Educación en pandemia | Los docentes se quejan. Algunos, por la idealización de creer que los alumnos van a educarse en un sistema a distancia sin los insumos requeridos. Otros, por el descontrol en el acceso a los cargos: nadie puede supervisar nada. ¿Habrá quienes aprovechan?
Muchas voces que se alzaron diciendo que no era cierto que todos los estudiantes del país estuvieran accediendo a clases por medios digitales, porque muchos no sólo no tienen computadoras, sino que ni siquiera acceden a teléfonos celulares, y menos aún a wi fi. Es más, algunos chicos viven en zonas donde ni siquiera tienen energía eléctrica durante todo el día, o donde sería impensable acceder a una línea de teléfono. A esas voces, decimos, se unen ahora las que, además, informan que se están cometiendo algunas infracciones en el interior del sistema mismo, es decir, en la adjudicación de cargos, en la cobertura de las suplencias, y en todo aquello que implica que los funcionarios tomen decisiones cuya justicia, en estas condiciones, nadie puede verificar. ¿Quién dará cuenta ahora, por ejemplo, de una superposición horaria? ¿Quién puede descubrir en estas circunstancias que un directivo no esté tomando, además, horas en un terciario en su mismo turno? ¿Quién se daría cuenta?
Efectivamente, días atrás se denunció un sistema de corrupción en las designaciones que realiza el Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires para la cobertura de cargos. En ese mismo sentido, el ex Secretario de Educación en General Pueyrredón en gestión de Arroyo, Luis Distéfano, señaló que hay una preocupante situación: “En este período de pandemia hubo acuerdos nada transparentes de cogestión entre el sindicato y la propia gestión de gobierno. Vemos que el estatuto va quedando de lado en muchas decisiones para definir, y que la Secretaría de Asuntos Docentes está cerrada por decisión de la dirección central”.
Explica el entrevistado que, recientemente, se diseñó un nuevo sistema virtual para la cobertura de cargos y suplencias que, obviamente, es imposible de controlar. Dijo Distéfano: “La primera idea que se les ocurre para dar trabajo a los docentes de modo virtual es un programa que ha generado salirse del cumplimiento de la norma. Nadie controlaba nada, hay docentes que no pudieron acceder. Se generó por unos meses y sigue vigente. La gente designada sigue tomando cargos, hay personas no docentes designados que habitualmente no son convocados casi hasta fin de año cuando ya no hay más docentes para designar”.
Pero el control es inexistente, porque se designó al frente del área a una persona sin experiencia alguna en educación: “la Secretaria de Asuntos Docentes que designó el gobierno provincial es abogada y se recibió el año pasado: no es docente, ni tiene conocimiento de cómo se lleva adelante esta tarea”.
El regreso
Mientras tanto, se sigue dilatando el regreso a clases, a punto tal que ya se están diagramando cuáles serán las acciones que se llevarán a cabo en el 2021: “este año lo vamos a sufrir por décadas en el daño a la salud mental de los adolescentes, que junto con los ancianos son los que más han sufrido esta situación. Los chicos están apagados, con temores, no tienen vínculos con la sociedad ni con sus pares”, advirtió Distéfano. Por supuesto se refiere a que la educación está atravesando su peor momento, sin clases presenciales, con deficiencias para el acceso a la tecnología en muchos hogares, y con un sistema educativo que tampoco está funcionando porque las autoridades sindicales no cumplen ninguna función de veedor.
Mónica Lence es una docente marplatense que decidió expresar su punto de vista sobre lo que acontece, y lo hizo en la 99.9: “están usando un sistema corrupto y oscuro para hacer maniobras fraudulentas, y no tenemos a nadie que nos escuche. Pensé mucho antes de expresarme, porque a mí me da miedo, pero no me podía quedar con todo esto adentro”, dijo. Agregaba respecto a la actividad sindical: “los gremios están totalmente callados, sólo parecen cuando es cuestión de plata. Ahora estamos sin poder trabajar, sometidos a las barbaridades que hacen, que no sé si es por inoperancia o a propósito. Denuncié lo que vivieron compañeras e incluso yo en el ingreso a la docencia. Hubo profesores que se pusieron a investigar caso por caso en distintos lugares, y los mismos docentes se están aprovechando de la situación para manejos fraudulentos. Hay puntajes que se descuentan que quizás sean inconsistencias, pero se expuso todo lo que está mal”.
