“Morir así…”

Cuidacoches atropellado | Sin novedades sobre la muerte del ciudadoches de avenida Constitución. Nadie parece muy apurado por encontrar al conductor de la camioneta que lo atropelló. ¿Dónde estaba la policía esa noche?

El crimen de Jonatan Emanuel Corbalán ha tenido un fuerte impacto en la opinión pública de la comunidad marplatense. Era un hombre de familia que estaba trabajando como podía para obtener un mínimo de dinero, que terminó de la peor manera. El cuidacoches que desempeñaba tareas sobre la avenida Constitución fue atropellado por una camioneta que se dio a la fuga, y de la que todavía no se ha podido recabar ninguna información.

De tras de esta desgracia, una familia está reclamando alguna respuesta, porque hasta el momento nadie sabe nada, pero tampoco han recibido la más mínima contención. “Seguimos sin ningún tipo de información, sin que nadie nos llame desde la fiscalía, la comisaría o algún dirigente. Todo es muy hermético y no entiendo por qué. No sé si el que chocó a mi hermano es alguien conocido o qué, pero no nos dan ninguna información. No sabemos qué hacer, ni a quién hablarle ya”, dijo Esteban, hermano de la víctima, entrevistado en la emisora 99.9.

Según el relato del joven, hacía mucho tiempo ya que Jonatan trabajaba en ese sector de avenida Constitución, y ya era conocido por todos los otros trabajadores de la zona. Es enorme el impacto en su familia, no sólo por la pérdida irreparable, sino además porque él era el único sustento que tenían tanto su esposa como sus dos hijos. Dice el hermano: “él antes era mensajero, trabajó de un par de cosas, pero más que nada lo hacía con la moto. Tuvo un par de accidentes y la vendió por el peligro, y se puso ahí porque no tenía otra cosa para hacer. Tenía dos hijos”.

En estos momentos, esta familia continúa a la espera de una respuesta oficial, y relata la manera en que la gente que lo conocía ha demostrado su afecto. Todos consideran que esta situación inmerecida es por demás injusta. Su hermano relata que a Jonatan lo quería todo el mundo, y que por esa razón se hizo una colecta con comida y dinero para su familia. “Fueron a mi casa y nos dijeron cuanto lo querían. No se merecía una muerte así por un hijo de puta como este”, sentenció Esteban.

Todos coinciden en el relato de lo que sucedió en la noche, y están seguros de que no fue un accidente. Por eso reclaman justicia, ya que lo consideran un crimen: “Fue un asesinato. Porque la camioneta iba a 80 kilómetros por hora, sin luces, por el medio de Constitución. Fue mi hermano porque estaba ahí, pero podría haber sido cualquiera. En ningún momento quiso parar, hizo dos cuadras, se metió para adentro y nunca más lo vimos”, dijo Esteban.

Los reclamos buscan alguna mínima respuesta ante la requisitoria de datos de la investigación; pero por ahora no han obtenido nada. Nadie sabe qué sucedió con la camioneta que huyó por las calles transversales. ¿No hay cámaras de seguridad? ¿No hay testigos? Cuáles son las líneas de la fiscalía?¿La policía actúa con la misma celeridad ante un crimen que deja tirado a un cuidacoches que cuando la víctima es un ciudadano de mayores recursos?

La cuestión es que Jonatan murió en la ciudad de Mar del Plata luego de ser atropellado por una camioneta de alta gama que circulaba a gran velocidad y que se dio a la fuga tras dejar a la víctima tirada sobre la calle, pero hasta el momento sólo le importó a quienes lo conocían. Los estamentos de la sociedad que tiene a cargo la investigación no parecen movilizados.

El crimen

El hecho se produjo cerca de las 2 de la mañana, cuando Jonatan Emanuel Corbalán, de treinta años, fue embestido por una Ford Ranger (algunos hablan de una Toyota Hylux) en la avenida Constitución al 5500. Las fuentes policiales indicaron que el vehículo circulaba a alta velocidad a la altura de la calle Benito Juárez y, tras el siniestro, simplemente lo dejó tirado.

Tras el aviso de un grupo de testigos, intervino en el lugar personal de la Comisaría 7ª, y el hombre fue asistido por una unidad médica de SAME que lo trasladó al Hospital Interzonal General de Agudos, donde falleció minutos después a causa de las lesiones sufridas. ¿Cuánto demoró?

