Acción Marplatense | La Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires les dijo a las autoridades de Acción Marplatense que se pongan de acuerdo entre ellos. Que ni siquiera han podido unificar un domicilio legal, y que si no pueden regularizarse siguiendo su carta orgánica, nadie los va a poder ayudar. Se podría dudar de llamar partido político a esta aglomeración oportuna.
Huele complicada la cacerola del ex partido gobernante municipal, que no ha podido establecer los mínimos acuerdos como para llegar unificados a las elecciones próximas. Ya se duda de que puedan formar un mismo partido, y por las dudas Santiago Bonifatti salió al ruedo de la vida pública haciendo gala de un nuevo nombre, a ver si así todos sus compañeros de oficina consiguen reciclarse del baño de barro que dejaron las causas judiciales contra los funcionarios salientes. El ex titular del EMVIAL dijo, mientras inauguraba título y membrete: “Nueva Acción propone desde Acción Marplatense trabajar con todos y para todos. Primero hay que escuchar para poder entender, y luego trabajar todos juntos. Debemos asumir que los tiempos cambiaron y se necesitan nuevas herramientas para nuevos desafíos: no se puede insistir con lógicas viejas. Si pretendemos ser una alternativa de gobierno, debemos renovar el partido y todo su funcionamiento”.
Parece decir algo así como “olvídense de lo anterior, esta vez lo haremos bien”, pero el discurso convence poco, aunque intente esgrimir una autocrítica que va en contra de la experiencia que ahora se analiza en los tribunales locales. Dijo Bonifatti: “Con la humildad que nunca debimos haber abandonado, volvimos a los barrios. Volvimos a escuchar. Volvimos a aprender. Volvimos con ideas. Volvimos a trabajar por la Mar del Plata que queremos”. ¿Volvieron? ¿Cuándo estuvieron en los barrios? El discurso del cambio resulta oportunista y poco claro, obra de una campaña de marketing que sólo podría sostenerse desde la unidad de criterios.
Resulta que Acción Marplatense está que arde. El enfrentamiento entre sus autoridades hace dudar de que puedan dar una imagen unívoca a los votantes. Entre todos los recursos para conservar el mando del partido del que es presidente, Bonifatti había elevado una presentación ante la junta electoral en la que solicitaba el necesario aval para nulificar ciertas acciones que se habrían llevado a cabo en el seno de la agrupación partidaria. En particular, se refiere a lo acontecido durante una reunión del Comité Directivo, llevada a cabo el pasado 23 de noviembre de 2016, en la que –asegura- se cometieron todo tipo de irregularidades con el fin de obtener ciertas “inscripciones y autorizaciones”.
Hervidero
Asegura el denunciante que los hechos que él menciona excederían las competencias de su propio Tribunal de Disciplina, ya que no puede ser el mismo partido quien declare inválidas las acciones realizadas por el Comité Directivo. Por esa razón, considera que no se hace necesario “agotar la vía interna partidaria”, lo cual quiere decir algo así como que no pueden arreglarse entre ellos, ni poderse de acuerdo, ni menos aún fiscalizarse.
La presentación de Bonifatti expone que los ahora denunciados han violado la Carta Orgánica de su partido, y también la ley. Dice que persiguen el propósito de apropiarse de la personería jurídica de la fuerza, y es por esa razón que solicita que se rechacen todas las peticiones realizadas por el secretario de Acción Marplatense, Adrián Alveolite.
En el relato que enumera el suceder de estos hechos, Bonifatti asegura que hasta este momento, las reuniones se realizaban de forma periódica, pero que cierto sector comenzó a mostrar una manifiesta hostilidad que culminó con la mencionada reunión del Comité Directivo, cuya convocatoria, asegura, en términos de lo reglamentario, simplemente no existió. La afirmación se funda en que las reuniones orgánicas deben ser convocadas únicamente por el presidente del partido. De ahí que las decisiones tomadas en esa reunión aludida resulten, a su criterio, nulas.
Pero como si todo esto fuera poco, denuncia además que el libro de actas, de caja y el inventario se extraviaron en fecha reciente, lo cual ya fue denunciado el pasado 13 de febrero. Los libros ya se habían extraviado, también convenientemente, en el pasado mes de diciembre, lo cual había sido denunciado por el secretario del partido, Adrián Alveolite. La junta indica que este primer extravío “se encuentra aun sin resolución”, con lo cual no se comprende bien qué libros se perdieron en febrero, si es este órgano provincial el que se encarga de la rúbrica de los libros oficiales. De hecho, aclara la junta, Bonifatti no está enviando nuevos libros para rubricar, adjuntos a su denuncia.
Pongan orden
La respuesta de la Junta Electoral es contundente: se trata de un evidente conflicto interno que los mismos integrantes de Acción Marplatense se deben encargar de dirimir para poder volver a funcionar como una fuerza política organizada, porque hasta ahora no han demostrado ni siquiera la destreza suficiente para resguardar y conservar un libro de actas, de caja o de inventario. Ni hablar lo que pueden haber hecho con la administración de un municipio completo. “Hasta tanto se expida el órgano interno pertinente, este organismo no va a resolver las cuestiones ventiladas”, dice.
Pero no sólo esto: la Junta dice también que el domicilio registrado para Acción Marplatense fue hasta ahora el de Jujuy 2324 de la ciudad de Mar del Plata, pero que resulta que hay actas y documentos presentados que presentan un domicilio supuesto de La Rioja 1545 de esta misma ciudad. Encima, los estados contables de la misma agrupación se registran en Salta 2921. Una locura. La Junta les responde que comiencen por definir un domicilio al cual puedan ser cursadas las notificaciones pertinentes, entre otras cosas, de la misma Junta Electoral, que no sabe qué domicilio utilizar.
Más allá de todas las irregularidades mencionadas, el órgano consultivo oficial le dice a Bonifatti y sus amigos que se arreglen entre ellos: ”deberán resolver los conflictos internos por los mecanismos previstos en la Carta Orgánica, y agotar la vía partidaria interna”. Y que, más allá de ello, las autoridades partidarias tienen un plazo improrrogable de diez días para rectificar o ratificar el domicilio legal, porque eso sí es grave.
Elecciones en puerta. Este es el estado actual de Acción Marplatense. Estos buenos muchachos transitan entre dar cuentas a la justicia y cambiar el domicilio con la misma frecuencia con la que extravían sus propios registros. Organícense. Tómense un tiempo. El electorado tiene derecho de considerar que quien no ha podido ordenar su casa, poco podrá de allí en más.