Inseguridad vial | La prensa nacional mostró cómo un auto salía volando a través del paredón de la costa. ¿Quién diseña nuestros paseos costeros? ¿A qué velocidad hay que recorrerlo para salir vivo? Alerta de accidentes permanentes.
En las últimas semanas, la inseguridad en el trazado vial de la costanera de toda la ciudad y sus zonas aledañas volvió a ser noticia. Una vez más, dos autos terminaron cruzando la vereda en la zona costera y rompieron los muros de contención. Afortunadamente, y a pesar de la espectacularidad de los accidentes, en los que los coches cayeron al vacío, en esta oportunidad no hubo que lamentar víctimas. Pero, en ocasiones similares, el saldo ha sido luctuoso.
Héctor Ragnoli es perito verificador de accidentes viales, es decir, el más calificado de los observadores. Cuando comentaba los hechos en la 99.9, explicó que hubo dos despistes más: uno sucedió en el mismo lugar, pero cruzando el cordón divisorio hacia la mano contraria, pero por puro azar en ese momento no circulaba nadie en sentido inverso; el otro, sucedió el 26 del mes pasado en la calle Alberti, en la misma dirección, en el que el coche cruzó para la mano contraria.
El perito explica que estos hechos se dan porque hay un manejo fuera de los límites permitidos. Explica: «se ha perdido un poco la noción del riesgo. En estas curvas el auto se va porque se las toma a más velocidad de las que se debe, o bien porque se roza el cordón divisor. En el caso de la mujer que cayó, no hubo frenado ni maniobra evasiva, y eso es porque el tiempo de reacción es de un segundo». Explica que si la conductora venía a 60 km por hora, en el segundo que tarda en reaccionar, el auto transita 16 metros y la distancia que había hasta el paredón era de 10. Si hubiera transitado a 40 km por hora, hubiera reaccionado a los 11 metros, es decir que tampoco hubiera llegado a tiempo.
Ragnoli explica que es necesario trabajar en las medidas necesarias para evitar estos riesgos, y para eso hay que admitir que cosas como esta pueden suceder, para de esa manera poder evitar sus consecuencias.
«Cuando uno hace una red vial, tiene que pensar en la indulgencia. Hay que pensar que la gente pueda cometer errores para no agravar el riesgo. Hay que hacer una contención», explicaba. Agregó que, más adelante, en la curva donde la señora tocó el cordón, hay unos mojones de cemento que podrían contener al auto en una determinada velocidad. Pero hay que pensar en todos los modos de transportes, y no sólo en autos, porque ese freno no serviría para motos o bicicletas. Y agrega: «Para eso hay que hacer un guardarraíl con doble faja para evitar que, en el caso del desplazamiento de un motociclista, no pase por debajo».
El alcohol
Un capítulo aparte merece el tema de la punición para aquellos que conducen bajo los efectos del alcohol, y son detectados cuando se realizan controles. El perito explicó que cualquier intervención vial debe tener vigilancia, supervisión y sanción, pero que el problema verdadero es que la cantidad de alcoholemia positiva es realmente sorprendente. Narra el episodio acontecido recientemente en la intersección de las calles Moreno y Córdoba, cuando alguien envistió varios vehículos estacionados. El alcoholímetro indicó un contenido de alcohol que superaba las posibilidades de mensura de ese instrumento, es decir, hasta 6 gramos por litro de sangre, lo que ya generaría un coma alcohólico.
Por eso, Ragnoli propone que conducir con un consumo de alcohol superior a cierto gramaje debe ser un delito autónomo, y por lo tanto ser juzgado penalmente aún cuando no se haya generado un accidente. No debemos esperar el hecho fatal. Agrega: «el diseño debe compensar el error humano, no hay que pensar que todos manejarán de forma correcta, sino que alguno se va a despistar o a otro lo van a encerrar en una curva».