Los docentes argumentaron sobre varios puntos oscuros del sistema, y explicaron que hay suplencias de cargos en licencia que no salen a disposición para ser cubiertos, es decir, que no son informados a todo el listado de docentes, porque no hay asambleas públicas. Afirman que hay superposición de horarios, que no hay listados de mérito, y que no se sabe qué puntaje tiene el que toma cargo. “Tardan tres semanas en cargarlo en el sistema: es un desastre”, sintetizó Mónica. Y agregó:“Nosotros estamos ingresando documentación al sistema para el año que viene sin respaldo, porque el Consejo Escolar no está funcionando.¿Quiénes corroboran si los títulos son valederos? Puede entrar cualquiera porque la Secretaría de Asuntos Docentes no abre desde marzo”.
Mientras tanto, el presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, Pablo Garate, se refirió al posible regreso a clases en la 99.9. “A todos nos gustaría que los chicos estén en las aulas y las escuelas, porque así todo toma una dinámica diferente. Es una situación en la cual se genera una interacción y un ambiente escolar necesario. También entendemos que es una situación compleja y extraordinaria. La vuelta a clases se tiene que dar en una situación epidemiológica normal, con precauciones, medidas de distanciamiento”, dijo. Desde su punto de vista, hay mucha gente que no está decidida a regresar a clases: se refiere a docentes y familias que no están convencidos de tener sus hijos en las aulas.
Un ejemplo más
Hoy el debate acerca del regreso a clases presenciales está en plena realización porque, según indican, los propios estudiantes estarían reclamando por la posibilidad de regresar a las aulas o espacios que estén debidamente acondicionados.
Sebastián Katz es docente de varias escuelas técnicas de Mar del Plata, y brindó su opinión respecto de estas cuestiones a través de la 99.9. Explicó que, si bien fue una experiencia nueva utilizar herramientas que existían para la educación a distancia, en marzo nadie se imaginaba que las restricciones durarían hasta octubre sin volver a la escuela. Agrega: “Con el correr de los meses se fue generando un daño enorme a los chicos en términos pedagógicos, pero además, se perdió la escuela como ámbito de sociabilización y de vínculo”.
Cuenta su experiencia personal, y detalla que en septiembre tuvo vínculo pedagógico con menos de la cuarta parte de los alumnos que tenía en abril. Es decir, fueron 9 de 65 alumnos, alrededor del 14%. Eso quiere decir que enviaron por lo menos un mail en un mes: “Nos pasa a los docente de armar un Zoom o clase de consulta y quedarnos solos esperando sin que se conecte ninguno”.
Cuando uno cree que en Capital Federal la situación es distinta a lo que puede suceder en el resto del país, sorprenden los datos. Porque hay 6.500 chicos que no tienen posibilidad de acceso a la educación a distancia, ya que no tienen conectividad en sus casas. También hay cuestiones de espacio, es decir, los metros cuadrados por persona que hay en una casa:“Hay chicos que tienen imposibilidad de hacer una tarea cómodos, de una manera razonable”, cerraba
Lo que los docentes reclaman es tener cierta planificación, algún camino visible y posible, teniendo en cuenta el contexto de la pandemia. “Tiene que haber una hoja de ruta, un plan y algunas certezas. Debemos aprender de las cosas que no se hicieron bien”, agrega el profesor, que considera que en nuestro país hubo advertencias de la enfermedad hacia fines de enero y, según su punto de vista, había tiempo suficiente para llegar a marzo con más herramientas. Afirma que, sin embargo, no hubo ninguna previsión, y en cambio rige una negativa rotunda a sentarse a hablar sobre un plan para quitar la incertidumbre. Piensen rápido.