Emergencia económica en la comuna. La economía de la municipalidad local está a punto de colapsar. Es hora de declarar la emergencia económica en virtud del enorme desorden, pero el intendente Pulti sigue mirando para otro lado. No cumple con los plazos de pago del aguinaldo, y sigue usando dinero para fines diferentes de los indicados. Por más que le reclamen, hace lo que quiere.
El concejal de Agrupación Atlántica Reinaldo José Cano envió una carta abierta al intendente Gustavo Pulti. A través de un elaborado documento, Cano insiste en la necesidad de encontrarse con él cara a cara, para hablar de números. Sólo eso quiere. Pide que sea sin enojos ni insultos, como dos profesionales técnicos. De contador a contador. “Hablemos de números”, dijo, “sin decir si soy petiso, feo o gordo”. Y son palabras de su entrevista con Noticias & Protagonistas, realizada al día siguiente de haber dirigido la misiva.
“Dicen que mis números están equivocados, que me baso en supuestos que no son razonables, pero no estoy dispuesto a permitir que me digan que soy un mentiroso”: considera Cano que ha llegado el momento de dejar de descalificarse, y que él está esperando que lo convenzan con argumentos de que está equivocado, pero no permitirá que le digan que está fabulando.
El concejal le recuerda al intendente el momento en que él era su secretario de Hacienda, el primero de su mandato. Cano era en ese momento el elegido por el Ejecutivo para tomar las decisiones económicas de la comuna: a su criterio, la armonía duró mientras estuvo de acuerdo con las decisiones. Afirma que en el momento en que se retiró porque no acordaba con las operaciones de su gestión, el concepto que el intendente mostraba del profesional cambió de manera diametral.
Pero la crisis es evidente: “ya no tienen plata ni para malversar”, dijo Cano. Y encima, la voluntad del Ejecutivo comunal parece pasar por ocultar la situación económica agobiante, cuando ya se ha vuelto imposible. “Decir lo que pienso de lo que está pasando no es mentir”, afirma Cano; “estaría mintiendo si no lo dijera”.
La municipalidad no ha podido cumplir con el pago de sueldos y aguinaldo en tiempo y forma, sino que, a causa de la notoria falta de fondos, ha debido postergar los pagos para días subsiguientes. Pero la cuestión es que en estas situaciones u otras similares, el procedimiento siempre ronda la malversación. Es decir que el dinero para resolver los problemas de emergencia no sale de la recaudación, sino que se recurre a fondos afectados a otros fines. Así sucedió con los mentados 35 millones del fondo de financiamiento para la educación, que nunca llegaron a las escuelas del distrito de General Pueyrredón, actualmente en estado de devastación absoluta: en muchas escuelas no hay gas, los techos han cedido, en algunas no hay electricidad por deterioro en la instalación. Los baños son letrinas indignas, sin picaportes para resguardar la intimidad. Cada lluvia invernal, además, es la antesala de un escenario del subdesarrollo, porque llueve dentro de las aulas tanto como afuera. Como se informó recientemente, no ha habido forma de pagar ni siquiera un insignificante paredón, para resguardar la integridad física de niños de una escuela especial para discapacitados mentales. Así se vive, así se pretende enseñar en las escuelas públicas, mientras los 35 millones no aparecen.
La cuestión ahora es el pago de los aguinaldos, porque el personal municipal supo cobrar históricamente su salario el último día hábil del mes, costumbre que se perdió en el olvido desde que Cano dejó de ser el secretario de Hacienda, es decir el 30 de junio de 2008, que fue lunes. La falta de pago de los salarios en tiempo y forma terminó por naturalizarse, y hoy los agentes municipales simplemente preguntan cuándo se cobra, cuando no hay una razón real para estar en esa situación. “Van corriendo el mojón”, dice Cano.
Sin respuesta
El concejal estudia específicamente el fallo del Tribunal de Cuentas del 2012, y afirma que esta situación es totalmente preocupante, no sólo por los cargos que le representan al intendente y a los funcionarios de su gestión, sino además las multas que les aplican. La norma indica que el Tribunal de Cuentas es el organismo provincial que debe supervisar las cuentas del Ejecutivo comunal, pero en los hechos aplica multas a los funcionarios, que se terminan recurriendo infinitamente, hasta que el momento en que son pagadas ya resultan irrisorias. Por lo tanto, no sería en vano replantear la severidad con la que el Tribunal trabaja, y la forma en la que las diferentes legislaturas tratan y dan a conocer no solamente los fallos, sino las recomendaciones de aquel organismo superior.
