«Era desmalezar, no desmantelar» dijo, al respecto de las modificaciones que Javier Milei y Federico Sturzenegger proponen para la Ley de Pesca, Mariano Retrivi, presidente de CAPEAR ALFA
Por primera vez, todas las voces del sector de la pesca, así como políticos marplatenses de todos los colores y partidos, se alzaron al unísono esta semana para repudiar los cambios que, en su Ley de Bases y Puntos de Partida Para la Libertad de los Argentinos —más conocida como Ley Ómnibus—, proponen el asesor presidencial Federico Sturzenegger y el presidente Javier Milei a la Ley 24.922, también conocida como la Ley Federal de Pesca.
Los cambios propuestos por el ejecutivo nacional se suman al golpe que supone la implementación de una retención del 15% a todas las exportaciones del sector, lo cual le quita competitividad e incentivos a la industria. Hasta ahora, el sistema de retenciones era progresivo: las alícuotas eran menores cuanto mayor valor añadido tenía el producto. La decisión del ministro de Economía, Luis Caputo, de elevar el gravamen al 15% de manera indiscriminada supone un enorme golpe a quienes generan puestos de trabajo genuino en el país y pone en riesgo la continuidad de mercados que costó mucho tiempo e inversión abrir y que, si cierran, no se recuperan más.
Pero ahora todo eso pareció quedar de lado: con las modificaciones que proponen Milei y Sturzenegger al Régimen Federal Pesquero, se establecería un sistema de licitaciones para la pesca en el cual podrían participar empresas extranjeras cuyos recursos y capital son incomparables con las que hoy están asentadas en nuestro país, con lo cual llevarían a la Industria Pesquera de Argentina, tal como la conocemos, a la quiebra.
Si funciona, no lo arregles
En una respuesta en la red social X (antes conocida como Twitter) a un comentario del economista Lucas Llach, el presidente del PRO Mar del Plata – Batán, Emiliano Giri, sintetizó de manera contundente lo absurdo de la situación: «Lucas con todo respeto de este tema no entendés un carajo, la reforma de la ley está hecha por dos personas que saben UN MONTÓN de economía pero absolutamente NADA de la industria naval y pesquera, los más cerca que estuvieron de este sector es cuando comen rabas o langostinos en Mar del Plata. Dejen la soberbia de lado que no son ni el libro gordo de Petete ni la Enciclopedia Británica y escuchen a los que saben antes de hacer mierda un sector que es la 8va actividad industrial del país, sin necesidad de ser subsidiada, y de la que dependen muchos puestos de trabajos PRIVADOS».
De hecho, de un informe elaborado por la cámara pesquera CAPEAR ALFA, se desprende que dichos puestos de trabajo directos, que dependen exclusivamente de la actividad pesquera, son cerca de 40 mil en todo el país, al tiempo que esta industria genera exportaciones anuales que superan a los US$1.500 millones. A diferencia de otras actividades, la pesca se autofinancia: no existen deudas importantes con los bancos, ni aportes de ningún tipo por parte del Estado. Al contrario, la interacción con los diferentes entes gubernamentales es de un entorpecimiento absoluto: cada vez que un barco quiere salir a pescar, se deben cumplimentar 133 trámites distintos.
Precisamente a eso se refería Mariano Retrivi cuando le reprochó a Sturzenegger que era «desmalezar, no desmantelar»: el sector necesita imperiosamente que el Estado deje de entorpecer la actividad para poder ser aún más competitivo y salir a ganar más mercados en el exterior.
El sistema de cuotas de captura, que está vigente hace 15 años, ha funcionado de manera más que adecuada: Argentina es, a nivel internacional, un ejemplo de cómo se debe cuidar un recurso natural frágil como es el recurso ictícola. La propuesta de Sturzenegger y Milei viene a dar por tierra, precisamente, con todas las cosas que sí están bien en la Industria Pesquera.
En esos términos se expresó la Cámara de la Industria Naval de Mar del Plata en un comunicado sobre la propuesta de Milei y Sturzenegger: «Consideramos que dicha modificación surge del desconocimiento de un sector que genera no solo empleos en su etapa extractiva, sino en toda la cadena de valor de la cual nuestra Industria Naval es parte».
«La propuesta pone en riesgo el mantenimiento de decenas de miles de puestos de trabajo en empresas pesqueras argentinas, y principalmente pone en riesgo la sustentabilidad del recurso pesquero que se encuentra en su máximo rendimiento, algo que nos ha costado muchos años estabilizar luego de la crisis generada por sobrepesca en la década del 90 ante el ingreso indiscriminado de buques del extranjero y que en su momento redujo a la Industria Naval Argentina a su mínima expresión», agregan.
Balada para un loco
«Después se me ocurrió algo… tanto que me acusan de ser un loco, dije “vamos con Balada Para Un Loco”. Era como “bueno, tanto me dijeron loco, acá está el loco”», le dijo Javier Milei a Mirtha Legrand en su programa , hablando del por qué de la elección de ese tema para el día de su asunción presidencial.
