Nosotros, los peores

Central 961
Justicia argentina | Una niña abusada por su padre permanece en un hogar porque la jueza no da la orden de que vuelva a Corrientes junto con su madre. El pedido de su abogada espera desde enero, pero claro, los funcionarios están ocupados. Es tan pequeña que nadie la escucha…

La Argentina está siendo observada en el mundo por sus prácticas judiciales injustas en materia de familia. Así lo demostró la ONG Women’s Link Worldwide, que destacó dos fallos de los tribunales argentinos que resultan ejemplos de cómo violar los derechos de las mujeres y de los niños en casos de violencia de género y abuso de menores.
Nuestro país se ganó esta horrible fama con dos antecedentes penosos. Por un lado, dos jueces le redujeron la pena al violador de un nene de seis años, argumentando que el pequeño era homosexual. El otro se refiere a la bebé abusada por su padre desde los ocho meses: la Justicia absolvió al acusado al considerar que la denuncia de la madre era una mentira, una fabulación para vengarse de su ex pareja.
Estos dos fallos horrorosos fueron nominados al premio Garrote, un ranking que resalta las peores prácticas judiciales, las que no sostienen la defensa de los derechos de mujeres y niñas. El primer caso merecedor del premio, el del chico de 6 años, fue perpetrado por Mario Tolosa, quien fue condenado a 6 años de prisión en 2012 luego de que la abuela del menor denunciara el crimen. Pero todo terminó en escándalo cuando los jueces Benjamín Sal Llargués y Horacio Pombo, de la Sala I del Tribunal de Casación Penal, le bajaron el castigo a Tolosa a 3 años y 2 meses de prisión. Dijeron entonces que el niño tenía una orientación sexual ya definida a causa de una violación anterior por parte de su padre. Además, esa sentencia culpaba a la madre del niño y su abuela por no cuidarlo adecuadamente, lo que aminoraba la responsabilidad del abusador. Una labor verdaderamente vergonzante de Sal Llargués y Pombo que sin embargo culminó con justicia: los dos magistrados renunciaron por la presión social y política. La Corte Bonaerense revocó el fallo, y devolvió a la cárcel al pedófilo.
El otro hecho destacado por la ONG es sobre un abuso sexual en 2010, de un hombre contra su hija de cuatro años. Pese a contar con antecedentes por violencia de género y tener medidas de restricción en vigencia, la Justicia absolvió al abusador. La madre pidió la revisión de la sentencia, y en 2015, los jueces Juan Bravo, Alejandro Achával y Pablo Vega, del Tribunal Oral 17 de Capital Federal, ratificaron la absolución inicial, al descartar el testimonio de la nena abusada por considerarlo “incoherente” y supuestamente “inducido” por su madre para perjudicar al padre. En este caso, los magistrados tampoco consideraron los informes de dos psicólogas que coinciden en la credibilidad del relato de la nena. El fallo fue apelado por la Cámara de Casación.
Por estas razones, ya nada parece sorprender a los habitantes de este país cuando hablamos de crímenes contra mujeres y niños. Cuando nuestros magistrados dan a diario muestras de razonar como si permanecieran en la edad de piedra. Como si los menores tuvieran que demostrar su credibilidad para que sus derechos fueran respetados. Como si el abuso de menores fuera algo tan trivial como pagar una multa o aclarar los derechos sobre una medianera.
El caso que ocupa estas páginas es aterrador, y nuevamente remite al Tribunal de Familia n°6 de Mar del Plata, a cargo de la jueza Adriana Rotonda, quien ha tenido tiempo más que suficiente para poner tope al sufrimiento de unapequeña de seis años, pero no lo ha hecho.
Y ha tenido pruebas, porque hasta se le ha presentado una grabación de una llamada telefónica del padre de la nena, que le dice que quiere dormir con ella y quiere tocar sus partes íntimas. Es él, es su voz, se lo está diciendo a su propia hija, pero el tribunal no ha considerado que esta sea una razón tan urgente como para que los funcionarios abandonen sus gozosas vacaciones y atiendan las necesidades de una niñita abusada que permanece en un hogar porque su madre, encima, se quedó en la calle. ¿Qué será lo urgente cuando los tribunales están de feria?