Ya a principios de este año, Horacio Taccone y Paula Mantero de Acción Marplatense se dirigían por nota al presidente del Honorable Concejo Deliberante con un pedido de informes acerca de las obras que se habían realizado a lo largo de la ruta costera. En la oportunidad, mencionaban la enorme cantidad de accidentes que se han podido verificar en la ruta 11, particularmente en el tramo de doble vía que fuera inaugurado durante 2013, y que vincula Mar del Plata, Santa Clara del Mar y Mar Chiquita. La obra presentaría una deficiencia significativa, tanto en el diseño como en su ejecución civil.
Se explica allí que las columnas de alumbrado que debieron emplazarse a ambos laterales, se encuentran sin embargo en un espacio central, sin que se hayan instalado desviadores de impacto o guardarais que eviten una colisión. A esa altura, ya eran más de 10 las víctimas fatales desde la inauguración de la ruta.
Los siniestros viales en la zona se produjeron tanto en horas de la noche como en el día, y con diferentes condiciones climáticas, lo cual pone en evidencia que la obra ejecutada tiene graves deficiencias de seguridad.
Por lo expuesto, los concejales solicitaban que el tramo fuera sometido a un estudio por parte de la Dirección Provincial de Vialidad, conjuntamente con la dirección de Política y Seguridad Vial de la provincia de Buenos Aires, y con el aporte de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de General Pueyrredon y la Policía Científica de la zona. Se propone: «mitigar y resolver los efectos adversos que la ubicación de las columnas genera».
Nada cambió sustancialmente, a pesar de que Héctor Ragnoli ya había advertido sobre los principales motivos por los que suceden la mayoría de los accidentes fatales en 2019.
Precisamente sobre la Ruta 11 que une a Mar del Plata con Santa Clara, advirtió: «el diseño vial lleno de columnas agrava las consecuencias del siniestro. Un despiste o hasta un vuelco termina abrazado a una columna. Los refugios de los micros cuando vas para Mar Chiquita, son todos de mampostería y no puede ser así. Ante un despiste es como si estuvieras chocando contra un monoambiente de material. Los refugios tienen que ser de material colapsable».
Los responsables
Por supuesto que también habló de la irresponsabilidad por parte de los conductores, que tampoco son controlados de una manera eficiente. Agregó: «Analizamos por año unos 250 casos con víctimas fatales en el sudeste de la provincia y unos 600 siniestros por mes sin lesionados de acá hasta Ushuaia. Cuando se hacen extracciones de sangre, en algunos casos hay rastros de droga», destacó.
También señaló que los controles de alcoholemia no se realizan de la manera adecuada. Explicó que la primera muestra que se toma debe ser una prueba indiciaria, que marca que hay un contenido de alcohol en sangre o no. Que a partir de ese momento se debe hacer que el conductor espere 15 minutos, y luego realizar un segundo control. Si da positivo, eso sería evidencial.
Si un conductor no está de acuerdo con los resultados que arroja el análisis de alcoholemia que le realizaron, se le debe efectuar una extracción de sangre. Si el resultado es positivo, todos los costos estarán a sucargo.
Y agrega: «si tomaste un vaso de cualquier bebida con alcohol y salís afuera y te hacen un alcohotest va a darte positivo, pero será referente a la salida, ya que eso todavía no ingresó en sangre. Puede tardar de 30 a 90 minutos en ingresar en sangre, por eso se hacen dos controles. Eso se lo referí al Subsecretario de Transporte y Tránsito pero no se cambió la modalidad».
Desde el punto de vista jurídico, también hay maniobras para evitar el alto monto de las multas porque es posible apelar al juzgado correccional, y la multa cuesta el 50% porque fija al decreto nacional que tiene las unidades a la mitad del costo que en la provincia. Por último, Ragnoli reclamó por un sistema de licencia por puntos, porque considera que es importante educar, concientizar y generar una legislación que tenga un verdadero poder de disuasión.
Por ahora, en Mar del Plata los ciudadanos brindan cuando llegan vivos a destino. No hay rutas ni calles más inseguras, mientras los controles siempre se hacen en los mismos lugares, y se alertan por un grupo de WhattsApp que pone sobre aviso a los que conducen ebrios. ¿Cómo es posible?