Un ejemplo concreto ha sido la cuestión de la Remuneración por Resultados, procedimiento por el cual los agentes de Tránsito regulan sus ingresos mensuales en proporción a la cantidad de multas que aplican. Según informa Cano, la municipalidad jamás respondió al Tribunal de Cuentas sobre esta cuestión, ni envió la información que el organismo solicitaba. Específicamente, se menciona el caso de Adrián Alveolite y Marcelo Artime, que tampoco respondieron al Tribunal sus requerimientos, y han sido multados por no responder, en su carácter de secretario de Gobierno y de subsecretario de Control.
Actualmente, la comuna elaboraría un proyecto de modificación de la Remuneración por Resultados, que estaría a cargo de dos ingenieros, Sotomayor y Conte. Frente a esta operación de emergencia, Cano afirma que no es la solución. La cuestión a su criterio sería determinar si tal procedimiento de liquidación no ha estado en efecto en contra de lo establecido por la Ley de Tránsito. Porque por más cambios que hagan, una ordenanza no se puede modificar a través de un decreto.
Lo que quieren los funcionarios del Ejecutivo comunal es ocultar lo errores. Pero paradójicamente, el Sindicato de Trabajadores Municipales se suma al silencio, lo cual podría resultar curioso para algún desprevenido. Sin duda, para quienes están en la línea de pensamiento más crítico, hay una evidente connivencia entre el gremio y una serie de decisiones que está tomando la actual gestión. En otro momento de la historia, la falta de pago del aguinaldo en término hubiera significado un sinfín de medidas que hoy no se han tomado; ni siquiera se ha hecho público el reclamo de pago por parte de los trabadores del sector.
Indudablemente, el bloque de Acción Marplatense también colabora con el silencio de radio que rige en el Concejo Deliberante. Cuando se vota en el recinto por el pedido de informes respecto de alguna cuestión económica, simplemente los oficialistas se abstienen. “Así, los que queremos saber qué pasa con el dinero público, parecemos unos desubicados totales”, dice Cano.
Plata quemada
Pero ellos siguen actuando como si los asistiera el derecho de hacer exactamente lo que les da la más redonda de las ganas. Por ejemplo, el Tribunal de Cuentas objetó un gasto de $ 109.500 para contratar una empresa de comunicaciones, señalando que la comuna cuenta con un Departamento encargado de prensa y difusión. El organismo indicó que en ningún momento se especificó que esta área propia con empleados de planta no estuviera en condiciones de realizar la tarea que se contrataba a la empresa Ferchiap S.A., ni que fuera específicamente incompetente para sus tareas. Por lo tanto no se comprende la tercerización. También se desaprobó un gasto de $176.000 que se pagaron a la empresa BAPRO, pues no existía ninguna documentación que justificara la erogación, considerada arbitraria.
Pero quizá lo más sugerente parezca ser un gasto cuestionado por el Tribunal que asciende a $139.366.875. Una barbaridad. Y esa fortuna la gastaron en darle adelantos a la Empresa 9 de Julio de recolección de residuos.
Obviamente que la Contaduría Municipal observó tales pagos, por considerarlos irregulares, y dejó constancia de que se hacían por “insistencia del señor Intendente”. Los pagos se efectuaron con más de dos meses de antelación de lo que debió pagarse. Es decir que cuando llegó diciembre de 2012, no sólo habían abonado el mes completo sino que además habían pagado enero y febrero. ¿Tanto apuro por pagar? ¿A qué podría deberse?
Durante el ejercicio 2012, la malversación de fondos habría alcanzado cifras astronómicas, y no solamente en los pagos privilegiados hacia la Empresa 9 de Julio, a quien obviamente se le ha prorrogado el contrato, y se le rehará la prórroga próximamente.
Cuando el Tribunal de Cuentas cuestiona los pagos, los adelantos, los números que no cierran y la manera extraña en la que el Ejecutivo privilegia quién tiene que cobrar primero, lo que hace el intendente es no responder. Cuando les exigen a sus funcionarios que presenten documentación respaldatoria de los gastos efectuados, tampoco contestan, porque tienen espacio para no hacerlo.
El Tribunal de Cuentas sigue con las medias previstas y aplica a la actual gestión una multa de $20.000 en castigo a su silencio frente a los hechos de posible malversación. Y ellos no dicen nada. Nada a nadie.
El intendente Pulti continúa negándose a la posibilidad de sentarse a discutir las cuestiones de dinero, y no da ninguna respuesta sobre dónde está la plata de la que deberíamos disponer para cubrir las necesidades de un partido enorme. No contesta. Sólo envía a sus acólitos a descalificar a todo aquel que pida alguna explicación. Sigue suponiendo que su posición de poder lo exime de dar explicaciones: si no tiene que contestar al Tribunal de Cuentas, el organismo a quien le debe las explicaciones en tanto fuerza de control de la administración delegada en las comunas, cuánto menos responderá a la plebe. La plebe que lo ha votado.