Situación educativa | La educación está en el centro de la discusión. Las opiniones confluyen en que hay que preparar mejor para conseguir mejores trabajos. Los jóvenes sin exigencia educativa se quedan solos.
Malaprendidos, decían las abuelas. Lo cierto es que, últimamente, la necesidad de replantear aún las bases más antiguas y sólidas del sistema educativo se ha convertido en un tema de agenda de la sociedad, ante la evidencia de que vivimos permanentemente desfasados respecto de las necesidades que el mundo contemporáneo imprime a un joven en formación. ¿Qué tenemos para ofrecerle a un chico que va a la escuela? ¿Cuáles son las alternativas que el sistema en donde se encuentra inmerso le ofrece? ¿Hasta qué punto podemos hacernos responsables de la eficacia de su formación?
La preocupación es colectiva: un frigorífico santafesino —Black Bamboo— impulsó un plan optativo para que sus empleados puedan finalizar sus estudios, porque más del 50% de sus 600 empleados no se han graduado del secundario. En las instalaciones del frigorífico, al término de su jornada laboral, con dos horas diarias y tres veces por semana, los empleados podrán cursar sus estudios pendientes. El mayor incentivo del plan es que serán retribuidos económicamente como si hubieran trabajado esas horas. ¿Un ejemplo?
En el otro extremo, se indica que el Ministerio de Educación de Formosa tomó una polémica resolución: los alumnos pasaron de año aún adeudando todas las materias del 2020, o previas del 2021. Las materias no se suponen aprobadas, sino que deberán rendirse, pero lo cierto es que los alumnos no podrán aprender lo necesario para aprobarlas.
La secretaria general de Docentes Autoconvocados dijo a través de la 99.9: «ni siquiera les dicen que están aprobados, los sientan en el curso superior y les dicen que tienen todo el año para regularizar lo que está pendiente. Resulta imposible, y encima la receta que le ponen para aprobar la materia, es que tendrán instancia examinadora. Esto no se soluciona con exámenes, hay gente que no tuvo saberes y hay que brindárselos. Sería poner profesores de apoyo, titulados, brindarles soportes tecnológicos y cosas para asistir a los chicos con hechos y no con palabras».
Para la dirigente docente, las explicaciones brindadas no son suficientes: «Me parece que están poniendo la responsabilidad en los docentes», y es verdad. Este tipo de medias insuficientes y poco creativas para salir de un problema como el ASPO termina recargando la tarea de los profesores.
Para Nilda Patiño se trata de algo más que una resolución aislada para solucionar un tema puntual: «hay una política que viene haciendo que en las escuelas se baje el nivel de exigencia, la palabra contenido es una mala palabra. Es algo nacional. Estamos preparando jóvenes que van a fracasar y esa es la preocupación porque el joven sentirá que él es el fracaso y acá hay adultos que están planificando esto».
Las notas
Por otro lado, el Consejo General de Educación de Entre Ríos modificó el sistema de evaluación, calificación, acreditación y promoción para los estudiantes secundarios de esa provincia. A partir de ahora, los docentes no podrán colocar una nota menor a 4 en el primer trimestre, según confirmaron desde el organismo. Podrá resultar escandaloso, pero en la provincia de Buenos Aires es uso y costumbre desde hace tiempo: el fin es práctico. Un alumno con aplazo en primer trimestre, que sospecha que ya no podrá reunir la nota necesaria para aprobar, obviamente no realizará ninguna tarea en el resto del año, y solo complicará la tarea docente.
Es lo que se está aludiendo cuando se habla del «impacto subjetivo» que tienen las notas 1, 2 y 3. Esas calificaciones, según el CGE, «obturan la trayectoria a realizar durante el año desde el inicio del proceso de aprendizaje». Debido a eso, recibirán un informe descriptivo con los saberes y capacidades pendientes de acreditación, y con las particularidades de su proceso de aprendizaje, fortalezas y debilidades. Todo ello para tomar decisiones y así disminuir o superar esas dificultades.