Y precisamente esa fue la definición que, en una entrevista para la FM 99.9, dio el secretario general del SIMAPE, Pablo Trueba: «Es una locura licitar las cuotas de capturas y las licencias internacionales».
Al respecto de las medidas que viene tomando el nuevo gobierno al respecto del sector, aseguró: «Nos tomó por sorpresa, no estamos incluidos más allá del valor de dólar exportación. Pero cuando vemos la ley que entra al Congreso nos encontramos con la sorpresa de que quieren licitar las cuotas de captura, las licencias internacionales para todo el mundo». Luego abundó: «es una locura porque la pesca es una actividad comprometida con empresarios locales ya instalados. Puede venir alguien con mayor cantidad de dinero, que los hay y las empresas argentinas tendrán que competir con grandes capitales».
Lo que plantean es que las empresas argentinas quedarán fuera de la posibilidad de competir y eso pondría en peligro, según Trueba, las fuentes laborales: «es como si tuviéramos un auto pintado de negro con el techo amarillo y un chofer, pero se queda sin licencia. No sirve de nada tener toda la estructura. Mañana viene un fondo inversión muy fuerte a competir por las licencias, las ganan y los empresarios tendrán que trabajar para ellos o venderle toda la estructura por dos mangos».
Todas las voces, todas
El impacto es tan grande, que incluso medios internacionales como El Faro de Vigo se hicieron eco de la polémica. Reporta el medio español: «La Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPECA), presidida por Eduardo Boiero, opina que la propuesta “es una bomba” y “una irresponsabilidad total”. “Esto genera una incertidumbre y una inseguridad jurídica terrible, total. Es una locura”, señala a La Nación.
De forma similar se pronuncia el presidente de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina, Fernando Rivera, que indica que hay una “profunda preocupación”, ya que la iniciativa cambia “parámetros fundamentales”. “Son cambios muy profundos que podrían afectar a las fuentes de trabajo”, explica en su caso a Pescare, sobre todo porque “hace 15 años que la actividad se encuentra funcionando sin cuestionamientos y logrando un importante ingreso por exportaciones para nuestro país”. De ahí que una de las principales críticas esté en que esto se produce “sin consulta ni aviso de los sectores afectados”.
De hecho, no solo las armadoras se sienten atacadas por las modificaciones propuestas. También las propias tripulaciones, como reconoce el secretario general de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, Jorge Frías, o la industria naval, como trasladó el empresario Vito Contessi, de Astillero Naval Federico Contessi y Cía. El primero explica que “todo lo que se está leyendo genera incertidumbre” y que “es algo que no deja de generar intranquilidad desde ya mismo”. El segundo escribió en la red social X (antes conocida como Twitter) que “no solo afecta al sector pesquero sino especialmente a la Industria Naval Argentina”. “No hace falta que la Ley se apruebe, su sola presentación ya genera un daño terrible”, lamenta».
¿Cómo el tero?
El gobierno nacional, que se inició hace ya tres semanas, aún no designó a nadie en la supuesta Subsecretaría de Pesca que dependería de la Secretaría de Bioeconomía que quedó a cargo de Fernando Vilella. No hay ningún interlocutor válido por parte del gobierno para explicar el por qué de estas medidas. Vilella viene del palo del campo, y claramente no entiende ni quiere entender nada sobre pesca. De hecho, la sospecha en el sector es que, la razón por la cual aún no hay nadie designado en esta área, es porque ninguna persona idónea se quiere hacer cargo de tener que explicar lo inexplicable.
La única que balbuceó públicamente al respecto de estas cuestiones —demostrando una ignorancia supina en el tema— fue la canciller Diana Mondino. Según ella, no hay problema de que vengan barcos de otros países a depredar el recurso y llevárselo a otros mercados. Seguramente no sabe que lo que están proponiendo es la destrucción de una de las actividades económicas más importantes del país y la desaparición de casi 40 mil puestos de trabajo genuino que no dependen de aporte estatal ni subsidio alguno.
¿Hay intereses internacionales detrás de lo que proponen Milei y Sturzenegger? No necesariamente. Hay que recordar que esto es política y que, en algunas circunstancias, incluso la octava actividad económica más importante del país puede convertirse en una mera ficha de cambio.
Dentro de la Ley Ómnibus de Sturzenegger y Milei hay de todo. ¿Pretende el gobierno que ésta se apruebe tal como está, sin cambios? Difícilmente. Lo que seguramente hayan hecho, es meter algunas medidas rimbombantes como estas para después, en la etapa de negociaciones en el Congreso enfocarse en lo que de verdad les importa, haciéndose los que ceden en los temas que sólo incluyeron en la ley para que generen ruido y nada más.
¿Estarán haciendo como el tero, graznando lejos del nido para distraer? Es imposible saberlo. Lo bueno es que, por primera vez, todas las voces del sector pesquero se han puesto de acuerdo y los políticos marplatenses con representación local, provincial y nacional se han alineado en defensa de esta industria que pareciera que Milei y Sturzenegger quieren desmantelar.