
Según una denuncia por parte del propio gremio, parece que dos vivos le robaron al Sindicato de Camioneros 10 millones de dólares sin que nadie advirtiera nada. Raro.
En una denuncia que trascendió esta semana a los medios, y en la cual ya interviene el fiscal David Bruna, el secretario de Turismo del Sindicato de Camioneros acusó al ex gerente y al ex jefe de cocina del Hotel 15 de Diciembre —ubicado en aquí, en Mar del Plata— de, a través de sobreprecios en la compra de insumos y otras maniobras, haberle robado al gremio una suma cercana a los 10 millones de dólares.
A pesar de que los imputados se compraron motos de lujo, camionetas, propiedades, e hicieron ostentosos viajes a la vista de todo el mundo, parece que ni estas muestras de buen vivir, ni el hecho de que de un día para el otro se multiplicaran los gastos en los que incurría el hotel, le llamaron la atención a ninguna autoridad del sindicato. Dicen que recién se avivaron del despilfarro cuando les llegó una intimación por parte de ARCA.
Según algunos medios metropolitanos, toda esta cuestión se enmarca en una interna que encuentra en lados opuestos a Hugo Moyano y a su hijo Pablo. Aseguran que, luego de esta denuncia, tres personas de confianza del hijo fueron apartadas de la comisión directiva por decisión del padre.
La situación se enrarece aún más cuando recordamos que, uno de los implicados, es quien fue señalado, en su momento, de ser el responsable de la cámara oculta a Vilma Baragiola en la sede del mencionado gremio, en una maniobra mediático-política que derribó sus pretensiones de llegar a la intendencia de la ciudad.
Eva Moyano, a todo esto, ¿tendrá algo que decir?
La denuncia
En su presentación, Héctor Eduardo Maldonado, en su carácter de secretario de Turismo del Sindicato de Choferes de Camiones, Obreros y Empleados del Transporte de Cargas por Automotor, Servicios, Logística y Distribución de la ciudad autónoma y provincia de Buenos Aires denunció al ex gerente, al ex jefe de cocina y a varios proveedores del hotel 15 de Diciembre por una compleja maniobra que incluye sobreprecios y la utilización del personal, instalaciones, equipamiento y suministros del hotel para armar negocios paralelos, con lo que habrían logrado apropiarse de una suma cercana a los 10 millones de dólares.
Dice la denuncia: «El mecanismo central de la maniobra consistió en desplazar a los proveedores históricos del hotel e imponer la compra exclusiva de insumos a nuevos intermediarios vinculados a los imputados. Estos adquirían mercaderías idénticas a las que se utilizaban habitualmente — carnes, bebidas, artículos de limpieza, textiles, electrodomésticos— pero las revendían al hotel con sobreprecios escandalosos, en algunos casos superiores al 100% del valor de mercado. De este modo, la diferencia entre el precio real y el facturado constituía la ganancia ilícita que luego se distribuía entre el gerente, el chef y los proveedores cómplices».
Continúa: «La operatoria fraudulenta no se limitó a un mero sobreprecio, sino que implicó el uso sistemático de bienes del hotel para negocios particulares. A diario se empleaban las cocinas, hornos, vajillas, utensilios, energía eléctrica, gas y hasta vehículos oficiales del hotel para montar una industria paralela de viandas y servicios de catering, cuya facturación nunca ingresaba al patrimonio sindical. Incluso las horas extras del personal eran abonadas por el sindicato para cubrir eventos privados y ajenos, generando un doble perjuicio: por un lado, el desvío de insumos; y por el otro, el pago de servicios que beneficiaban únicamente a los imputados».
Añade: «La magnitud del enriquecimiento ilícito resultaba tan evidente que los propios imputados hacían ostentación pública de bienes imposibles de adquirir con sus salarios. Así, el chef adquirió una camioneta Toyota SW4 0 km, una moto Kymco, realizó viajes a Europa y reconoció en conversaciones privadas haber invertido en bares y restaurantes en la ciudad de Mar del Plata. Por su parte, el gerente […] habría adquirido propiedades valuadas en más de seiscientos mil dólares, conforme surge de escrituras y facturas pro forma halladas en la gerencia. La desproporción entre los ingresos legítimos de ambos —menos de cuatro millones de pesos mensuales— y el patrimonio exhibido es palmaria y refuerza la hipótesis delictiva».
Insistimos: ¿nadie advirtió nada?
La investigación
El fiscal David Bruna, integrante de la Fiscalía Nº10 de Delitos Económicos, confirmó en una entrevista para la FM 99.9 de Mar del Plata que avanza la investigación a raíz de esta denuncia. Dijo que el caso es inédito y que ya se inició la recolección de pruebas y pericias contables para determinar la magnitud del presunto fraude.
Explicó que la causa judicial se centra en la posible comisión del delito de administración fraudulenta: «Nosotros lo que estamos investigando técnicamente es un delito de administración fraudulenta que está cometido en el seno del hotel de Camioneros. Hemos recolectado una cantidad de elementos de prueba como para poder seguir adelante», señaló el funcionario judicial.
Bruna aclaró que la Fiscalía no maneja cifras y que los números difundidos surgen de una auditoría interna del propio sindicato: «Nosotros no hablamos de montos, eso corre por cuenta del sindicato. Lo cierto es que tenemos una serie de elementos que permiten sospechar, con la provisoriedad del inicio de la causa, la posible existencia de un fraude».
Según indicó, las personas bajo investigación incluyen al administrador del hotel, al jefe de cocina y a tres proveedores vinculados: «Estamos tratando de recabar la mayor cantidad posible de información sobre la situación patrimonial de los imputados».
El fiscal precisó que el análisis de los movimientos económicos y patrimoniales ya está en marcha, con pedidos de informes bancarios, inmobiliarios y de automotores. Además, confirmó que «a principios de noviembre comenzará la pericia contable, que es fundamental porque nos da un dato científico».
Respecto del período que abarca la investigación, Bruna señaló que se analiza la gestión desde 2022 en adelante, aunque no descartó retroceder en el tiempo si los resultados lo requieren: «Queremos tener un panorama completo de cómo fue la administración del hotel».
Finalmente, destacó el carácter inusual del caso: «Es la primera vez que una denuncia de este tipo se presenta desde un sindicato contra su propia administración».
¿Internas?
Resulta muy poco creíble que una operatoria de semejante magnitud se haya desarrollado durante tanto tiempo sin que nadie lo advierta. Maldonado asegura, en su denuncia, que estas personas incluso llegaron a apropiarse de partes del hotel para armar allí los espacios que necesitaban para esta estructura de negocios.
Según trascendidos de los que se hacen eco algunos medios de CABA, la denuncia presentada por Maldonado obedece estrictamente a la interna en Camioneros, donde Hugo y Pablo Moyano —padre e hijo— están distanciados hace tiempo, principalmente a causa de la enemistad de Pablo con la actual mujer de su padre, Liliana Zulet. De acuerdo a esta hipótesis, la presentación judicial habría servido de excusa a Hugo Moyano para deshacerse de algunos miembros de la comisión directiva cercanos a su hijo Pablo.
Existe otra hipótesis, que es la que sostiene la defensa de unos imputados: que ellos no tenían poder de decisión. Siguiendo ese razonamiento, se podría pensar que todo el negocio no sólo era tolerado por la dirigencia del sindicato, sino que ésta era parte del mismo y que cuando, a partir de la intimación de ARCA, todo el tema salió a la luz, lo que hicieron fue sacrificar a un par de perejiles y lavarse bien las manos, asegurando que no tenían nada que ver.
Después de todo, estamos hablando de los Moyano.