En la investigación del hecho intervino la Unidad Funcional de Instrucción 11 de Delitos Culposos, a cargo del fiscal Pablo Cistoldi, quien inició una causa por homicidio culposo. Hoy muchos se preguntan si la calificación es la correcta, porque —al no estar identificado el conductor— nadie sabe si estaba sobrio, si había consumido drogas, o si tenía registro para conducir. Nos dicen que, en el marco de la investigación, se inició además el análisis de cámaras de seguridad tanto públicas como privadas que existan en la cuadra, como para tratar de identificar al conductor de la Ford Ranger oscura que atropelló al hombre y luego escapó. Pero ¿no hay un solo dato?

Recientemente, la esposa del fallecido, Carolina Vera, encabezó una nueva marcha hacia el Centro de Operaciones y Monitoreo de General Pueyrredon. Dijo ella: “Seguimos marchando para que se haga justicia. Van casi dos semanas y seguimos sin respuesta alguna. Esa persona está con ayuda de alguien porque no pueden pasar tantos días sin aparecer, sin que haya noticias”. Y agregó: “El otro día supuestamente tenían un dato, pero al final no era, y nosotros seguimos a la espera de una respuesta. Nadie colabora”, agregó.

Ya hubo una marcha anterior, pero parece que ni las fuerzas policiales ni la fiscalía ven moverse la aguja por una víctima como esta: “En cualquier momento exploto. Nos recibieron la otra vez, nos trataron mal. Dicen que las cámaras funcionan bien, pero si funcionaran tendría que tomar la patente. Las cámaras no ayudan en nada”, indicó Carolina Vera.

Inacción

Jonatan Corbalán falleció mientras trabajaba, y aún hay dudas acerca de si el conductor empuñaba como arma una Toyota Hylux o una Ford Ranger, que se desplazaba hacia la autovía 2: lo embistió y escapó del lugar. Tras estudiar los videos de algunas de las cámaras de seguridad de esa zona de Mar del Plata, la justicia sigue por estas horas con la búsqueda del vehículo con las características mencionadas —que, producto del impacto, tendría uno de sus espejos rotos—, en el marco de una causa que tramita la Fiscalía de Delitos Culposos a cargo de Pablo Cistoldi.

El abogado Maximiliano Orsini, que representa a la familia de Jonatan Corbalán, contó que en la causa se sumaron testimonios y también registros de cámaras privadas ante los escasos aportes que realizaron los dispositivos municipales del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM), aunque todavía no pudo llegar a identificarse la patente. En ese sentido, los investigadores cuentan con algunas letras que pudieron identificar, e intentan completarla a partir de distintas medidas adoptadas. Además, para estas horas, se espera que se sumen a la causa los informes de los peajes de las rutas 2 y 226 con los que se intentará determinar a partir de las cámaras si la camioneta pasó por alguno de ellos tras el hecho. Pero el tiempo pasa.

Los primeros indicios con los que cuentan los investigadores indican que no habría salido de la zona de acción. Por su parte, muy recientemente los fiscales Cistoldi y Moure les brindaron detalles de la investigación a los familiares que reclamaban.

Ahora bien. Tomemos el toro por las astas. Somos una ciudad turística de primera categoría. El accidente se produce en una avenida que es puntera en todo el sistema de nocturnidad de la cual depende la circulación económica de la gastronomía local. Se produce además en un horario central de circulación en este sitio, cuando la mayoría de las personas se retiran. ¿La policía no está allí? ¿Hay que llamarla? ¿Dónde estaban los policías de la comisaría 7a en el momento central de la nocturnidad local? ¿Hacía donde apuntaban las cámaras en el momento de la desconcentración de vehículos?

Si las fuerzas policiales no pueden detener un asesino que opera en sitio central y en horario pico ante la mirada de todo el mundo, no pensemos entonces lo que podría pasar en un barrio oscuro y con menos controles. La investigación debería comenzar por los estamentos de cuidado que debieron estar presentes para que la camioneta —sea Toyota, o sea Ranger— no hubiera podido jamás alcanzar los 80 kilómetros por hora en medio de la ciudad. Porque eso no se hace.