Denuncia a funcionaria provincial | Un ex funcionario municipal deslindó la responsabilidad en torno al escándalo por la promoción de Ford en el museo MAR. El dinero no pasó por sus manos, pero acusó a la Directora de Relaciones Institucionales. Dice que ella cobraba por otras vías, como si el museo fuese suyo. La denuncia.
La denuncia proviene de Emiliano Jair Mensor, quien en mayo de 2017 desarrollaba tareas como Director de Gobierno en la Municipalidad del Partido de General Pueyrredón. Según su relato, la responsable de las relaciones institucionales del Museo Provincial de Arte Contemporáneo, conocido como el mueso MAR, se contactó con él en ese momento. Se refiere a Valeria Lujan Brattelli, que actualmente continúa en funciones.
Como responsable del área, Bratelli le solicitaba que la asesorara con respecto a cómo gestionar los permisos para que Ford Argentina circulara y realizara el lanzamiento del modelo Eco Sport en el museo que depende de la administración provincial.
Afirma el denunciante que fue bastante después —y no en esa oportunidad— que se enteró de que la empresa Ford Argentina habría acordado con la funcionaria el pago de más de $400.000 a favor del museo, pero que ese dinero nunca había llegado a las cuentas de la provincia: la plata fue directamente a la cuenta de un proveedor de grafica e impresiones del museo.
Afirma Mensor que, inmediatamente, le informó a Brattelli que estaba cometiendo un delito de índole pública. Aún más cuando pudo verificar que este proveedor es el mismo que surte de impresiones y gráficas al Museo Mar desde que la señora Brattelli coordina dicha área, y que —a propósito de tal conocimiento— esta imprenta le realizó trabajos gráficos de diferentes emprendimientos personales.
Precisamente fue en uno de esos emprendimientos —la revista MUV— que Mensor se desempeñó como productor. Afirma en la denuncia: “de la cual me aleje por sentir que la relación entre el proveedor del Museo, la impresión de la revista y beneficios entre ellos no era del todo transparente”. Claro que no.
El ex funcionario municipal afirma que no pasó ni una semana, plazo en el cual envió una intimación a través de la subsecretaría de inspección municipal: en ella se requería que el Museo Mar abonase los impuestos correspondientes a la cartelería que había sido colocada en el frente del edificio, como así también por la realización de la promoción. Sin embargo, afirma el denunciante, él fue responsabilizado de tales negociados ilegales simplemente por cuestiones políticas. Los datos de aquellas denuncias escandalosas que salpicaban al gobierno municipal constan en los medios locales de 2017.
Desde lejos
Inaugurado en diciembre de 2013, el MAR (Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires) es uno de los museos más grandes y modernos del país, y uno de los pocos diseñados y construidos para tal fin. Con más de 7.000 m2 se convirtió en un nuevo polo cultural de atracción en la zona norte de la ciudad de Mar del Plata. Sus muestras fueron visitadas por millones de personas en estos años de vida, y miles participaron de los recitales, conferencias, proyecciones de cine, festivales y mucho más, con entrada libre y gratuita.
Este edificio consta de 3 salas de exhibición, con las virtudes necesarias para convertirlas en multifacéticas y adaptables a los requerimientos potenciales de diferentes tipos de muestras, ya que se puede operar tanto sobre el espacio como sobre la iluminación.
Dentro de estas condiciones de privilegio se desempeña la funcionaria, que al decir de Mensor aprovecha las posibilidades de alquilar estos espacios públicos a cambio de pagos en efectivo o bienes: ese es un verdadero modus operandi desde el 2015, afirma en la denuncia: “Cuando la empresa solicitaba facturación, esta señora lo triangulaba con la tienda de venta de recuerdos”. Como si fuera la dueña.
En cuanto al alquiler del espacio gastronómico, se afirma en la denuncia que el monto percibido no se deposita en una cuenta general del Ministerio de Cultura, sino que la señora Brattelli realizaba la acción de “compensar” esos montos. Lo hacía realizando compras y firmando comprobantes, de manera tal que el estado provincial era defraudado en miles de pesos.
Tanto el auditorio del Museo Mar como el lobby fueron escenario de cientos de eventos privados. En todos los casos, se acordó una retribución que se dirigía a hacia la funcionaria y no a la cuenta del museo, ni del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Dentro de las firmas que formaron parte de estos acuerdos fraudulentos, según la denuncia, se encuentran La Fonte D’ Oro, Cervecería Quilmes, Ford Argentina, laboratorios, y empresas de moda, entre otros. De esta manera, resulta difícil calcular un monto para adjudicar al fraude que se realizó al estado provincial. Afirma el funcionario municipal: “tome la decisión de realizar esta denuncia para salvar mi buen nombre yhonor”.
Las figuras legales
Los hechos expuestos configuran, a su entender, un caso de “conflicto de intereses”, e incluso, afirma que podrían configurar un caso de “incompatibilidad con el ejercicio de la función pública”, es decir que, quien tiene a cargo las relaciones institucionales del Museo Provincial de Arte Contemporáneo, haya recibido beneficios de empresas que usufructuaron espacios dentro del edificio sin haber abonado al gobierno de la Provincia lo que correspondía o en su caso.
Mucho más grave aún, es el hecho de haber recibido beneficios personales de tales empresas gracias a su gestión pública, considerando que por esa labor el Estado le abona sus haberes. Dice la denuncia: “Lo que nos hace presumir que el cargo de funcionaria o agente pública de la Sra. Brattelli, es lo que ha influido directamente en el otorgamiento de dichos espacios, y genera sospechas de eventuales ‘devolución de favores’ para con la misma, que podría haberse visto beneficiada, a su vez, con los pagos o beneficios recibidos”.
Por todo lo expuesto, la presentación considera fundamental el estudio y evaluación exhaustiva de los movimientos bancarios entre las personas y firmas que se mencionan en la denuncia.Tales datos podrían dar cuenta de beneficios indebidos que la funcionaria hubiera obtenido y, aún más, verificar si hubiera un eventual crecimiento patrimonial como resultado de su gestión en el doble rol de funcionaria y empresaria privada.
Resulta oportuno recordar que el denunciante Emiliano Mensor había dejado su cargo en 2017, en el marco del malestar generado por la autorización de una gigantografía publicitaria de Ford en el Museo del Mar. En su momento, sólo se dijo en la prensa que no habría tenido los pasos administrativos correspondientes.
Por la polémica originada por la publicidad de Ford, el ex intendente Carlos Arroyo ya había separado de su cargo al director de Inspección General, Luis Melo, y había reconocido públicamente que no estaba conforme con el desempeño de los funcionarios en torno a esta cuestión.