicidios de personas mayores de 70 años, de los cuales 4 fueron en robos y otro que podría caracterizarse como conflicto interpersonal, aunque no minimiza la violencia en la ciudad”, explicó Ferrá.
En ese contexto, las estadísticas oficiales han dado una muestra clara de que las causas -a medida que entran- pasan a archivo, o directamente son desestimadas. “Todos los delitos debieran ser investigados con la misma intensidad. El único criterio que existe es el de archivar y desestimar indiscriminadamente, por eso los índices nos hablan de un 90.49% de archivo y desestimación en el Departamento Judicial Mar del Plata”, recordó el abogado.
Quien dio a conocer esos números oficialmente fue la Procuradora General de la Corte, María del Carmen Falbo, que también expresó su felicidad por tener estadísticas del trabajo que realizan, pero no consideró lo tristemente escandalosas que son las cifras.
Es que son unas cifras que dan miedo: claramente hay un sector del Estado encargado de las investigaciones que conducen a hacer justicia. Y ese sector nos indica – con gran irresponsabilidad- que a una de sus autoridades le da enorme felicidad haber conseguido unos números, de por sí muy atrasados: los que indican que más del 90% de lo que habría que hacer, no se hace.
No se hace porque ellos no pueden, porque no les sale. Porque no saben cómo. Porque se cansan. Y encima, eso los pone felices. ¿Qué le pasa a esta gente?
Ellos están felices de tener que hacer tan poco, y es por eso que se los ve tan relajados. El fiscal general Fernández Garello indicó que es el Poder Ejecutivo el que debe explicar estas cifras, lo cual es casi como decir “a mí no me compliquen la vida”. Esos muertos que se apilan en las puertas de la ciudad, definitivamente no parecen ser suyos, ni lo van a ser jamás.