La evaluación forma parte de un «proceso formativo» que acompaña la trayectoria escolar de los estudiantes, y es una herramienta de los docentes para «conducir la enseñanza de manera efectiva, retroalimentar aprendizajes, y comunicar los resultados», consideraron desde la cartera educativa de Entre Ríos.
La cuestión siempre es la misma: qué herramientas serán más adecuadas para lograr que los alumnos desarrollen mejores aprendizajes y de esa manera logren mayores herramientas a futuro.
La Secretaria Regional de Olimpíada de Matemática Argentina habló en la 99.9 sobre la necesidad de mejorar la formación de los docentes para que puedan brindar un mejor respaldo a los alumnos. Es Marta Duarte, y dice: «El tema comienza por los docentes». Luego abundó: «la olimpíada es una vocación de empezar por algo, no significa que habrá resultados positivos en todos lados. La ciencia avanza y el ser humano tiene que ir a la par. Lo deseable es que muchos chicos sepan sobre tecnología y robótica porque está avanzando por todos lados y los chicos a veces no están preparados para captarlo».
Y agregó: «tenemos que tratar de que mejoren los alumnos. Entiendo que la excelencia no existe, pero mejorando los niveles las pruebas internacionales también tendrán mejor resultado. Este problema lo tiene todo el mundo menos Oriente». Agregó: «Un chico no puede salir de primaria sin leer y escribir porque no puede resolver un problema si no comprende lo que está leyendo. Los chicos en la actualidad, leen rápido y no interpretan lo que dicen».
Hablar y escuchar
La palabra más autorizada parece ser la del presidente de la Academia Argentina de Educación, Pedro Barcia, quien afirmó que las soluciones que se están dando no son integrales. Señaló: «lo ideal sería que los chicos de primer grado ya tengan la capacidad de leer y escribir, pero esta preocupación se está chupando las otras dos competencias básicas en el hombre que son hablar y escuchar, que depende de la educación en la casa, donde se les presta poca atención».
Es una falencia que se ha incrementado y tiene que ver también con el entorno familiar: «ha crecido enormemente la discapacidad de prestar atención de los chicos, y los padres no tienen tiempo suficiente los padres para responder las preguntas de los niños. El jardín tiene que encargarse de cosas que antes no tenía que hacer y se pierde el eje sobre el hecho de leer o escribir», explicó.
Por otro lado, aclaró que no es una falencia propia del kirchnerismo esta baja en el nivel educativo, sino que se ha dado durante muchos años hasta llegar a un punto crítico como el que se vive ahora. «No hay que pensar que el estado de deterioro es de este gobierno. Hace 30 años que comenzó la debacle, pero nunca prestamos atención a las señales que el mismo Ministerio de Educación mediante sus estadísticas nos estaba diciendo. Las soluciones que se están dando no son integrales», dijo Barcia.
El experto manifiesta su desacuerdo con las medidas que maquillan las notas: «no se puede proponer en la calificación del primer ciclo del primario una nota como malo, regular, bueno y muy bueno. Si es regular, es malo, está desaprobado. Es una cosmética ridícula porque en la vida no se trata de disimular las dificultades, sino de asumirlas», opinó.
Para completar tu punto de vista, agregaba: «Son situaciones populistas que engañan a la criatura, porque cuando el chico egresa del secundario es un paria, no puede ni hablar ni escribir. Más del 52% no entiende lo que lee y tienen graves faltas de ortografía lo que descalifica a la persona socialmente y además, no pueden leer un texto en voz alta. El estado ahí no está, cuando no le dan un trabajo porque no pueden hacer dos oraciones en una presentación», destacó quien fuera además Presidente de la Academia Argentina de Letras.
Exigir a un chico en su aprendizaje no está mal. Para Barcia, es el sentido real de la educación: «la vida es exigencia y si no lo prepara para la vida, no lo prepara para nada. La educación es situarlos en la vida ante sus dificultades. Sino le muestran una falsa pendiente donde el chico se pierde».