El horror

Quizá sea necesario dar un marco a lo tremendo, y explicar cuán penoso puede ser un recorrido legal. Se trata de una mujer correntina, que convivió con el padre de su hija en Tigre. Debidoa reiteradas situaciones de violencia decidió separarse y retornar a su lugar de origen junto con la pequeña, que tenía entonces 4 años.
Ya en abril de 2014, acordó con el padre que la nena pasaría unos días aquí, en Mar del Plata, junto a él.Cumplido el plazo establecido, la madre vino a buscarla, pero el hombre retuvo a la menor y no la entregó como estaba pactado. En mayo de 2014, cuando la madre reclamó que el padre no devolvía a la hija, la denuncia fue archivada. Se supo que el padre tomó esta represalia al enterarse de que la mujer había constituido una nueva pareja.
A partir de ese momento comenzó un calvario para ambas, ya que la madre intentaba recuperar a su hija, y todo terminó en un juicio por la tenencia. Para la justicia, la niña ya vivía en Mar del Plata con el padre.
En una oportunidad, la madre consiguió llevar a la nena a Corrientes de visita, y es entonces cuando la menor refiere datos sobre su nueva vida familiar: duerme en la misma cama con el padre,y él le toca la cola. Cuenta que le pone crema en sus partes íntimas, y que cuando lo hace “respira feo”: por todas estas cuestiones no quiere quedarse con el padre, aunque él la ha presionado para que diga lo contrario. Dice textualmente que su abuela paterna la quiere matar, que no quiere volver.
Por otra parte, cuando la madre-MG-inició su camino legal denunciando los hechos, no contaba con recursos económicos para costear su propio abogado, por lo cual concurrió a la Defensoría Oficial. Allí, lejos de asistirla, la derivaron al consultorio gratuito del Colegio de Abogados. Lo más escandaloso a nivel institucional es que la letrada de esa institución, de apellidoÁlvarez,luego de acompañar a MG a una audiencia, le recomendó que contratara un abogado particular. ¿Es eso posible? Estamos en la Argentina, todo es posible.
MGuna vez más hizo lo imposible, y finalmente consiguió contratar un abogado particular.Se trata de un tal Cialé, que por supuesto le cobró, pero actuó con tal impericia que no planteó la excepción de incompetencia, siendo que la niña vivía en Corrientes y había sido retenida ilegalmente por el padre. Tampoco reclamó alimentos, y permitió así que el derrotero del juicio terminara en un simple régimen de visitas para la madre.
La policía de Corrientes – ya alertada- le había recomendadoa la madre que se grabaran las llamadas que el padre le efectuaba a la nena, y de allí surge el registro telefónico en el que consta no sólo la amenaza a la madre sino también las insinuaciones sexuales del padre con la pequeña. Le dice que tiene ganas de dormir con ella para poder tocarla en sus partes íntimas. Se trata de un abuso sexual infantil registrado en audio con la voz del padre. ¿Hace falta algo más?
Sin embargo, siempre se puede hacer más daño.La licenciada Tottore, de la Fiscalía General de Cámaras, indicó que si bien la menor confirmaba lo relatado en la denuncia de abuso, no quiere volver a contar lo sucedido, por lo tanto no le parecía conveniente que pasara por una cámara gessel. Aprovechando la volada, la fiscal María Isabel Sánchez, de la UFI 8, archivó la causa, y la jueza de Familia del Tribunal 6, Adriana Rotonda, ordenó la restitución de la menor al padre y prohibió la salida de Mar del Plata. Sí, usted ha leído bien.

Más aun

A esta altura, la madre solicitó la revisión de la causa penal, pero ya no tenía recursos y terminó en situaciónde calle. No podía retornar a Corrientes, donde tiene toda su familia, trabajo y pareja. Previamente,ambas habían sido alojadas en un hotel, y en hogares de familias voluntarias que les dieron cobijo. Finalmente llegaron al Hogar Municipal Galé de esta ciudad, donde la mamá recibió asesoramiento, y se le recomendó que concurriera a la Asociación del Niño Abusado–ANA-,donde la pequeña sería evaluada por profesionales idóneos.
El informe resultante, firmado por María Florencia Novello, confirma lo peor: la niña fue abusada por su padre, fue golpeada por su abuela, no quiere volver con ellos y expresa su deseo de retornar a Corrientes con su madre para recuperar la situación familiar. Indica también que en el relato se concluye que el padre le indicó siempre lo que la pequeña debía decir: que prefería la familia paterna, y que su madre la había abandonado.
En la causa se apilan los testimonios de testigos, que son pasajeros y empleados del hotel donde residieron madre e hija. Todos ellos relatan no sólo la violencia del padre, sino también la angustia de la niña ante la posibilidad de que el hombre se la llevara de allí. El denunciado llegaba durante la noche, y pretendía llevársela a la fuerza, lo cual fue impedido por todos los presentes hasta que la situación se hizo imposible, y madre e hija perdieron también esa posible residencia.
Por todo lo expuesto, la abogada solicita ahora una medida autosatisfactiva a favor de  la menor, aduciendo que se encuentra en total estado de indefensión, alojada en un hogar municipal, y sin escolarización. Dice que la menor nunca fue escuchada,y que reclama se la autorice a retornar a la provincia de Corrientes con su madre.
Pero aunque ha habido 12 presentaciones desde el 12 de enero del año en curso, la jueza no ha respondido. Aunque tenía 48 horas para responder, no lo ha hecho.
La medida se solicitó con urgencia,pero ella no ha respondido. Sólo es posible concluir que el caso no se encuentra dentro de sus intereses inmediatos. En este estado de cosas, es posible esperar que este sea otro de los casos que, merecidamente, nos candidatean ante el mundo a los premios Garrote.