Explotación petrolera | La posible explotación petrolera a 400 km de la costa local como objeto de una discusión parcial, bajo la lupa de un estamento que tiene perspectiva incompleta. Los elementos técnicos son muchos, e incluyen las necesidades de una matriz energética enorme.
El juez federal Alfredo López hizo lugar a la apelación, y dejó sin efecto la medida cautelar que detenía el avance de la exploración sísmica en las costas de la ciudad. El recurso se basa en una solicitud del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, y pretende apartar al juez Martín de la causa, a la vez que logra que aquella medida quede sin efecto hasta que se expida la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata, situación que se resolverá a lo largo de la semana próxima.
En el último tiempo, a nadie escapa el ímpetu con que se instaló un debate social sobre si la exploración (y eventual explotación) de petróleo off shore resultaría algo bueno o malo, en primer lugar por sus efectos sobre el medio ambiente local, y a partir de allí para la sociedad del sudeste bonaerense y su economía. Recordemos que un dirigente sindical revolucionó las aguas diciendo que así Mar del Plata podría ser «como Dubai», aunque eso no es todo.
Es necesario dejar en claro que, a la hora de decidir la explotación de un recurso natural limitado en el mundo o de poner en valor la riqueza mineral de los suelos, ninguna de estas cuestiones se decidió en una marcha ni en el panel de un programa de televisión: fue objeto de análisis en los ámbitos gubernamentales correspondientes, tales como el Ministerio de Energía y el de Ambiente y Desarrollo Sustentable, todos los cuales pertenecen al Poder Ejecutivo Nacional: es este el estamento que tiene a su cargo la gestión de los intereses de toda la comunidad argentina.
Tengamos en cuenta, además, que hablamos de uno de los elementos más sensibles, precisamente porquede la energía depende no sólo el desarrollo y el funcionamiento del sector industrial, sino además la satisfacción de necesidades tan básicas como la calefacción y la iluminación de los hogares del país.
Es decir, que todo el abastecimiento regional de energía requiere de una pensada planificación, lo cual supone no sólo a organismos del Estado especializados en la materia, sino también empresas privadas, que desempeñan su acción en conjunto con el sector público, y aportan recursos que quizá quedarían muy lejos, y así permitir que aquellas necesidades básicas de los habitantes se satisfagan. Son muchos elementos, servicios y vías de abastecimiento simultáneos para un país determinado, por ejemplo, por las redes de trasportes.
De allí que, a nadie escapa, la matriz energética nacional tiene que ver con la aplicación de políticas de desarrollo y no puede terminar resolviéndose en un tribunal de justicia. Los motivos son varios, pero el más importante es que el juez no tiene un conocimiento específico suficiente para el tratamiento de un tema semejante, ni siquiera cuando pueda apoyarse en el informe de peritos especializados, porque que cualquiera sea la decisión que tome, terminará incidiendo en políticas públicas que deben ser fijadas y evaluadas por otros poderes del Estado.
La matriz energética
Puestos a indagar en este estado de cosas, deberíamos pensar ¿entonces en qué fundan los magistrados su resolución, si no están en condiciones de hacerlo en defensa de los bienes jurídicos en juego, tales como ambiente y sus respectivos derechos? En su propio posicionamiento político ideológico. El suyo. El de él a modo individual.
El caso al que nos referimos puede ser una muestra más que valedera, porque Martín es el magistrado que resolvió la medida cautelar que suspende la exploración off shore de petróleo, la misma que se llevaría a cabo a 400 km de la costa bonaerense, tiene marcados vínculos políticos y académicos con sectores del ambientalismo, lo que indudablemente pone en duda la imparcialidad como requerimiento constitucional.
La actividad de la que hablamos no es únicamente una cuestión de explotación económica, sino que reside en medio de un complejo entramado de cuestiones que hacen que las decisiones a tomar no sean tan simples como las fotos de las aves empetroladas por accidentes de barcos, que de hecho seguirán sufriendo porque el petróleo existe y se transporta. La explotación petrolera está asociada al sector energético, que busca la cobertura de algunas de las necesidades más básicas de la sociedad. Sobre todo, en un caso como este, donde está acreditado que en los preparativos para la explotación no sólo se cumplieron todos los pasos que marca la ley como para que la actividad petrolera pueda realizarse, sino que además se estableció que el riesgo ambientales nulo.
Es necesario dejar en claro que quizá el aspecto más importante a la hora de tomar decisiones definitivas seamedir la cantidad de mano de obra que la actividad petrolera puede generar, en una de las ciudades que actualmente tiene uno de los índices de desempleo más elevados en el país. Y se habla de más de 220.000 puestos de trabajo.
Otro de los aspectos que no estamos abordando, es la obvia aportación en la generación de divisas, para que el país pueda adoptar una senda de crecimiento, pero queda fuera de discusión que la implementación de un plan de extracción de petróleo sería el proyecto más importante en la historia de Mar del Plata, e implicaría una inversión superior a los 230.000 millones de dólares. ¿Alguna vez hablamos de algo así, que realmente cambiara los estándares productivos de toda la población?
Por todas estas razones, el ya deteriorado panorama económico marplatense, cuyas industrias de base se han visto golpeadas en el transcurso de los años, depende hoy de que la Cámara Federal de Apelaciones de la ciudad analice la causa conforme las circunstancias abrumadoramente comprobadas, y se expida en favor del desarrollo de la actividad que se encuentra en juego. Para eso, deberá dejara un lado los personalismos y el juego de la conveniencia política.
La parcialidad
Pero volviendo al desarrollo de los hechos que se habían dado a conocer durante la semana anterior, el fallo que detiene la prospección petrolera en Mar del Plata había sido celebrado ampliamente por las entidades ambientalistas, convencidas de que el triunfo era una consecuencia de su marcha por la ciudad. En ese momento apareció en las redes sociales una foto del abogado Daniel Sabsay junto al juez que dictó la sentencia, Santiago Martín, y el abogado ambientalista José Esain que parecía una celebración de esa decisión tomada.
El letrado Esain, que representa al CEPA, aceptó dialogar con la 99.9, y explicó: «no estábamos celebrando nada, es una foto de cuando estuvo el Dr. Sabsay en Mar del Plata, y simplemente nos juntamos a tomar un café. No fue una celebración, no tengo una causa judicial por este tema en ningún juzgado. Estamos trabajando el tema en el Ministerio de Ambiente de la Nación, y no tiene nada que ver con la vía judicial».
Expuso además otros aspectos de su punto de vista, ya que no cree que cursas un expediente en la justicia sea el camino más idóneo para la resolución de la cuestión: «creemos que la vía judicial no es procedente. Lo que le falta al proceso de evaluación de Impacto Ambiental son algunos detalles que tramitaríamos por vía administrativa. Estuvimos reunidos con el Ministro de Ambiente hace unas semanas con el objetivo de formar una comisión para estudiar las falencias que detectamos en el expediente».
Las entidades pesqueras están indicando que la explotación de hidrocarburos no tendría un impacto directo en la industria porque estaría alejada de la costa: «si la información es técnica y científica, hay que atenerse a eso. Hay una cosa muy buena en esto: ha superado las gestiones, se está aplicando una resolución del anterior gobierno y la está ejecutando este gobierno», opinó el abogado.
Es de esperar que la Cámara reaccione en los días subsiguientes, y habrá que ver cuáles son los ejes de análisis de sus fundamentos. De todas formas, lo urgente es que los estamentos del ejecutivo agilicen los trámites necesarios para dar a conocer los alcances del informe del impacto ambiental. Ese es el documento que vaya más allá de los alcances de la mera opinión, en una etapa histórica en que la población completa sobreevalúa la importancia de las miradas individuales. No todo es materia opinable.